Informe
Herbert Mujica
Rojas-Señal de Alerta
27-12-2022
¡Referéndum casi 14 millones 2018, contra “legitimidad” de golpistas!
La fraseología novísima del gobierno de la presidente Boluarte
estrena clichés: legitimidad, leyes con más calidad, participación más amplia.
Variaciones de un mismo sainete que demanda aprobar bicameralidad al caballazo
y reelección a como dé lugar.
La democracia, dicen algunos ministros y la misma jefe de
Estado, tiene que preservarse y para ello son imprescindibles algunas
“reformas” electorales. O sea: reelección inmediata, reposición del Senado y,
también dicen, renovación por tercios.
Una pregunta simple: ¿quién va a explicar la muerte a balazos
de 29 peruanos? ¿Portaban armas de algún tipo u opusieron resistencia de fuego?
No, no fue así. ¿Qué clase de democracia se asienta sobre los cadáveres de casi
tres decenas de compatriotas?
El referéndum del 2018
en su opción 3, dio como resultado prohibir
la reelección inmediata de parlamentarios y la cifra fue: 13’598,123
ciudadanos.
En la misma fecha y acontecimiento, en la opción 4, 13’949,831 peruanos votaron contra la
bicameralidad.
Como puede observarse, son millones de hombres y mujeres que
votaron categóricamente para llegar a esos resultados tan contundentes. ¿Fue o
no legítimo?
Entonces, si hacemos un parangón ¿Cuatro gatos en el
Congreso, ilustres cultores del golpismo, pueden reemplazar la arrolladora
presencia del pueblo el 2018?
¡Ninguno de los legiferantes y menos los ministros han
tenido la cortesía de mencionar los resultados del referéndum 2018! ¿No saben
del asunto o, como suele ocurrir en Perú, es conveniente hacerse los
olvidadizos?
¡Mínimo, se requeriría otro referéndum para validar u
otorgar legitimidad a lo que acuerde el actual Congreso cuyo prestigio es casi
inexistente!
Según nuestro ordenamiento legal, el referéndum es el mecanismo de votación y consulta
ciudadana que se verifica regularmente y que es objeto de disciplina
constitucional en torno a la aprobación o rechazo referente a la creación,
modificación, derogación o abrogación de leyes.
¿Quién convoca a referéndum? ¿Una presidente que, vía sus
ministros, respaldará los cambios que enuncian vía el Congreso golpista? No
pareciera este camino del todo claro.
Con esa lógica lo que decida el Parlamento no habría chance
de convalidarlo o tumbarlo. Entonces la reelección parlamentaria y la
bicameralidad constituirían las reformas legales.
¿Cuánto representa al pueblo este Congreso en nuestra
accidentada democracia?
Otra vez la pregunta pendiente de respuesta: ¿y qué hay de
los 29 muertos abatidos como si estuviéramos en guerra o fuéramos un campo de
batalla sin cuartel?
Esos buitres que se refocilan porque afirman que los caídos
eran terroristas y que merecieron ese tratamiento, hablan con una facilidad
pasmosa. El día que tengan a alguno de sus familiares o ellos mismos estén
frente a las tropas descontroladas, sabrán que la tragedia llega en segundos.
Pero los muertos jamás regresan de sus tumbas.
Como en Perú NO hay partidos políticos, la legítima opción
de un referéndum ni siquiera se ha planteado. El gobierno no lo va a hacer
porque ya adelantó su juicio y preferencia por determinadas reformas.
Con el padrinazgo auspicioso y tranquilizador de las
embajadas de las grandes potencias, el gobierno peruano persistirá en su
derrotero y cometido. Nadie puede adivinar si los días que vienen gozarán de
estos buenos aires apacibles.
El artículo 43 de la Constitución dice: Nadie debe obediencia a un gobierno
usurpador, ni a quienes asumen funciones públicas en violación de la
Constitución y de las leyes. La población civil tiene el derecho de insurgencia
en defensa del orden constitucional. Son nulos los actos de quienes usurpan
funciones públicas.
¿No son casi 14
millones contra la bicameralidad o reelección inmediata muchos más que algo más
de un centenar de legisladores golpistas?
¿No tuercen o
cruzan la legalidad quienes así se expidan empujando en minúscula y ridícula
minoría reformas que el pueblo ya repudió apenas 3 años atrás?
Cuando se
cierran las puertas de la legalidad, se abren las de la violencia.