por Herbert Mujica Rojas
3-12-2009
Muy pocos días atrás, el historiador de nacionalidad chilena, Sergio
Villalobos, recitó por televisión cantinelas racistas, resobadas e
inexactas sobre la lucha independentista del Perú y repitió,
palurdamente, cuanto ya había dicho ¡treinta años atrás! el ex
embajador de su país en Lima, Francisco Bulnes Sanfuentes, el marqués.
Como se recordará aquél salió expulsado por un enojoso caso que
condujo a su indecorosa salida por la puerta falsa.
Deviene importante, para evitar la falsificación historiográfica,
especialidad tan de preferencia de pizpiretos autores que ayer nomás
hacían libros con loas numerosas a Argentina y que hoy trocaron en
odio al Perú, consignar la respuesta aclaratoria que hiciera sobre una
conferencia de Bulnes Sanfuentes ante auditorio militar y civil, en
Chile, el historiador tacneño Gustavo Pons Muzzo. No ahorró entonces
Pons, datos y citas, para aclarar los entuertos y mentiras
pronunciadas por el diplomático que salió a paso de polca del país.
La historia se repite tres décadas después. El lector atento reparará
de dónde vienen las recurrentes falsificaciones. No pocos intonsos se
agitan y adecúan para asimilar las mentiras que, de puro repetidas,
tornan en realidades y, más que realidades, supercherías que poco
ayudan a la integración de los pueblos.
Con Chile, con su pasado agresor y presente armado hasta los cabellos,
hay que construir una complementariedad que aún tiene muchas etapas
que diseñar, arbitrar, recordar y trabajar. Nada puede erigirse sobre
el abuso o predominio de uno sobre otro. O igualdad fraterna que pasa
por cerrar viejas heridas y el respeto absoluto de nuestras
identidades o simplemente, aun siendo vecinos, viviremos en un
zafarrancho de guerra en todos los niveles. Ellos lo saben y nosotros
también. Y aquí hay agua, gas, recursos infinitos, población y un
horizonte que en nada impide tareas al alimón por el bienestar de
justicia y libertad de nuestros pueblos. (Ver: ¿Gas para Chile? ¡Cómo
no! Pero…. http://www.voltairenet.org/article156970.html)
Leamos. (hmr)
Polémica aclaración necesaria a proposito de una declaración hecha en Chile
http://www.voltairenet.org/article163183.html
En, Revista del Instituto Sanmartiniano del Perú. Páginas 165-174,
Lima - Perú, 1974 -1979.
El Diario "EL MERCURIO" de Santiago de Chile, en su edición del
Viernes 17 de Agosto de 1979, publicó una extensa información sobre la
conferencia que el día anterior sustentara en la Academia de Historia
Militar del Ejército de Chile, el ex Embajador en el Perú don
Francisco Bulnes Sanfuentes, en la que afirmó que "La Expedición
Libertadora del Perú fue una acción exclusivamente chilena" así como
otros dislates. La Revista "OIGA" de Lima, entrevistó al Dr. Gustavo
Pons Muzzo sobre las afirmaciones del ex Embajador Bulnes, y publicó
la entrevista en su edición de fines de Agosto. En una actuación
habida en el Instituto Sanmartiniano a principios del mes de
Setiembre, el Dr. Pons Muzzo hizo otras aclaraciones a lo afirmado por
el señor Bulnes. Como nuestro Instituto tiene por finalidad el velar
por la verdad histórica sobre la extraordinaria actuación del General
San Martín en la independencia del Perú y de América, consideramos
necesario dar a conocer a nuestros asociados lo publicado por "El
Mercurio" de Santiago, la entrevista publicada por "Oiga" y lo que
dijo el Dr. Pons Muzzo en nuestro Instituto.
La publicación de "El Mercurio" de Santiago de Chile es la siguiente:
EXPEDICIÓN LIBERTADORA DEL PERÚ FUE UNA ACCIÓN EXCLUSIVAMENTE CHILENA
•Así lo señaló el Embajador en esa nación Francisco Bulnes, en
conferencia sobre el tema dictada ayer en el edificio Diego Portales.
