Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
24-5-2025
Divisionismo y vanidades de cuchitril
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Para delicia y
mejor salud de los sectores más retrógrados de la política, economía y finanzas
del Perú, los súper ególatras predominan, dividiendo al campo popular,
garantizando con su bizantinismo, una derrota -otra más- sin atenuantes el
2026.
Cada cúpula
maneja su grupo o club electoral como le da la gana. Lo que hoy es tara o
estafa, mañana, si conviene a la candidatura, será virtud y estrategia que
dicta la “experiencia”.
No menos de 40
conjuntos disputarán la elección presidencial, en diputados y senadores el
2026. Según los entendidos, no más de 5 ó 7 lograrán representación en las
cámaras e ingresar a la segunda vuelta. Todos con porcentajes magros, anémicos,
ayunos de genuino y caudaloso respaldo popular.
Pareciera que
todos están de acuerdo en perpetuar el marco indefinido, claroscuro, mediocre,
criminal en que se expiden los organismos del Estado con instituciones que
compiten entre sí para exhibir comportamientos aviesos y delictivos.
Gobierno no
equivale a desorden caótico ni justa para tomar conocimiento de las
“criolladas” que hacen en nombre de la experiencia viejos depredadores de la
cosa pública. Aposentados en sus gerencias, se hacen dar homenajes, diplomas,
reconocimientos y sus hazañas consisten en robos y estafas del dinero popular.
¡Precisamente! el
diseño que permite la multitud de grupúsculos carroñando votos y dispersando
esfuerzos, asegura que los grupos de poder, presenten candidaturas más fuertes
(dentro del lóbrego panorama) pero que tamizan el ansiado camino al balotaje.
Un conocido vals
dice que toda repetición es una ofensa. ¿No estamos yendo a una repetición del
gobierno de Castillo debilitado por dentro y con hienas hambrientas a tumbarlo
con todo?
Nada hace
presagiar que los reaccionarios no se dividan pero que manejan mejor las
fórmulas de captura del Estado y de sus gobiernos, no hay refutación posible.
Por tanto sus ánimos se encaminarán a continuar, con sus privilegios y
dominios, en la cabeza del Estado y del próximo gobierno.
No hemos
escuchado voces convictas que planteen la unidad en torno a aspectos
fundamentales pero sabios. ¿Se quiere ganarle a la derecha más momia de América
Latina? La respuesta es inequívoca: ¡Sí! El asunto es cómo hacerlo.
Recordemos con la
historia, madre y maestra, un hecho muy importante. En 1945, el continuismo
conservador, impulsó la candidatura de Eloy Ureta. Desde Arequipa, el año
anterior 1944, se impulsó la conformación del opositor Frente Democrático
Nacional, FDN.
Como columna
vertebral con asiento popular y muchedumbres combatientes, el FDN tuvo al
partido aprista que luego de largos años y poco antes de la elección del 45,
salió de la clandestinidad bajo el nombre de Partido del Pueblo.
El FDN presentó
la candidatura del jurista José Luis Bustamante y Rivero.
Nunca fue
explicada con luces suficientes el por qué no se presentó la candidatura
natural de Víctor Raúl Haya de la Torre ese año. De repente la exageración del
poder de la derecha se sobredimensionó y lo propio la influencia del estamento
militar.
Bustamante
gobernó (mal gobernó, propiamente dicho) y se alineó con la derecha, dio la
espalda a su base popular, el Partido del Pueblo, y el divorcio fue patética
demostración violenta que hizo explosionar las esperanzas de ese trienio
democrático.
Se produjo el
receso parlamentario en 1947 (el Senado dejó de funcionar); cayó asesinado Francisco
Graña, director de La Prensa; el 3 de octubre de 1948 se produjeron los hechos
de violencia en el Callao y se ilegalizó al Apra. El 27 del mismo mes y año,
Manuel Odría, dio golpe de Estado y expulsó a Bustamante.
Lo narrado a
guisa de necesaria ilustración para los más jóvenes y para los veteranos que
tampoco suelen leer gran cosa (si algo).
El Frente
Democrático Nacional logró el doble de la votación de Eloy Ureta con la
candidatura de Bustamante. La unión hizo la fuerza, los sindicatos recomenzaron
su acción reivindicacionista, el silencio y el terror fueron desterrados y las
masas participaron en la forja del destino nacional.
¿Qué se pide
ahora? ¡Claridad y sacrificio! ¡Qué los lidercitos de juguete que capitanean
los clubes electorales, depongan sus ambiciones gigantescas y de opio! Causa
mucha gracia que gnomos que no son conocidos ¡ni en su barrio!, pretendan
cargos e investiduras que no merecen.
Vacas sagradas,
habilísimas en estafar el dinero público vía los sueldos mensuales fijos pero,
sobre todo, con el tráfico de influencias generalizado, donde cada cita tiene
precio, sin huellas, en cuentas foráneas y códigos cifrados que hacen ricos a
muchos pata al suelo, son parte de esta abanico corrupto que incluye a egregios
representantes de la diestra y la siniestra ¡auténticos chupasangres de la
sociedad civil!
Los siete enanos
del cuento deben conciliar y aunar esfuerzos. Como en la novela de Dumas: ¡uno
para todos y todos para uno!
Los militantes
deben exigir renovación a sus cúpulas. Viejos saurios que representan el agio,
la usura, la inmoralidad y la timba con dinero del pueblo, deben irse a sus
casas a dormir de sus memoria o viendo cable en castellano. ¡No merecen estar
ni un minuto más en la cosa pública del país!
¡Abajo los
divisionismos y las vanidades de cuchitril!