Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
25-10-2024
¿Humanidad para sicarios y delincuentes?
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“¿Humanidad para
asaltantes, sicarios y habituales que hacen del delito la razón de su
existencia?” se pregunta con voz enérgica y refiriéndose al Código Penal vigente
que derogó el de 1924, el ex parlamentario, presidente en Diputados y varias
veces reelecto legiferante Héctor Vargas Haya.
“Desde el 8 de abril
de 1991, rige en el país, el nuevo Código Penal, promulgado por el autócrata Alberto Fujimori, que calculadamente
derogó al código de 1924, ante el jolgorio de la delincuencia común y, por
supuesto, de ciertos bufetes dedicados a la defensa en materia penal.
El reemplazado
Código de 1924, contenía normas punitivas contra la delincuencia, actualmente
eliminadas en beneficio de los malhechores comunes, a los que confiere
sospechosos beneficios, que no los contemplaba el referido código anterior, el
que, no obstante su antigüedad, era
superior cuanto a la necesidad de reprimir a la delincuencia, en estos días
brutalmente incrementada”, subraya don Héctor.
En circunstancias en
las que se requería de mayor rigor punitivo, se han instituido privilegios a
favor de los delincuentes, uno de ellos, cuanto a la libertad condicional o
pena suspendida a favor de condenados, hasta con cuatro años de prisión, beneficio que no se daba en el referido
Código de 1924, que sólo lo permitía para delincuentes primarios, cuya condena
no superaba un año de prisión, hoy ampliado, sospechosamente, a cuatro años.
Cuando la sociedad
esperaba un mayor castigo, en circunstancias en que el crimen ha adoptado
niveles dramáticamente letales, esto es un despropósito. Desde luego, no sólo
se benefician los avezados delincuentes, por supuesto, igualmente sus
defensores, que cuentan con una gama
inmensa de recursos para liberar a sus defendidos”, agrega Vargas Haya.
Pero eso no es todo”
incide don Héctor “los redactores de la exposición de motivos del citado
Código, llegaron a sostener la necesidad de eliminar los agravantes de la
REINCIDENCIA y HABITUALIDAD de los delincuentes.
Y para consagrar el
estropicio, terminaron sosteniendo textualmente:
“La Comisión Revisora decidió proscribir del
Código Penal los institutos penales de la reincidencia y la habitualidad. Hoy
no resulta válido, en verdad, conservar estas normas aberrantes…La Comisión
Revisora estima que carece de toda lógica humanidad y sentido jurídico, el
incremento sustantivo de la pena
correspondiente a un nuevo delito.”
Preguntado por las
supuestas razones de sustento, don Héctor indicó: “Nadie ha dicho una sola
palabra sobre el desafiante anuncio, escarnio de la sociedad nacional, de quien,
mientras estuvo vivo, con el mayor desparpajo, ante la sorpresa del mundo, retó con su arrogante y desafiante
reincorporación a la libre práctica política, no obstante su condición de
presidiario, y con causas criminales pendientes de juzgamiento por corrupción,
del que durante su campaña en 1990, había declarado tener por todo patrimonio
un “viejo y gastado” tractorcito, fue el capitoste de una opulenta familia,
petulante y desafiante”.
Agrega con
indignación don Héctor: “Desde luego, nada de eso interesa en la tierra de Pepe
el vivo, del lenguaje “cuánto hay”, de los que califican de leproso al hombre
honrado, o de “rara avis”, en la voz de los que se impresionan con la práctica
de la probidad.
“¿Se ha impuesto
acaso una suerte de convivencia con el delito, convertido en una suerte de
pasaporte, al admitir y consagrar el retorno de quien no tuvo empacho en pactar
con el no menos corrupto y suicida, al que le había prometido solapar y
enterrar latrocinios a cambio del apoyo electoral que recibía y que en efecto,
contó con no pocos militantes del partido del que, su socio se aprovechó con
indignidad? La sociedad peruana, no se merece tanto escarnio”, exclama Vargas
Haya.
En cuanto a borrón y
cuenta nueva, don Héctor apunta categórico: “La trayectoria delictiva del ex
presidiario hoy fallecido, es muy amplia. Parecería que se trató de archivar
otros hechos nefandos, cuyo juzgamiento nunca interesó. Verbi gracia el proceso
por corrupción, derivada
del doloso uso de más de tres mil
millones de dólares, parte del remate de 238 empresas públicas, con los que su
carnal y socio de aventuras sobornaba a políticos, empresarios de televisión y
prominentes jefes militares que se
alinearon, con devoción, a la corrupta empresa que se caracterizó por
hacer escarnio de la sociedad?.
“El testimonio de esos robos y asaltos –subraya
Vargas Haya- figura en seis tomos (3,650 páginas), del archivo denominado “En
la Sala de la Corrupción”, que parece no interesar y dar paso a una suerte
de convivencia con el delito y de
“borrón y cuenta nueva”.