•El orador trazó los perfiles históricos y humanos de esa gesta,
propiciada por 0'Higgins, y sus implicancias en Argentina, Chile y
Perú.
•Expresó que el país vecino "nunca ha agradecido a Chile el haber
organizado la Expedición Libertadora y la Escuadra que fue su apoyo".
El ex Embajador de Chile en Perú y ex parlamentario Francisco Bulnes
Sanfuentes ofreció ayer una conferencia en que pasó revista a la
organización de la Expedición Libertadora del Perú, los personajes que
intervinieron, sus alternativas bélicas y humanas y las consecuencias
e influencias que ejerció en la historia de América.
La charla, auspiciada por la Academia de Historia Militar del Ejército
que preside el general Washington Carrasco, denominada "Expedición
Libertadora del Perú", se llevó a cabo en la sala 5 del edificio Diego
Portales y contó con la asistencia de altos jefes de las Fuerzas
Armadas y Carabineros, tanto en servicio activo como en retiro y otros
personeros.
Al comenzar su exposición, Bulnes Sanfuentes, de quien se leyó
previamente una breve biografía, particularizando que es nieto del
Presidente Manuel Bulnes Prieto, se refirió a la situación producida
después del término de la Patria Vieja e hizo un análisis biográfico
del general José de San Martín, destacando que la génesis del Ejército
de los Andes y de la Expedición Libertadora del Perú se produjo cuando
aquél estimó inútil una campaña para dominar el Alto Perú y en cambio
prefirió organizar un buen ejército que pasara a Chile, independizara
a esta nación y, luego, aliando fuerzas buscase la del país del norte.
"EXPEDICIÓN EXCLUSIVAMENTE CHILENA"
Luego trazó la gran amistad que unió a San Martín con 0'Higgins. y,
tras relatar las contingencias del Ejército Libertador en Chile, el
conferencista dijo que pasó a formarse la Escuadra Libertadora, la
cual, pese a convenirse como una empresa común, finalmente "terminó
siendo una expedición organizada, financiada y apadrinada
exclusivamente por el Gobierno de Chile, bajo bandera chilena, y en la
cual estaban al servicio de nuestro Gobierno tanto el general en Jefe,
San Martín, como unos 2,000 oficiales y soldados trasandinos que en
ella participaron. Además, la Escuadra que le sirvió de apoyo era
chilena, y en ella no tuvieron participación alguna los argentinos".
Relató luego que, pese a las promesas formuladas por el régimen de
Buenos Aires a San Martín, en orden a cooperar con dinero y fuerzas a
la nueva expedición, esto no se concreta y, peor aún, se ordena al
militar argentino repatriar las tropas trasandinas. Sólo una gestión
del teniente coronel José Manuel Barros Borgoño consigue que se queden
en Chile unos 2 000 soldados argentinos, pero la nación vecina insiste
en la repatriación, por lo que San Martín renuncia a su cargo de
Comandante en Jefe argentino, y se queda en Chile a disposición de
nuestro Gobierno, como jefe de las fuerzas que permanecieron acá.
Enseguida, el conferencista se refirió a los preparativos de la
Escuadra Libertadora y a los esfuerzos de 0'Higgins para comprar
barcos, equiparlos, traer a los jefes navales extranjeros, como
0'Brien y Lord Thomas Cochrane. Relató luego algunas acciones
marítimas en las costas peruanas y el afianzamiento del Ejército
Libertador, que quedó listo en julio de 1820.
"FACTORIA ESPAÑOLA
Más tarde Bulnes habló de las condiciones peculiares del Perú en ese
entonces "No era una nación nueva —dijo— que surgía con caracteres
propios, sino una factoría española donde una pequeña minoría de
blancos ejercía su dominación sobre una inmensa mayoría de indígenas,
semi indígenas y negros. Se comprende que la minoría dominadora mirara
con aprensión los electos que podría causar ruptura de los vínculos
con España del status vigente". Dijo que también contribuyó a la lenta
concreción de los objetivos en Perú la extrema cautela mostrada por
San Martín, que posiblemente se debió a su intento de conseguir un
acuerdo negociado con España.
