por Herbert Mujica Rojas
23-6-2009
Caso LAS: "justicia" tuerta y despreciable
http://www.voltairenet.org/article160711.html?var_mode=calcul
El ciudadano Luis Alberto Salgado, candidato a la secretaría general
del Partido Aprista fue expulsado pocos días atrás de esa
colectividad. Se arguye como justificación, sin haber requerido su
testimonio, es decir, como ocurre en cualquier juicio ordinario e
imparcial, sus declaraciones al diario La Primera. ¿Desde cuándo están
prohibidas las manifestaciones y opiniones que ampara nada menos que
la Constitución del Perú? Como antes LAS había estado en el programa
de César Hildebrandt, El Perro del Hortelano y semanas previas hizo
algo similar Jesús Guzmán Gallardo, emitiendo expresiones durísimas
("hace mucho tiempo que el señor Alan García dejó de ser aprista"),
hay que concluir que aquí actúa una "justicia" tuerta y despreciable.
¿Puede pasarse por alto lo que está ocurriendo al interior del Partido
Aprista? Me temo que eso no es posible, sobre todo, cuando hay un
cúmulo de monstruosidades antidemocráticas, totalitarias, asesinato
masivo de cualquier derecho humano y que tiene en LAS al protagonista
involuntario de mediocridades y envidias como miedos cervales de que
su trabajo político siguiera ganando adeptos a lo largo y ancho del
país y en carrera, como se ha dicho, hacia la secretaría general. ¿O
creerán los ingenuos que sólo se violan los derechos humanos cuando
alguien va al calabozo?
La interrogante de cualquier lector es muy simple: si Jesús Guzmán fue
mucho más allá en sus declaraciones públicas, tanto en El Perro del
Hortelano cuanto que también en La Primera pero a él no lo expulsan,
algo debe estar ocurriendo, raro y tremebundo, porque a LAS
simplemente ¡lo botan sin escucharlo siquiera! ¿O también estaban
aterrorizados de no poder responder la andanada lógica, jurídica,
política, imbatible, de que hubiera hecho gala con pasión militante,
Salgado? Ninguno de los ramplones anónimos que echan a LAS tiene
lustre propio y no sale del circunscrito y humillante papelón de
testaferros, simples eslabones de quienes tiran la piedra y esconden
la mano.
Si, como viene dibujándose en el panorama, los derechos humanos de LAS
están siendo aplastados por una maquinaria presa de su miopía tuerta
¿no existe la genuina aspiración a escuchar la protesta, en otros
casos hasta escandalosa, de las entidades que dicen defender esos
mismos derechos humanos? ¡El hecho no está ocurriendo en Marte o en
Ganímedes! ¡Es aquí y ahora y con nombres y apellidos!
¿Puede LAS exponer su caso ante los tribunales internacionales? Sin
duda que sí. Los fanales negros que alumbran la nula inteligencia de
esos jueces cretinos no han mensurado lo que significa que un genuino
defensor de los derechos humanos denuncie que los suyos están siendo
aplastados por la administración del señor Alan García Pérez.
¿Recordarán aquellos lo que sucedió sangrientamente en Bagua y cómo la
opinión pública mundial ha censurado al régimen? Los derechos humanos
no deben ser sólo pretexto de mercenarios que viven a costa de buenos
negocios propagandísticos, sino ejercicio leal y firme de defensa de
la persona humana al margen de su militancia, credo, posición social o
raza.
Si hay algo que ha destrozado el fallo que expulsa a LAS del Apra, es
cualquier principio de equidad o buen juicio. ¿Qué espera Jesús Guzmán
Gallardo, también candidato a secretario general, para reclamar su
expulsión? Sería otro lauro a su larga trayectoria de militante
aprista desde hace más de 50 años.
Y me preocupa esa miopía mediática tan estentórea: a LAS se expulsa
por sus declaraciones impresas en blanco y negro por La Primera, pero
no se dice ni se alude a su presentación en el importante programa de
César Hildebrandt, El Perro del Hortelano. ¡A eso se llama
discriminación con la prensa televisiva!
Pregunté días atrás por la participación del presidente Alan García en
el enojoso, absurdo y cretino intríngulis. A nadie, en su más
optimista visión, se le ocurriría presumir que Mauricio Mulder posee
tanta velocidad de crucero y para un asunto tan delicado. Habría que
preguntarle al mismo secretario general cuyo mandato feneció en junio
del 2006 (¡hace 3 años!) si se siente feliz por haber actuado de
guillotina con quien le enseñó qué era aprismo en la universidad,
doctrina política de la que no tenía la más mínima idea antes. C'est
la vie!
Cualquier "justicia" tuerta siempre será despreciable.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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