por Herbert Mujica Rojas
6-11-2007
¿Quieren cerrar Cierres Rey?
Apareció ayer lunes 5 un aviso a toda página, multicolor y con las
siguientes llamadas notables: Privilegio de las marcas más famosas;
Por algo será; Cierres, etiquetas, cintas elásticas; Corporación Rey
S.A.; Exportando producto peruano al mundo. El asunto no pasaría de
ser un alegato comercial más, si no fuera por ciertas versiones que
empiezan a confirmar su siniestra presencia en el horizonte
empresarial peruano.
Conviene destacar, con subrayado decibel, que esta empresa tiene más
de 600 trabajadores, es decir cualquier sobresalto, crisis, déficit, o
trampa contra la misma, afectaría a un universo bastante grande que
tiene más de cinco décadas en el mercado nacional y que, hasta donde
se sabe, ostenta la bandera peruana de sus capitalistas principales,
ejecutivos y empleados.
¿Qué hay de cierto que la brusca baja de aranceles a la importación de
maquinaria e insumos para avíos y productos de cierres, cremalleras y
partes, estaría favoreciendo la infiltración de empresas extranjeras?
¿hay, por si las moscas, siempre es bueno preguntarlo, entre éstas,
una chilena? Para que ello hubiese ocurrido, habría el ejercicio
protervo de una práctica económica criminal: el dumping.
Según la Comunidad Andina: "Dumping es una práctica de discriminación
de precios que se verifica cuando una empresa exporta sus productos a
otro país a precios menores a los que vende en su mercado interno. La
figura de dumping se da cuando en el curso de operaciones comerciales
normales el precio de exportación de un producto es menor que el
precio interno de un producto similar destinado al consumo en el país
exportador."
Si, como pareciera ser el caso, otras empresas pueden ingresar sus
productos bajo esas características de precios menores a los que se
ofrecen en el mercado local, se estaría configurando esa mala práctica
que simplemente ¡quiebra cualquier negocio! Algo similar y con
profunda deslealtad, ocurriría si se deja ingresar firmas comerciales
extranjeras con capacidad de importar maquinaria con aranceles bajos o
inexistentes. ¿Cuál de estas características criminales, son las que
se están configurando en estas mismas semanas en Perú y con puntería
directa contra Cierres Rey?
Para que esta traición se cometa es indispensable la presencia de
autoridades coimeables en los diferentes ministerios que tienen a su
cargo los diferentes ciclos económicos por los que pasa el asunto:
Economía y Finanzas, Industria, Comercio Exterior, etc. Además, hay la
necesidad imperiosa –como oprobiosa- que vendepatrias a quienes no
importa –para nada- la industria nacional peruana, vendan sus
conciencias a precios negociables y de mercado sucio, para promover
las facilidades inmorales que siempre rodean la comisión de estas
atrocidades.
¿Se da el empresario peruano el respeto que merece? Para muchos, la
imagen del empresario local es la de un angurriento llorón, mendicante
de sinecuras y logrero episódico que acompaña a todos los gobiernos.
No hay duda que esta mala atmósfera se la han ganado no pocos
miserables que se hacen llamar empresarios aunque no lo sean y en
realidad sean empleados de transnacionales y de mucho poder. Pero, al
lado de estos elementos repudiados y antipáticos, hay otros, cuya
tarea ha sobrepasado las coyunturas y el sólo estar en el mercado
nacional y externo, exportando sus productos, traduce esfuerzo, tesón,
patriotismo, fuentes de trabajo y familias bajo el amparo productivo
que significa la empresa.
La empresa nativa necesita ganar y legitimar su lugar en la dinámica
productiva nacional. Defendiendo sus inversiones, capacitando a su
personal y pagándole bien para que encuentre en la relación laboral
aliciente y ganas de progresar en la plena conciencia que sus derechos
son irrenunciables. Entre estos, está, trabajar en forma excelente y
cobrar bien por dignidad propia y de su familia. ¿Cuánto de esto es
práctica común en las firmas nacionales? Por desgracia, se podría
afirmar que el porcentaje es bajísimo.
No obtante lo dicho, y vamos a averiguar de manera más profunda, hay
rumores intensos que apuntan a la fulminación de una empresa en
particular y con el sucio designio de colocar a otra foránea que
pagará menos, gozará de un régimen arancelario muy simpático y ad hoc
para explotar mejor a los trabajadores, facilidades tributarias y ¡lo
que es peor! en un claro atentado contra la industria nacional que si
no se pone los pantalones va a ser engullida de una manera poco viril
y hasta cobarde.
Resuena nuevamente en mis oídos, del aviso de Cierres Rey: Por algo
será. Averiguaremos.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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