Precisó que el 9 de julio de 1821 se inicia la entrada a Lima de las
tropas libertadoras, "en medio de las aclamaciones de la muchedumbre",
y luego, el 28 de julio del mismo año. San Martín proclama en Lima la
Independencia del Perú y el 3 de agosto, asume oficialmente el
Gobierno con el título de Protector; dicta un Reglamento
Constitucional y designa un Gabinete, en que predominó Monteagudo,
"quien habría de cometer toda clase de tropelías y suscitar
justificados odios".
Señalo posteriormente que San Martín se aficionó al boato y cayó en el
desprestigio más grande, acentuándose las discrepancias con Cochrane,
quien, desafiándolo, se apoderó de dineros del Estado peruano, pagó a
su gente y retornó luego a Valparaíso con parte de la Escuadra. En
Chile, agregó Bulnes, la opinión pública chilena tomó abierto partido
por él y rechazo a San Martín, conocedora de las acciones de ambos.
Explicó que el jefe militar trasandino ha sido una figura respetada
pero no querida en Chile porque, pese a deberle en gran parte nuestra
independencia, no debe olvidarse que frustró la Expedición Libertadora
y "quiso arrebatarnos nuestra Escuadra, en circunstancias que esa
Expedición y esa Escuadra eran la garantía de nuestra libertad y el
fruto de un esfuerzo económico agotador, seguramente el más pesado de
nuestra historia", dijo Bulnes.
"INDEPENDENCIA IMPUESTA"
Más adelante, el conferencista dijo: "nadie que estudie la historia
del Perú en aquella época dejará de constatar que en aquel país la
independencia no surgió del alma popular ni de la clase dirigente sino
que fue impuesta desde fuera, iniciando la obra la Expedición
Libertadora y consumándola los ejércitos bolivarianos. Los peruanos
observaron una conducta vacilante y contradictoria y varios de sus
jefes cayeron en renuncios y traiciones, todo lo cual hizo que la
conducta del Perú resultara en definitiva más negativa que positiva
para su propia independencia".
Tras señalar que el gran error de San Martín "fue no entender el medio
en que actuaba y creer que los peruanos tenían el mismo sentimiento
patrio y eran igualmente dignos de confianza que los argentinos y los
chilenos", Francisco Bulnes expresó que "los peruanos nunca han
agradecido a Chile el haber organizado la Expedición Libertadora y la
Escuadra que fue su apoyo, iniciativas que costaron a nuestro naciente
país terribles sacrificios y dinero. Ya en la década de 1830, el
Gobierno peruano, encabezado por Santa Cruz, pretendía anexar Chile a
una Confederación regida desde Lima, y en la década del 70, el
Presidente Pardo firmaba con Bolivia y Argentina una tratado secreto
dirigido contra nuestro país y que provocó la Guerra del Pacífico. En
la actualidad, la historia oficial peruana no menciona la
participación de Chile en la independencia del Perú y silencia la
existencia de nuestra Escuadra, presentando el esfuerzo emancipador
como una empresa argentina organizada y dirigida por San Martín. Si a
O'Híggins lo recuerdan algunos, es porque vivió en Lima los últimos 18
ó 19 años de su vida".
Al finalizar su exposición, el ex Embajador en Lima manifestó: "La
Expedición Libertadora del Perú no dio a nuestro país los triunfos que
tenía derecho a esperar, pero nos prestó inmensos servicios de
histórica trascendencia: hizo imposible que siguieran enviándose desde
el Perú expediciones destinadas a reconquistar nuestro país para la
Corona de España, y, segundo, contribuyó a desarrollar el sentimiento
de patriotismo chileno. Este sentimiento fue el gran motor que nos
llevó al triunfo en la Guerra de la Confederación Perú-Boliviana y en
la Guerra del Pacífico y fue a la vez lo que hizo posible la
gigantesca obra de organización y desarrollo que realizamos en el
siglo pasado cuando el resto del mundo hispanoamericano estaba sumido
en la anarquía".
