Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
28-8-2019
Perú, país donde el
tiempo está detenido
Si uno leyera en estos días las filudas admoniciones que
lanzó Manuel González Prada, sin saber su nombre, podría pensar que está
hablando con gran acierto y en presente porque el tiempo se ha detenido en
Perú.
Leamos a don Manuel:
“Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué, en lugar de discutir la
disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela de juicio la necesidad
y conveniencia de suprimirse? ¡Qué han de hacerlo! Senadurías y
diputaciones dejan de ser cargos temporales y van concluyendo por constituir
prebendas inamovibles, feudos hereditarios, bienes propios de ciertas familias,
en determinadas circunscripciones. Hay hombres que, habiendo ejercido por
treinta o cuarenta años las funciones de representante, legan a sus hijos o
nietos la senaduría o la diputación. No han encontrado la manera de llevarse
las curules al otro mundo. Haciendo el solo papel de amenes o turiferarios del Gobierno,
los honorables resultan carísimos, tanto por los emolumentos de ley y las
propinas extras, como por los favores y canonjías que merodean para sus
ahijados, sus electores y sus parientes. Comadrejas de bolsas insondables,
llevan consigo a toda su larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada
miembro del Poder Legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia
de subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona los
jugos vitales de la Nación.” Nuestros
legisladores 23-11-2005 http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/nuestros-legisladores
Escribí en Superemos
a González Prada el 7-11-2008:
“¿Existen los partidos políticos? Son clubes electorales. Usinas que
proporcionan técnicos o panzones funcionales al Estado, pero en modo alguno,
alfiles de la revolución constructiva de que hablaba hace más de 50 años Manuel
Seoane y que empezó tempranamente una prédica hoy olvidada por quienes se reclaman
sus alumnos. Hay una diferencia enorme entre las tribus caníbales que abundan
en la cosa pública, esperpentos fagocitadores y cancerosos de cualquier
esfuerzo y las fraternidades calurosas que construyen naciones al amparo de los
fueros de la decencia, dignidad y solemne virtud para forjar un país. No son lo
mismo tropas de capituleros angurrientos que combatientes de insobornable
decisión y ansias de victoria. ¿Hay que refundarlos? Pero ¡si no existen! Verbi
gracia: hay que crearlos superando a González Prada que admonizaba que no era
bueno “tomar a lo serio cosas del Perú”.
Fundamental resulta advertir que la opinión libre no puede hallar
ataduras ni cortapisas. El que dogmatice camina hacia la entelequia. El que
crea que sus verdades son apodícticas, transita hacia la estupidez. Y las
naturalezas muertas no crean ni edifican, sólo apestan y envilecen. Por
desgracia en Perú sólo hay la lectura de infortunios y desgracias. Pero es hora
de trocar la sentencia atroz en que discurría don Manuel para convertirla en
acicate, espoleo, látigo y furia hecha creación genuina, heroica y
revolucionaria que constituya el baluarte de la reconstrucción nacional. No es
pigmeo el reto. Sin embargo, tampoco debemos desdeñar la posibilidad de
volvernos gigantes como lo fueron los incas y los preíncas. ¿No es aquello
posible?” https://bit.ly/2MYuV1m
¿No vemos hoy a unos paniaguados que NO quieren irse a su casa y dejar
la curul que inmerecidamente ocupan? La monserga que fueron elegidos por 5 años
no resiste la repulsa popular que les otorga porcentaje de un dígito de
aprobación.
Y esos mismos mediocres se aferran al puesto, no por el bien del país,
sino por un elemental y muy deleznable instinto de supervivencia. Sin el fin de
mes o el auto con chofer o turiferarios y esbirros en forma de secretarias o
asesores que les abran la puerta y les cuenten historias para decir bobadas,
son cero a la izquierda y símbolos de la nada más elemental.
¡Qué duda cabe, en Perú el tiempo se ha detenido! Infortunio del que hay
librar a nuestro pueblo.