Monday, October 30, 2006

¡Inmediato cese de ministro Wagner!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-10-2006

¡Inmediato cese de ministro Wagner!

El ridículo servil que protagonizaron en Chile hace pocos días, dos de
los más lamentables diplomáticos, el uno en Defensa, Allan Wagner
Tizón y el otro en Cancillería, José Antonio García Belaunde, en la
cita llamada de 2 + 2, configura, a todas luces una cortina de humo
que esconde la chilenofilia de que son dueños caraduras estos dos
personajes. Tanto en Chile como en Perú debieron admitirse las
imprecisiones acerca de la homologación por la que el país del sur NO
parará la compra de armamentos y a través de la cual Perú no avanzó ni
un centímetro. El cese del ministro Allan Wagner Tizón, debía ser un
hecho perentorio para la salud y dignidad de la república.

Ha dicho Wagner que el límite de las relaciones con Chile es el cielo,
pero, por pusilanimidad congénita, no llevó en la agenda el primer y
único requisito fundamental que discute cualquier país cuestionado en
sus fronteras marítimas como es el tema de la delimitación. Sostiene
aquél que se deben superar las "desconfianzas mutuas" ¿?. ¿Sabrá este
señor qué país es el que ha invertido miles de millones de dólares en
armamento? ¿Y que eso configura la desconfianza del sur que se
apertrecha contra el norte en que vivimos nosotros? La lógica indica
que quien se prepara con tanto esmero y prepotencia es, sine qua non,
el potencial agresor cuyos precedente en 1836 y 1879 dan testimonio
evidente de bestialidad feroz. Wagner es un gonfalonero pro domo sua,
acrítico y deleznable del sur.

Si la homologación es una "metodología estandarizada" como reza la
huachafería de términos empleada para darle un aura de respetabilidad
a lo que fue una concesión frívola y turística, pagada por el pueblo
peruano, a dos diplomáticos claudicantes, no deja de ser notorio y
evidente que en Chile sí que no respetan la "intelectualidad" de la
propuesta del señor Wagner acerca de la seguridad cooperativa. El
intelectual de ONG que es este caballero no pudo popularizar aquella
asunción creada por el Departamento de Estado de Gringolandia contra
el terrorismo por la simple razón que por esos pagos sí se mofan y
ridiculizan a quienes así lo merecen. Y este es un caso notable de
falta de sindéresis y hasta de vergüenza propia de no saber cuando se
está haciendo un papelón como aconteció la semana pasada.

¡Nada ha cambiado! Chile seguirá comprando armas, la homologación es
un papel higiénico alabado sólo por mercenarios contratados para hacer
los discursos del hasta hoy ministro de Defensa y la delimitación
marítima con Chile está, como desde hace años, fuera de cualquier
discusión o litigio cuando ocurre que es el gran tema esencial del
drama peruano que no puede hacerse respetar y menos con esta clase de
funcionarios tan vergonzosamente entreguistas.

¿Puede parecer raro lo sucedido? No. Mil veces no. Wagner y García son
dos fanáticos de la adhesión peruana a la Convención del Mar que
colisiona directamente con el Artículo 54 de la Constitución, yugula
nuestro riquísimo Mar de Grau y cohonesta antiguas concesiones como
aquella que en 1986 Wagner otorgó a Chile al aceptar el muellecito
planteado por aquel país y, además, violando el Tratado de Lima del 3
de junio de 1929. Más aún, nunca, en Cancillería se aclaró qué había
ocurrido en noviembre de 1999 cuando una pandilla, entre los que
estaban Jorge Valdez, Fabián Novak Talavera (traidor), Fernando Pardo
y Carlos Pareja, pretendieron convalidar el curso de acción chilena
sobre lo que no acordó el presidente Augusto B. Leguía y que se
especificaba en el Plan de Remozamiento Portuario de Arica que vino en
1929 al Perú y que fue ignorado aviesamente por los mencionados. NO es
una casualidad que ningún Congreso haya siquiera discutido tan abyecto
entreguismo.

Ha dicho con desdorosa voz el canciller García Belaunde que "Chile no
nos está meciendo". ¿Para quién trabaja este tipo? Foxley, su par
sureño, debe estar muy aliviado porque le ayudan no poco pero imagino
que está muy desconcertado también por la estúpida obsequiosidad de
alguien que dice ser el titular de Torre Tagle.

Con inverosímil desverguenza declara para la televisión Wagner que
"hay que tener la convicción que las armas de Chile no apuntan al
Perú". ¿Entonces, este individuo tendrá que decirnos si los miles de
millones de dólares en armas son para atacar a los pinguinos en la
parte más austral de ese país vecino? Wagner no hace esfuerzos para
persuadirnos que también es un hombre de escasísimas neuronas si es
que tiene algunas y no las inventadas por los miedos de comunicación.
Ya César Hildebrandt, refiriéndose a García Belaunde le calificó como
débil mental.

El contrabando va ahora envuelto en un Tratado de Libre Comercio con
Chile que su Congreso ratificará como se sabe por múltiples
expresiones públicas y que necesita acción similar por parte del
Parlamento peruano. La especie que necesitamos a Chile para tender los
puentes al Asia es una falsedad, lo inverso sí es lo correcto porque
nuestras ventajas geográficas y de costos ameritarían la construcción
de megapuertos facilitadores del tránsito comercial brasilero y sus
productos hacia oriente. Y que Chile se oriente por puertos nacionales
camino al Asia.

El presidente García tiene la obligación perentoria de actuar. Y
cesar, de inmediato, al mediocre Allan Wagner Tizón o nombrarlo
inspector de zoológicos con rango de ministro.

Y, acaso, se pueda rapar y pasear por las calles de Lima montados en
sendos burros, para escarnio de su mal comportamiento contra el Perú,
a estos dos funcionarios ajenos a la historia, tradición y dignidad de
la república.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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