ENTREVISTA AL HISTORIADOR GUSTAVO PONS MUZZO
(De la Revista "Oiga")
El ex-embajador Francisco Bulnes Sanfuentes no perdona su expulsión
del país y que fuera declarado persona no grata, y con ocasión de una
conferencia que pronunció el 16 de agosto en el edificio Diego
Portales de Santiago, tuvo ocasión de dar rienda suelta a su despecho.
El acto fue organizado por la Academia de Historia Militar de Chile y
se realizó en presencia de numerosos jefes y oficiales del ejército
del sur, que aplaudieron calurosamente las agresiones verbales de
Bulnes contra el Perú.
Según Bulnes, como consta en la reseña publicada en El Mercurio al día
siguiente, el Perú debe su independencia exclusivamente a los
chilenos, ya que nosotros no éramos una nación sino una factoría
española. Luego añade el frustrado diplomático y político, que San
Martín fue un ladrón, mientras defiende el robo de los dineros del
Estado Peruano que hizo Cochrane.
A continuación la entrevista al doctor Gustavo Pons Muzzo
¿Es cierto que la Expedición Libertadora fue organizada por Chile y
que fue una acción exclusivamente chilena?
—Primeramente le diré que la impresión que se obtiene de la
información que hace "El Mercurio" sobre la conferencia del ex
embajador Bulnes sobre la Expedición Libertadora, es que es una
interpretación sumamente parcializada con objeto de tratar de herir al
Perú, reviviendo acusaciones e interpretaciones históricas ya
superadas, y por supuesto, con una intención nada amistosa. Es fácil
darse cuenta por qué el Sr. Bulnes ha dado tal conferencia y porqué su
intención.
Pasando luego a contestar su pregunta, le diré que no es cierto que
Chile organizara la Expedición Libertadora. La Expedición Libertadora
fue organizada por San Martín. Chile sólo proporcionó los barcos y
buena parte del dinero con el cual se compraron los elementos que se
necesitaban, pues otros fueron proporcionados por los propios
patriotas peruanos y recogidos por las dos expediciones que Cochrane
realizó a las costas peruanas en 1819, y otros recursos fueron
proporcionados por los argentinos. El plan de campaña desarrollado por
San Martín en el Perú no fue chileno, sino enviado por el patriota
limeño José de la Riva Agüero y adaptado por San Martín a las
circunstancias. El jefe de la escuadra era el escocés Lord Cochrane y
los barcos de la escuadra no eran mandados por marinos chilenos sino
por extranjeros. En cuanto al Estado Mayor de San Martín, estaba
formado por generales coroneles, etc., argentinos, un peruano, el
entonces coronel mayor Toribio Luzuriaga, pero ningún chileno. Sus
secretarios eran argentinos y el colombiano Juan García del Rio. En
donde hubo intervención de chilenos fue en la jefatura de los
batallones. De los seis cuerpos chilenos que integraban la Expedición,
cinco eran mandados por chilenos y uno por argentino. El resto de los
batallones que eran formados por argentinos con varios peruanos, eran
mandados por militares argentinos. Podemos decir sin temor a
equivocamos, que la Expedición Libertadora fue ante todo, una
expedición sanmartiniana, pero de ninguna manera chilena, ni menos
organizada por el gobierno de Chile, en cuya jefatura estaba don
Bernardo 0'Higgins, un buen amigo del Perú.
¿Es cierto que el Perú no era una nación nueva sino una "factoría española"?
