Wednesday, October 04, 2006

Prensa: ¿autocensura en caso Wagner?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
4-10-2006

Prensa: ¿autocensura en caso Wagner?

En Perú parece no asombrar que un ministro de Defensa, se compre una
casa que en ningún caso cuesta menos de US$ 650 mil, la declare por
casi la mitad, como parecieran decir los papeles de la transacción y
toda la prensa enmudezca, no cuestione, trate con cordialidad y
sepulte bajo toneladas de concreto mediático el asunto. La
autocensura, cobardía por donde se la mire, es uno de los cánceres más
inmorales y sucios que pueda padecer cualquier prensa, la de
Cochinchina y, en especial, la peruana tan proclive a entrar en estos
tenebrosos y auto-medicados túneles oscurantistas.

No hay duda, los funcionarios de la Comunidad Andina de Naciones, CAN,
engendro burocrático, igual de ineficiente que otras oficinas, es una
de las instituciones más caras del mundo. Y la sostienen los países
andinos. Porque el señor Allan Wagner ha sostenido que con su
indemnización (¿no fue que había renunciado?) y la venta de un
departamento, invirtió en la compra polémica hecha pública por La
Razón la semana pasada.

No sólo eso. Los embajadores peruanos o los diplomáticos deben estar
entre los funcionarios públicos más millonarios de todo el mundo. No
sólo de Latinoamérica. El señor Wagner tiene más de dos o tres
propiedades y la última compra no fue una bicoca. ¿Ha mostrado las
declaraciones juradas en que consta el detalle de la percepción de tan
abundantes y copiosos dólares? ¿Acaso no se sabe que una criollísima
como pícara costumbre radica en declarar por menos para evitar los
tributos y su porcentaje, en buena cuenta, una desvergonzada manera de
robarle al Estado? ¿O, alguien va a decirnos que aquí todo es muy
transparente?

Una simple observación da resultados asombrosos: nadie reclama al
señor Wagner Tizón lo que sí estaría obligado a declarar, cantar o
expresar, cualquier otro con menos complicidad en los medios de
comunicación cuyo inocultable guante de seda con esta persona es
evidente. ¿Por causa de qué? ¿Porque ha sido ministro de Relaciones
Exteriores, uno de los más mediocres, por cierto? ¿O porque así es el
diseño corrupto que invariablemente consagra como pro-hombres a las
figuras y figurones de que abominaba Manuel González Prada? ¿O porque
fue, en el primer gobierno de Alan García Pérez, el encargado del tema
de los aviones Mirage? ¿Justicia poética que hoy le hayan encargado la
cartera de Defensa?

Tal parece que la observación que escuché hace pocos días en Arequipa,
justo cuando se publicaba este asunto de la casa de Wagner en Lima, y
referida al inexistente Congreso que da las muestras más patentes de
no estar en el ajo de ¡absolutamente nada! tiene savia y contenido.
¿Porqué nuestros hombres en el Establo no salen de esa perplejidad
permanente y atolondramiento que los divorcia del pueblo de un modo
terminal? ¿No hay quién les diga que así se van todos a se acabar y
consumir? ¿República? ¡No, mojiganga!

Mientras que el común de los peruanos vive con el equivalente de menos
de US$ 1 (S/. 3.30) al día, aquí tenemos funcionarios que pueden
acomodar sus cifras en transacciones no muy claras y sobre las que hay
sospecha de inexactitudes para escamotear fondos al Fisco. Por lo
menos, hay que conocer más los detalles del intríngulis. Y es la
propia salud pública de los funcionarios la que está en juego.
Recordaba Ricardo Palma que cura que no tiene cerería, de dónde pecata
mía, si no es de la sacristía. ¿Estamos frente a un caso de esa
naturaleza?

Cuanto avanzó el diario La Razón es básicamente cierto y el propio
Wagner ha precisado una que otra cosa. Sin embargo, quedan flotando
dudas sobre los montos y lo correcto que hubiera sido tributar lo
debido. Mientras no se demuestre lo contrario, sombras cubrirán este
capítulo ignominioso para una prensa cómplice y amigota. ¡Y no hay
excusa posible para no sujetarse a la ley! ¡Así de simple! ¡Y nadie
podrá decir que no vengo solicitando, desde hace años, un homenaje
público para el señor Allan Wagner Tizón por ser uno de los
embajadores que sobrepasó los dos metros de altura! ¡Y todo está en
blanco y negro!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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