Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
16-4-2009
¿Qué clase de mentecatos somos?*
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Como
si el asesinato de 14 soldados en Ayacucho fuera un asunto secundario y no el
accionar de pandillas criminales vinculadas o en complicidad con el
narcotráfico y al estilo terrorista más letal, nuestros políticos han empezado
una extraña “discusión” en torno a la edad de los chicos que pelearon en
Sanabamba, VRAE. Nadie, cuando habla de los derechos humanos, repara en las
crónicas, hasta hoy jamás desmentidas, que afirman que entre los violentistas
habían niños y mujeres. ¿Por causa de qué se silencia esta circunstancia? ¿hay
que reducir todo al onanismo de generales de escritorio, mariscales de oficina
y “genios” que jamás han escuchado cómo silba una bala en la refriega? ¿qué
clase de mentecatos somos?
La
gran recetista del pueblo, Beatriz Merino, que posee, como en botica, pócimas y
disciplinas para todos los problemas del país, afirma que tiene más de 100
denuncias sobre menores en las Fuerzas Armadas, ¿está segura, la Defensora del
Pueblo, de la oportunidad y sabiduría de su participación? La ministra Mercedes
Cabanillas la ha recusado categóricamente porque “no sabe nada” y esto no es
poca cosa. Creerse la piedra filosofal porque así un grupete de intelectuales
justifica su sueldo, es realmente una aberración contra la democracia y, hay
que decirlo, contra los derechos humanos de los connacionales que mueren
acribillados por fuego reaccionario mientras que sus autoridades discuten por
si tenían o no DNI los conscriptos.
¿Qué
pretende el enemigo? Distraer y estupidizar al país y lo hace vía los miedos de
comunicación y su impresionante mediocridad, es arte contemporáneo de cómo se
envilece a las poblaciones y se las desarma ideológicamente. Se pretende
borregos, no ciudadanos; hombres y mujeres acríticos que no cuestionen nada ni
a nadie. ¿Para qué es la pregunta? Y la respuesta es inequívoca: un país
desarmado no es una garantía de paz, un país desarmado es una presa apetecible.
Y las guerras de hoy, no son sólo aquellas que tienen barcos, aviones, tropas,
satélites o inversiones multimillonarias, también pasan por la idiotización
multánime y castración generalizada como ocurre en Perú desde centurias atrás.
Que
los muchachos se enrolen por propia voluntad en el Ejército no tiene nada de
malo. Si son menores de edad es un asunto legal y administrativo. ¿Hay edad
para combatir por la patria y contra los enemigos que eso y no otra cosa son
los narcotraficantes y los terroristas? Que no ocurrieran muertes de niños o
mujeres en las filas atacantes y sí 14 decesos entre los soldados, da
convincente demostración que los militares respetaron los derechos humanos de
quienes les regalaron el pasaporte forzado al más allá.
Como
si no estuviéramos en medio de un conflicto jurídico con Chile, pretendiendo
vivir al margen de la crisis mundial que derrumba a los países como castillos
de naipes, nuestros políticos discurren por dudosas avenidas de solución a los
grandes temas del drama nacional y dan muestras de ineptitud superlativa.
¿Qué
hacen las empresas? ¿y los organismos de inteligencia que bobos reputan como
pandillas de soplones? ¿y los partidos, más propiamente clubes electorales para
quienes la democracia es buena y respetable a condición que les dé trabajo? ¿y
los intelectuales, los pocos que aún no han vendido su “pensamiento-guía” a las
organizaciones de nuevos gángsteres? El silencio parece una constante
vergonzosa en el país. Mientras tanto los caídos aumentan su número a diario.
¡Hay
que reaccionar y hacerlo descreyendo de los pontífices que tienen recetas para
todos los males! El Perú es lo que es por responsabilidad absoluta y
republicana de sus malos dirigentes que gracias a sus historiadores se han
convertido en héroes y sus nombres están en calles y plazas cuando no se les
rinde homenaje. Hay que creer con fe en que NO se puede creer sin crítica y a
ciegas.
Pareciera
que discutir la edad de los enrolamientos de jóvenes no construye soluciones
cuando los narcotraficantes o los terroristas disparan a matar.
¿Qué
clase de mentecatos somos?
¡Atentos
a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos
al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo
el talento salvará al Perú!
hcmujica.blogspot.com
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hmujica
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*Publicado
originalmente en la Red Voltaire 16-4-2009 https://www.voltairenet.org/article159719.html