Informe
Señal de Alerta-Herbert
Mujica Rojas
20-12-2023
¡Semecos por todas partes!
https://senaldealerta.pe/semecos-por-todas-partes/
Si los Semecos (Sectarios, Mediocres y Corruptos) decidieran
formar una pandilla electoral entonces habría un grupo definido por intereses
comunes, fuerza votante y vocación delictiva inobjetable.
Hace 202 años que el fantasma de los Semecos inunda al Perú.
Son una fuerza plural, están en todos los partidos políticos
que en realidad son clubes electorales listos para asaltar el aparato del
Estado. Integran el Congreso, los ministerios, alcaldías, gobernaciones,
juzgados, gerencias de empresas estatales, ministerio público, en suma, están
en todas partes.
Su presencia integra el ADN social peruano que tiene falla
de origen y hasta hoy persiste sin cura ni solución.
Los Sectarios
sólo ven un lado de la moneda, el suyo y ¡sanseacabó!
Los Mediocres
atizan el fuego de la imbecilidad que hacen pasar como ciencia o asesoría bien
pagada con el dinero de los contribuyentes.
Los Corruptos
envilecen cualquier lugar o espacio o ámbito en que posen su adocenada imagen
pérfida.
¿Podría alguien negar que esas constantes no estudiadas ni
descritas aunque están desde siempre, signan al Perú desde que se constituyó
–al menos en el papel- como República?
¡Ningún grupo en singular puede atribuirse tener más o menos
Semecos! ¡Todos están cortados por la misma tijera! Unos hablan de la historia
y las tradiciones y otros de la articulación social y los temas de género.
La putrefacción nacional debe a la esforzada y tenaz
contribución de los Semecos cuotas inmensas.
Don José de San Martín proclamó la Independencia y medio
país estaba ocupado por los españoles.
¿No fueron miles de Semecos los que se inscribieron con
papeles falsos afirmando que habían combatido por la “libertad” del Perú y
obtuvieron pensiones que a posteriori fueron el inicio de sus millones, barniz
aristocrático, posesión de bienes inmuebles y “derecho dinástico” a “gobernar”
al país?
Las indemnizaciones para los que “lucharon” por la
independencia, hicieron a pobres diablos, millonarios y poderosos y con
“derecho” a la presidencia y a todos los puestos. Y sus descendientes siempre ocuparon las más
altas tribunas (si es que eso existe en Perú).
La llamada historia nacional ha convertido a Semecos en
“héroes”, “prohombres”, muchos de los cuales pelearon contra las fuerzas
peruanas durante la guerra contra la Confederación Perú-Bolivia 1836-39; y
aquellos que, una vez invadida Lima, en 1881, fueron donde Lynch a dejar las
armas y a firmar “promesas” que no molestarían al invasor.
Uno de esos, petiso (enano perinola) con sus botas a la
federica, abandonó Perú a fines de 1881 con visado chileno expedido por
Patricio Lynch. Después el sistema le obsequió la presidencia. Y calles y
avenidas llevan su nombre. ¡Qué disparate!
País el nuestro en que la mentira es una institución que
merece libros y autores sectarios, mediocres y corruptos pero nunca se cuenta
la verdad porque aquella traería por los suelos famas, propiedades, títulos y
honores. Los Semecos consiguieron hacer del Perú un país de juguete.
¿Cuántas auditorías prolijas, pormenorizadas escrupulosamente
hay de la gestión de muchos presidentes que mal negociaron contratos con
proveedores foráneos, llegaron pobres y abandonaron ricos Palacio? Acaso uno de
ellos, con el agua de delitos hasta el cuello ¿no optó por el suicidio cobarde?
El historiador canónico del Perú, Jorge Basadre, ensayó una
definición más o menos categórica:
“los podridos han hecho y
hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los congelados lo ven
como un páramo; y los incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos
para que surja una gigantesca fogata.”
Pero no detalló, como debió
haberlo hecho, las culpas traidoras de no pocos que obsequiaron Lima al invasor
chileno; y antes sucumbieron a las trampas de los negociados del guano,
ferrocarriles y otros bienes valiosos.
En horas de angustioso
desconcierto Perú demanda un plan político con fuerzas unidas y en un pacto de
algunos puntos fundamentales: democracia, mayor tributo a quienes más ganan,
imperio de la ley que castiga a todos por igual, trabajo, salud y educación
garantizada. Pero preguntemos con firmeza: ¿cree que los Semecos piensan en
algo de esto?
Reconocer la existencia de
los Sectarios, Mediocres y Corruptos puede ser una pieza fundamental de la
reinvención del Perú. Al menos podríamos señalizar por calles y plazas a estos
bichos y confinarlos para que no sigan contaminando.