Informe Señal de
Alerta
Diario Uno 2-6-2022
Herbert Mujica Rojas
Caso embajador
Fortunato Quesada
Torre Tagle: corrupción NO se tapa con más corrupción
El que calla otorga, reza el dicho. ¿En Cancillería no lo
saben? El caso de que es protagonista involucrado por un ardid, el embajador
Fortunato Quesada, literalmente es una papa hirviente en el Ministerio de
Relaciones Exteriores. Durante 4 semanas en informes puntuales hemos expuesto
datos, lugares, documentos, resoluciones, informes, ninguno de los cuales ha
sido o desmentido o impugnado por Relaciones Exteriores.
El actual titular de Torre Tagle, el abogado César Landa, es
una persona con apego al derecho del que es profesor universitario y que,
además, fuera presidente del Tribunal Constitucional. ¿No bastan semejantes
logros como para provocarle una actitud decidida en un asunto que,
irremisiblemente, va a perder su portafolio de manera humillante?
Por si los muy científicos sociales y analistas no se han
dado por enterados, en Cancillería a través de un manejo ilegal, se grabó
cuarenta horas a un diplomático, se proporcionó dichos documentos a un programa
televisivo y todo nació de la aberrante inspiración de un ministro de
Relaciones Exteriores que quería conocer al dedillo y al detalle quiénes tenían
cita, se reunían y conversaban con el entonces presidente Pedro Pablo
Kucsynski. En buen castellano: se alentó desde el más alto nivel una suerte de
palurda soplonería.
Consigno algunas líneas de la carta del embajador Fortunato
Quesada al canciller César Landa de fecha 19 de mayo último:
“Ref: 1.- Mi carta de fecha 17.03.2022. 2.- El Informe 011
de fecha 09.12.2020 de la Oficina de Recursos Humanos de la Cancillería, de 29
páginas, obtenido vía Transparencia RREE. 3.- Los 31 folios debidamente legalizados
en Israel el 20.10.2020, obtenidos vía Transparencia RREE.
Estimado señor Canciller Landa,
En los tres documentos señalados en la referencia, sobre
todo en la carta que le envié a usted el 17.03.2022, que se sustenta en el
informe técnico 011 de la propia Cancillería y de la prueba irrefutable como
son los 31 folios, queda inequívocamente comprobada la planificación y
organización de la conspiración ejecutada en el 2018 por el embajador José Boza
Orozco y el ministro consejero Pedro Rubín Heraud para obtener grabaciones de
manera ilegal en Israel, al tiempo que el canciller Néstor Popolizio y el
viceministro Hugo de Zela, firmaron diversas Resoluciones Ministeriales como
viceministeriales que terminaron en mi desproporcionada, injusta y arbitraria destitución
en diciembre de 2018.
El origen de toda esta situación nace de la indebida
instrucción del entonces canciller Ricardo Luna Mendoza, quien en presencia de
su viceministro Néstor Popolizio en agosto de 2018 me pide “espiar” al entonces
presidente de la república para que él este enterado de las personas que lo
visitaban y de su agenda. La Lealtad es un principio básico que se debe guardar
y respetar hacia su jefe y el canciller Luna obviamente quería que yo lo
violentara, cosa que no ocurrió.
Han pasado más de 47 meses desde la emisión del programa
Panorama el domingo 17.06.2018, que hoy se sabe fue premeditado y organizado
por el embajador José Boza y el ministro consejero Pedro Rubín, para provocar
un escándalo mediático, con la anuencia del canciller Popolizio, denominado el
número uno y el viceministro de Zela, denominado el número dos. En los 31
folios está claramente descrito lo acontecido.”
¿Dónde está la justicia institucional?
La opinión pública desconoce si los cancilleres a posteriori
la fecha de los sucesos, 2018, hicieron algo respecto de este espinoso asunto.
Y si lo hicieron ¿por qué incurrieron en esos actos?, y si no lo hicieron ¿por
qué? No hay falta de experiencia ni oficio en dos diplomáticos de tan larga
trayectoria como Allan Wagner Tizón y Oscar Maúrtua de Romaña. Sin duda alguna
son ellos quienes deben por, transparencia, aclarar sus procederes.
No hay secreto de Estado ni asunto reservado por si acaso a
alguien se le ocurre esta manida respuesta. El diplomático Quesada se le
zahirió públicamente vía un programa televisivo, se le echó del SDP y todo
pareciera indicar que la componenda fue una vulgar argucia vengativa y sobre
eso hablaremos en entregas posteriores.
Mientras más información de los ex cancilleres, mayor será
la posible solución a lo que a todas luces se va convirtiendo en un tema de
cuyo origen corrupto no hay la más mínima duda y así han concluido otros
pareceres periodísticos con el examen riguroso de la documentación que en su
momento manejaron.
¿Es el único caso de corrupción administrativa pendiente en
Relaciones Exteriores? Me atrevería a decir que no, son muchos otros por mil y
un motivos pero hay que preguntarse si la mudez es buena compañera cuando se
tiene ad portas una vergonzosa derrota para Cancillería porque no hay cómo
ganar un “caso” que se basa en la ilegalidad e ilegitimidad de una celada con
nombre y apellido.
¿No puede formarse una Comisión Ad hoc encargada, única y
exclusivamente de la resolución pacífica, concordada y en beneficio de todos,
de este asunto? ¿Qué tanto miedo hay? La opinión pública ya conoce de los
detalles y aún tenemos mucho que decir basados, como es obvio, en escritos
legítimos, firmados e irrefutables.
La deslucida tesis que propende a ocultar bajo un disfraz de
silencio o confusión álgidos temas que afectan el proyecto de vida de
diplomáticos que pueden exhibir datos, folios y documentos de idoneidad, no
debe permanecer intocable, impune, atrabiliaria.
Reiteramos: los diplomáticos y el ministerio que los agrupa
en su accionar profesional, Relaciones Exteriores, son parte de la burocracia
pagada por el pueblo peruano, por tanto no hay secretismo que valga y tampoco
no culpabilidad ante hechos tan flagrantes y groseros como el que venimos
describiendo ¡sin refutación, ni la más mínima!