Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
19-12-2022
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
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Navidad suele ser una
fiesta en que algunos gozan, sobre todo los comerciantes que venden algo más;
celebración plena en remembranzas y vuelven a aparecer contornos familiares de
padres, hermanos, hijos e hijas, amores y desamores, que ya no están y
ciertamente es un instante para la reflexión. Yo pido, mejor sugiero, más bien
imploro, ¡sólo diez minutos para pensar
en el Perú!
Este, nuestro país, tiene
el raro privilegio degradante de gestar rateros, ladrones, asesinos, asaltantes
de dinero y también de la fe pública desde hace casi 200 años, cierto que con
diplomas, preseas, homenajes que se hacen hacer y méritos de los que carecen.
Unos sinverguenzas
golpistas desde que accedieron al Congreso sólo se dedicaron a sabotear e
impulsar la vacancia del ex presidente Pedro Castillo que ahora ya no está,
pero los caraduras pretenden quedarse con sus sueldos altos y honores,
protocolos y privilegios hasta el 2026. ¡Y no se dan por enterados del absoluto
repudio ciudadano!
¡Sólo diez minutos para el niño que camina por las calles! ¡Sólo
diez minutos por todos aquellos que no escogieron dónde nacer y no pidieron
venir al mundo por la banalidad erótica de algunos irresponsables! ¡Sólo diez
minutos por un país, que son muchos países a la vez, porque el peruano de
Iquitos casi no tiene que ver con el de Tacna y el de Puno con el de Talara!
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
Este país está preso de
pandillas que luchan canibalescamente entre sí para repartirse hilachas y
despojos porque ya es poco lo que queda. En todos los órdenes los buitres
carroñeros evolucionan sobre los cadáveres producto de un diseño perverso que
todo lo privatiza porque hay la creencia vulgar que cuanto más exportamos más
ganamos. ¿Quién o quiénes? ¿No será que cuánto más exportamos, nos encasillamos
en un modelo chato que perjudica la industrialización que trae valor agregado y
nos saca de un monopolio de pobreza inverso y clásico?
Y cuando la represión
obsequia balazos, bombas lacrimógenas, contra hermanos y compatricios hay
hienas humanas que celebran la muerte trágica de quienes protestan porque los
motejan de subversivos o terroristas. ¿Cómo se puede llegar a tanta miseria?
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Qué diferencia hay entre
el ladrón de cascos ligeros y aquél que usa corbata y saco y regala el país vía
decretos leyes o contratos de concesión tramposos a empresas insignificantes?
¡Ninguna! Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando. ¿Es posible
distinguir entre el monrero que roba por placer y porque ese es su quehacer
criminal y quién o quiénes montan campañas para sostener que la solución del
Perú es un TLC sumiso a los Estados Unidos? Para mí un ladronzuelo callejero
tiene poca diferencia, si alguna, con los tecnócratas vendepatria que hay en
los ministerios.
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Es el trabajo esclavo,
aquél que no se paga, una situación digna para los empleados y trabajadores que
deben laborar, diez, catorce, dieciocho horas diarias por el mismo sueldo y
bajo la amenaza de despido en un país donde hay escasez de empleo, algo que
enorgullezca? ¿Quien cumple semejante barbaridad, es tonto o cómplice? Me
atrevo a pensar que las dos cosas. Tonto porque no entiende que hay una
dignidad que defender y cómplice porque su debilidad le hace preferir un
estadio inferior y humillante a cuidar lo que es suyo, hijos, hijas, amores,
padres y otras querencias.
¿Cuál la justicia en Perú
si casi 7 u 8 millones de peruanos saben que salen de sus casas pero nunca
tienen la certeza que retornarán y tampoco si conseguirán los recursos de los
oficios que se inventan?
Mientras tanto los
servicios son malos o pésimos pero las cobranzas de aquellos son puntuales, con
llamadas telefónicas amenazantes y abogángsteres dispuestos a arranchar
porcentajes de lo que logren embargar vía los tribunales de justicia que tienen
precio y cotización.
¡En esta Navidad, para
tirios y troyanos, adversarios y amigos, detractores y admiradores, un abrazo
fraterno pensando en el Perú, amando al Perú, procurando hacer de esta patria
Madre y no madrastra de sus hijos!
¡Feliz Navidad! ¡Y no lo olvide, sólo diez minutos para
pensar en el Perú!
Amén.