Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
25-11-2023
¡Los embragues: metepatas profesionales!
https://senaldealerta.pe/los-embragues-metepatas-profesionales/
Son cientos de miles en todo el país. Infestan la burocracia,
entorpecen cada vez que pueden las buenas leyes y traban no pocos desarrollos.
Meten la pata y luego hacen el cambio, los embragues podrían constituirse en
partido político y, por su cantidad, ganar elecciones.
“Sería injusto no dejar de
reconocer que este es uno de los peores Congresos de que pueda avergonzarse la
historia nacional. Con rarísimas excepciones decentes y sinceras, hay
chamulladores baratos, mitómanos feraces, mentecatos profesionales, logreras
con bonitas piernas y escaso cerebro, en síntesis una colección inenvidiable
para cualquier pueblo. Se asemejan al dispositivo mecánico de los autos, el
embrague, porque ¡primero meten la pata y después hacen el cambio! Si aquí
existiese la justicia, los parlamentarios debían de pagar en lugar de cobrar”.
(24-11-2005 Congreso: ¡embragues al por mayor!* http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/congreso-%C2%A1embragues-al-por-mayor
Un país que no educa en la
eficiencia a su burocracia y que se deja vencer por el cáncer de la rutina y
sus demostraciones nocivas en el servicio público, sólo obtiene resultados negativos,
desalentadores y que el lenguaje burocrático lleno de azúcar empalagoso, no
alcanza a disimular, y muestra su impúdica lentitud a diario.
Cuando el metepata profesional o
sea el embrague, hace de las suyas, no hay mecanismo que lo corrija, a lo más
una que otra llamada de atención o el silencio cómplice porque ¡todos hacen lo
mismo! Entonces, nace un “espíritu de cuerpo” y el recuerdo del refrán: “si del
mundo quieres gozar: ver, oír y callar”.
Los partidos políticos debieran
ser la cantera de cuadros preparados en la acción pública y bajo la premisa
fundamental que la honradez prime en todas sus acciones. Robar, esquilmar el
dinero de los contribuyentes, es un acto criminal.
El cuadro real es que los así
llamados partidos políticos son simplemente agrupaciones que medran para las
elecciones a ver qué pescan. Los dirigentes, casi siempre con pasados
vergonzantes en denuncias, sospechas de malos comportamientos y uñas largas en
contratos con nombre y apellido, son los que acceden a los puestos.
Como es de inferirse fácilmente,
todo aquél que tenga esa clase de hoja de vida, tendrá deudas que pagar, tarde
o temprano. Es decir, casi sin haber hecho uso del puesto, ya debe honrar la
coima o el derecho de piso.
¿Y cómo hacen los escogidos para
no “quedar mal” con sus patrocinadores? ¡Muy simple, se enrolan en toda clase
de trapacerías y pagarán y pagarán con tal de reunir la deuda y cancelarla! El
mecanismo perverso se repite, años de años y desde tatarabuelos a tataranietos.
Los embragues no tienen sentido
de patria, sólo otean cómo sacarle jugo al puesto y desde esa tarima favorecer
a los conocidos que alimentan, por fuera y copiosamente, el premio a los
favores. En buen castellano, lo que debiera ser servicio, se convierte en
mercancía con valor de cambio, al mejor postor.
¿Cuántas leyes están sin
reglamento? ¿Alguien puede decir que todas son malas o inútiles? Tengo la
impresión que una cosa es la conciencia sobre la profunda mediocridad del
Congreso, la burocracia, su orfandad de miras superiores y su incultura
escandalosa, pero otra es poner freno adrede a modificaciones importantes.
El metepata profesional requiere
de cocachos efectivos y regeneradores. Aunque todo tiene un límite, el
adiestramiento para el funcionario público debiera ser muy exigente. Van a
manejar los dineros del pueblo y eso solo basta para demandar exhaustivo examen
en todos los órdenes.
Cuando los metepatas se creen el
cuento que su concurso es imprescindible, nos atrincheramos negativamente en el
fango y la oscuridad. Los mecanismos ladrones le hurtan el dinero y el
desarrollo a un país.
¿Notó que algún movimiento
incluya estudios sobre la profunda crisis de la burocracia nacional? Más allá
del eslogan de propaganda, de promesa demagógica o verborrea incontenible, no
hay nada.
¡Es que a nadie interesa tocar
temas medulares, sino bagatelas para las tribunas!
Creer que ignorando este tema, es
posible vivir, es condenarse a una farsa permanente. Y las mentiras tienen
patas cortas, llega el momento en que el caos inunda todo. Y tirios y troyanos
serán arrollados por el desmadre descomunal previsible.
Una última reflexión: ¿Cómo elevar
el nivel del Congreso? Los títulos universitarios o los doctorados no hacen
ninguna diferencia. Sabemos de delincuentes que poseen ambas calificaciones y
usan cuello y corbata y roban con descaro de generación en generación y en
nombre de la globalización o de las famosas consultorías.