por Herbert Mujica Rojas
17-7-2008
¡Compromiso por Hildebrandt!, agitación de conciencias
El pueblo es más sabio que todos los sabios. Ve donde el zafio
tecnócrata que todo atribuye al lucro no distingue. Sabe reconocer a
quienes le convocan en la jaculatoria simple de su concurso y
asociación a través de S/ 1 (un sol) o lo que quiera dar, vía una
cuenta de ahorros de conocimiento público. Y sabe que esta dinámica
voluntaria y de conciencia no es sino la extraordinaria posibilidad
democrática de darse, por gesto soberano, la chance de tener en la
radio o en la televisión a César Hildebrandt, con sus aciertos y
yerros, con su estilo punzante pero, sobre todo, premunido de esa
conducta que le ha hecho, sin lugar a dudas, ser el más importante
comunicador peruano de las últimas tres décadas.
Con poquísimos días la novísima experiencia ya tiene anécdotas de toda
clase y el humor tiñe no pocas de sus ocurrencias. Alguien llamó desde
Arequipa y su voz femenina de inconfundible acento characato insistió
en comunicarse con el "Chato" y proclamó su admiración, lealtad y
anunció que ella y su familia habían juntado S/ 100 (cien). De nada
sirvieron mis explicaciones aclarando que no era CH. Ella habló y yo
sólo pude escuchar y hasta insistió subrayando que "tomara en
consideración el sacrificio que costaba llamar a la capital".
Iba en un taxi, con mi inconfundible maletín lleno de papeles,
propaganda, libros y facturas por pagar, cuando una llamada inquirió
por detalles de la campaña. Y cumplí con mi deber casi leyéndole el
modesto artículo ¡Compromiso con Hildebrandt! El interlocutor quedó
muy satisfecho. El problema se presentó a la hora de llegar a mi
destino: el taxista se negaba a recibir el pago por el servicio y tuvo
una ocurrencia genial: ¡considere que ya he puesto mi cuota simbólica
con el "Chato"! No hubo forma de convencerlo de cualquier otra cosa
(por cierto, ya hice el depósito).
Los compatricios del exterior no se quedan atrás. Las quejas contra
los costos de la transferencia, se transformaron en criollísima
ocurrencia y así los parientes aquí harán el depósito y luego
arreglarán cuentas entre ellos. Un lector advirtió: "ojalá que mi tía
no crea que la voy a cerrar", peruanismo que equivale a estafar. Otros
han sido más prácticos e hicieron sus contribuciones de frente.
Muchas radioemisoras de todo el país ya han empezado a difundir el
¡Compromiso con Hildebrandt! con la aspiración inequívoca y
justificada de entrevistar al conocido hombre de prensa en los
próximos días. Tómese en cuenta que Hildebrandt le ha hablado al Perú
por la televisión, la radio o en artículos de su confección. Esta vez,
protagonista de su propia epopeya de lucha contra poderes muy
poderosos que ambicionan pulverizarlo, dialogaría con la gente común y
corriente vía la radio a muchas ciudades del interior.
Bien vale la pena repetir lo dicho:
Con el objetivo de impedir que el programa Al día con Hildebrandt deje
de transmitirse definitivamente, deposite S/ 1 (un sol) –o lo que
usted quiera- en la siguiente cuenta de ahorros del Banco de Crédito
del Perú en cualquier sucursal a lo largo y ancho del país o desde el
extranjero:
193116-4444-169 (Código Swift: BCPLPEPL)
Un grupo de amigos y patriotas hemos decidido que esta vez NO sean las
garras del poder económico las determinantes en relación a la
presencia de César Hildebrandt en los medios de comunicación.
Esta agitación altruista es una empresa de buena fe. No necesita o
prescinde de certificaciones notariales, ociosas y supérstites de una
cultura colonial amante del papel. Hay que reivindicar el valor de la
palabra pública empeñada, escrita, radiada o televisiva y hay que
juzgar a los vectores.
El ¡Compromiso con Hildebrandt! es simplemente una agitación altruista
de conciencias y un asunto voluntario y que no reconoce ninguna
vertiente partidaria o sectaria.