Educación: motor indudable del bicentenario
por David
Auris Villegas; davidauris@gmail.com
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/educaci%C3%B3n-motor-indudable-del-bicentenario
6-8-2021
La educación necesita morar en crisis para perfeccionarla
continuamente, de lo contrario, sería perfecta lindando con lo absurdo. Por
ello, cuando escuchamos al gobernante peruano, declararla en emergencia,
sencillamente está reivindicando su importancia en el bicentenario que, ciertamente
hay poco por celebrar, salvo nuestra sobrevivencia al covid-19 y, la esperanza de
construir un país desarrollado rumbo al tricentenario.
Dentro del contexto mundial, nos encontramos sitiados por la
pandemia y presos expectantes de la cuarta revolución industrial, la
inteligencia artificial, la automatización, la internet de las cosas, los
valores prácticos, el atroz consumismo y el inevitable bombardeo de
informaciones desde todos los frentes, todo creado por nosotros mismos.
En este novedoso itinerario, los actores de nuestro bicentenario,
con una mirada socioemocional, estamos obligados a abordar los problemas
sociales desde una mirada propositiva, contribuyendo a la construcción de una
sociedad más equitativa, solidaria y productora de nuevos conocimientos para
crear una industria artificial, definitivamente centrada en la educación como
motor de desarrollo.
Una educación humanista y tecnológica, cuyo rol protagónico
recae en los actores del aprendizaje, la comunidad educadora del bicentenario.
Con la esperanza de una redistribución de oportunidades para todos, comprometámonos a apuntar hacia un país con
desarrollo sostenido, donde la palabra marginal vaya reduciendo su presencia en
la sociedad, gracias a una educación en constante cambio.
Atendiendo a este desafío, es lícito preguntarnos ¿qué
hacemos los educadores para construir una sociedad más justa y solidaria con
vistas al tricentenario? En esta línea, esbozaré cinco tópicos que seguramente
potenciarán nuestra praxis docente. Haciendo una reingeniería pedagógica,
ejecutemos acciones novedosas, para afrontar los desafíos de hoy y mañana.
Eduquemos ciudadanas y ciudadanos creativos, solidarios,
críticos, innovadores, emprendedores e incapaces de ver al Estado como un botín
para enriquecerse que, cuando ejerzan la función pública, lo hagan como un
privilegio de servir al país.
Asimismo, la comunidad docente, está obligada a leer los clásicos
de la pedagogía, para forjar nuestra identidad educadora, reflexiva, crítica,
creativa y propositiva, haciéndonos amigos de Inger Enkvist, Peter McLaren, Ken
Robinson, Claudio Naranjo, Robert Swartz, Johan Galtung entre otros pedagogos
contemporáneos, quienes amplían nuestro foco formativo y nos invitan a navegar
con solvencia académica y moral, las aguas de la educación.
¿Acaso es propicio revelarnos contra un sistema educativo
enseñante y meritocrático? Sustituyamos el paradigma de Competencias por el Aprendizaje
Colaborativo como sugería Humberto Maturana, para sensibilizar la solidaridad
humana, creativa y productora, tan necesaria en tiempos de pandemia y en
nuestra cotidianeidad, provocando un sentimiento de amor genuino hacia los
demás.
Prioricemos el aprendizaje socioemocional y explotemos la
infinita mente humana, sobreponiéndonos a los aprendizajes tradicionales como
recomienda la comunidad científica, con el objetivo de convivir en paz sugerido
por la UNESCO y desarrollemos nuestra capacidad holística de adaptarnos a los
constantes cambios, fruto del vertiginoso avance de la ciencia y los problemas
sicosocioambientales.
Dada la incertidumbre del futuro, aquello que hoy aprendemos,
tal vez mañana, no valga para continuar ejerciendo con éxito la pedagogía, en
tal sentido desarrollemos la capacidad de aprender las novedades del mañana, en
el menor tiempo posible, como único salvoconducto para el éxito pedagógico y
social como sostiene David Perkins.
Finalmente, hagamos del profesorado la profesión del siglo
XXI reclamada por Alex Beard. Eduquemos personas solidarias y altamente
creativas, para conmemorar el tricentenario como un país desarrollado, donde
respiremos el aire tibio de la libertad y la esperanza de continuar la historia
humana.
©
David Auris Villegas. Escritor, poeta, columnista y pedagogo peruano. Teórico
de la educación alternativa para el desarrollo sostenible. https://orcid.org/0000-0002-8478-6738