Hildebrandt se
confiesa
por Zully Pinchi Ramírez; zullyarlene39@gmail.com
8-5-2020
En mi libro 113 Crónicas de una Pasión que
presenté en diciembre del año pasado, en
la I Feria Internacional del Libro de Chimbote, publiqué la entrevista más
interesante que le haya realizado a un periodista. Es así que en el capítulo X,
página 302, César Hildebrandt se confesó y contó anécdotas interesantes y
circunstancias inverosímiles que le tocaron vivir.
“Qué joven eres” me
repetía mientras su mirada penetrante me inspeccionaba de arriba a abajo con
cierta duda. “La gente pensará que estoy aquí con mi hija” fueron las primeras
palabras del ilustre hombre de prensa. Al conocerlo no me intimidé ni nada de
eso, por el contrario en todo momento me trasmitió seguridad. Nos encontramos
en un café miraflorino. A primera impresión me pareció bastante serio y
distante pero conforme íbamos conversando lo sentí más cómodo y libre.
“La política es el refugio de muchos inútiles”, en el 2006 yo
era más aprendiz de lo que soy ahora y sabía que siempre hay que dejar que
el entrevistado se exprese sin cortarle las ideas para que pueda transmitir la
esencia.
César Hildebrandt te envuelve con sus técnicas intensas de
comunicar, conforme avanzaba la charla, se desarrollaba y afloraban sus habilidades
y estrategias que son muy distintas a una conversación normal.
Recordé sus guerreras confrontaciones con Alan García, su
atrevimiento a decirle sus aparentes verdades en la cara, le enumeraba cada uno
de sus errores, le recriminaba sin pelos en la lengua, no era débil ni
complaciente con él y le desafiaba siempre sin tener miedo a futuras querellas
por difamación.
¿Se presentaría usted alguna vez a un cargo político,
alcaldía, presidencia? le pregunté. “¡Jamás! me respondió con un rotundo ¡no!.”
Esto fue más de una década atrás y en realidad hasta el momento ha cumplido.
Concluyo entonces que es un hombre de palabra, su entorno
con cierto misterio, cayó en un escenario de holgura y reveló toda una panoplia
de etiquetas delirantes sobre diversas premisas del cainismo político y cómo
los líderes actuales no son ni la sombra de los iluminados de los años setenta.
(Ver entrevista adjunta con este
artículo en .pdf).