Documento No. 133
Llamamiento de Cáceres a guerrilleros para derrocar al gobierno chilenófilo
Jefatura superior política y militar de los departamentos del centro.
Huancayo, junio 5 de 1884
Al comandante de las guerrillas de Chupaca, don Tomás Bastidas
Ha llegado el momento solemne en que los pueblos todos de la
república, deben levantarse como un solo hombre en defensa de su
honra, de sus propiedades y de su vida.
Una falange de conocidos salteadores públicos han tomado el pretexto
de la política para constituir gobierno, a la sombra y con la
protección de los chilenos, no persiguiendo más objetivo que aniquilar
a los ciudadanos honrados, saquear los pueblos y consolidar su odiosa
dominación, sobre las ruinas y los escombros del Perú, después de
haber entregado a Chile, la parte más rica y floreciente de nuestro
territorio.
Esos malvados, que han vendido su patria por un puñado de oro, merecen
el más sangriento y ejemplar castigo.
Para que esta tarea patriótica y gloriosa, convoco a todos los
distritos, ya que durante cinco años de guerra he luchado sin tregua
ni descanso contra nuestros conquistadores y contra los malos peruanos
que han escarnecido el deber y han volteado las espaldas a la causa de
la república.
Lo que he buscado ayer, lo que busco hoy y lo que buscaré siempre, es
sólo el engrandecimiento del Perú, levantando bien en alto la enseña
del orden y de las garantías... que los enemigos pisotean con inaudito
atrevimiento.
Es necesario, pues, que para iniciar la era de castigo de los infames
chilenos, de los Judas de la patria, se organicen en el día, con toda
clase de armas (ilegible), de su distrito y se presente en el
campamento de Chupaca (documento roto), de marchar en unión de los
pueblos sobre el foco de traidores para reconquistar con la firmeza
inquebrantable y el heroico valor desplegado en Marcavalle y Pucará,
la libertad y el orden, base inconmovible del bienestar y el
engrandecimiento de los pueblos.
Si contra todas las esperanzas del patriotismo, no correspondiese a mi
llamamiento, entonces no sería yo responsable de las desgraciada
suerte que le toque mañana, pues el triunfo de los achilenados
iglesistas ha de ser la muerte y destrucción de los ciudadanos
honrados, quienes sucumbirán en las cárceles, bajo el peso de los
grillos y del látigo infamante, quedando sus mujeres y sus hijos
sumidos en la eterna esclavitud del despotismo.
Espero pues, que Uds. comprendiendo su deber y deseando su libertad,
concurrirán presurosos al lugar que se les designa.
Constancia y valor.
Dios guarde a Ud.
Cáceres
CJCV.
*Campaña de La Breña. Colección de Documentos Inéditos: 1881-1884.
Luis Guzmán Palomino. Lima 1990