por Herbert Mujica Rojas
25-3-2008
TT: vacas sagradas de cuello y corbata
¿Sabe alguien que siquiera de oficio, lea bien amigo, de oficio, se
haya iniciado la investigación del porqué Cancillería sufraga pasajes
aéreos que le cuestan al pueblo peruano el triple en comisión por
boleto que lo que ofertó la más cercana competidora en la "licitación"
que se llevó a cabo en el 2007? ¿por causa de qué, si hay contrato
firmado entre Domiruth Travel Services y Torre Tagle, por casi 1
millón de dólares, con objetivísimo mayor gasto para el Estado, no se
investiga esta olla que promete destilar toda clase de olores? ¿han
vuelto a ser, los de Relaciones Exteriores, vacas sagradas de cuello y
corbata –y algunos con cencerros coquetos- intocables?
Si el pueblo paga a estos funcionarios, no lo hace, bajo ningún
precepto para que le robe o con el avieso propósito que se haga rico
lucrando. Entonces ¿cómo se explica lo que denuncié, el 11-3, en el
texto Torre Tagle: ¡Domiruth otro ejemplo de austeridad! cuyo primer
párrafo sintetiza así el pestilente acápite: "¿Cómo así el inefable
vicecanciller, Gonzalo Gutiérrez Reinel, da pase al contrato por la
suma de US$ 818,251.66 por pasajes aéreos con la firma Domiruth Travel
Service, si ésta cobraba por comisión por cada destino, la suma de US$
142.80 contra US$ 55, de la competidora más cercana? Además, ¿cómo así
el Subsecretario de Administración, embajador Jorge Castañeda Méndez,
desestima el correcto informe del ministro Jorge Nicholson que
demandaba declarar desierta la licitación porque había daño y era
contra el Estado la suscripción del documento que lleva el número de
Contrato 0004-2007-RE/CP de fecha 4-10-2007? ¿Es ésta una nueva
demostración de cómo se entiende en la Cancillería el concepto de
austeridad?".
Si ni siquiera de oficio algún procurador ha tomado acciones o las
compañías desfavorecidas en la licitación, Costamar y Cóndor Travel,
creen que deben actuar, entonces, hay que llegar a la conclusión
aberrante que en Perú las leyes que cautelan el erario público,
simplemente, no sirven porque nadie las hace cumplir. ¿Cómo así que
todos no ven, no oyen, no hablan? O, lo que es más probable, los
veleidosos ujieres de Ucayali, ¿empezaron a moverse para persuadir que
todos guarden prudente silencio? Más que en trabajar documentación o
procesar importantes legajos, hay decenas de paniaguados que sólo
echan a andar dinámicas de control de daños, es decir, tapando los
huecos que sus topos cavan por doquier.
Un viceministro y secretario general de Cancillería, el inefable
Gonzalo Gutiérrez Reinel, fautor clarísimo de una resolución
inconstitucional que hizo firmar al presidente Alan García y que tuvo
que luego ser anulada, a posteriori de haber dejado en ridículo la
majestad de la figura del primer mandatario de la patria, autorizó el
contrato que el embajador Jorge Castañeda, firmante del contrato de
marras, empujó contra viento y marea aún a pesar de las correctas
observaciones del ministro Jorge Nicholson. ¿Alquien ha investigado
cuánta razón, poca o ninguna ostentó en su proclama, el aludido
ministro? ¿o es que fue pura fórmula para cumplir los
"procedimientos"? Lo cierto es que Gutiérrez Reinel, chilenófilo de
mediocre estampa, auto-denominado delfín del portapliego de 2 metros
que está en La Haya, se pasea como Pedro por su casa y como si nada
hubiera pasado.
¿Qué derecho me asiste? El que tienen 26 millones de habitantes: el de
ser contribuyente y el de mantener con mis impuestos a pandillas de
estafadores y monreros en la cosa pública. No sólo hay agio y lucro,
también hay robo de la esperanza y del proyecto de vida del pueblo
peruano. Que otros no reclamen ni digan nada u omitan poner en blanco
y negro sus protestas, es un asunto de cada quien. Debo recordar,
solamente, con alborozo, que hace dos años preparé un informé sobre
las trapacerías cometidas por un grupo enquistado en Devida y jueces
probos ya encontraron mérito penal para investigar a muchos de los que
nombré con multitud de circunstancias y descripciones en esos
artículos. ¿Creen los de Cancillería, en su sano juicio, que hay
motivos para yugular esta investigación, habida cuenta de la
desverguenza y descaro del robo patentado en un contrato que ya está
en múltiples oficinas? A las vacas sagradas hay que quitarles el saco
y la corbata. Y, si es posible, arrancarles, el coqueto cencerro.
También.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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