—En cuanto a que el Perú no era una nación nueva, sí es cierto. El
Perú era una nación de viejo arraigo en el Continente, con una
herencia cultural indígena que se remontaba a muchos siglos antes de
Cristo, cuando el territorio del centro y sur de Chile estaba poblado
por los salvajes araucanos. Luego recibió el valioso aporte de la
cultura occidental traída por España y como consecuencia de la
simbiosis de ambas surgió la nación peruana como lo entendió San
Martín, gran lector de los "Comentarios Reales" del Inca Garcilaso de
la Vega y quien en el Perú reivindicó al hombre indígena y a su
cultura. En cuanto a que fue una "factoría" española mandada por una
minoría de blancos, pues el señor Bulnes sabe poca historia. El Perú
fue un gran virreinato que durante mucho tiempo comprendió a Chile y
en el que además de los españoles que tenían puestos claves había
muchos criollos y caciques indios y mestizos que tenían mucha
influencia en la administración colonial.
¿Qué tropas entraron a Lima el 9 de julio de 1821?
—En la noche de ese día entró a Lima una sección de caballería del
glorioso regimiento "Granaderos a Caballo", al mando del entonces
coronel argentino Mariano Necochea, quien mucho quiso al Perú, y fue
recibido apoteósicamente por el pueblo de Lima. No entraron chilenos.
Dice el señor Bulnes que Cochrane entró en discrepancias con San
Martín, desafiando su autoridad, y que se apoderó de los dineros del
Estado peruano para pagar a su gente, retirándose a Valparaíso con la
escuadra, tomando la opinión pública abierto partido por él.
— El señor Bulnes dice aquí la verdad. Cochrane se rebeló contra la
autoridad de San Martín, pretendiendo exigirle altaneramente que
orientara sus acciones militares según su parecer; luego se apoderó
del dinero del Estado peruano que San Martín había hecho trasladar a
los buques de la escuadra ante el peligro de que los realistas
ocuparan Lima en setiembre de 1821, con el pretexto de pagar a sus
subordinados a quienes se les debía algunos meses. Este robo que
cometió el Almirante de Chile fue aprobado por la opinión pública
chilena, pero no por 0'Higgins, como un anticipo de lo que ocurriría a
lo largo del siglo XIX. El señor Bulnes está de acuerdo con el robo y
con que Cochrane se insubordinara a San Martín, lo que es lamentable.
Dice el ex embajador Bulnes que San Martín es una figura respetada
pero no querida por los chilenos a pesar de que le deben en gran parte
su independencia. ¿Qué nos puede decir de ello?
—Creo que es una gran ingratitud. Los chilenos deben agradecerle a San
Martín dos cosas principales. Primero, que variase el plan de ofensiva
hacia el Perú planteado por el gobierno de Buenos Aires desde 1811, el
cual se había fijado hacia el norte, por Tucumán, para llegar al Bajo
Perú atravesando Charcas, región llamada entonces Alto Perú. San
Martin varió ese plan y sostuvo que para llegar al Perú había que
venir por mar libertando primero a Chile. Si San Martín hubiese
continuado en el plan hacia el Norte y llegado al Perú a través de
Charcas Chile habría quedado aislado y no habría habido Expedición
Libertadora ni escuadra chilena, y Chile seguramente habría sido
libertado desde el Perú. En segundo lugar, los chilenos con gran
ingratitud no le reconocen a San Martín la importancia que tuvo para
Chile el que ganara las batallas de Chacabuco (12-2-1817) y Maipú
(5-4-1818) que incuestionablemente dieron la independencia a Chile. En
Chacabuco peleó 0'Higgins, pero en Maipú no, porque había sido herido
el 19 de marzo en la sorpresa de Cancha Rayada. La batalla de Maipú
que consolidó la independencia de Chile, fue ganada por la táctica
genial y el esfuerzo de San Martin y los generales argentinos. El
Ejército de los Andes que dio la libertad a Chile, fue integrado en su
gran mayoría por argentinos y en menor parte por chilenos derrotados
en Rancagua, y fue costeado por el gobierno de Buenos Aires y la
hidalguía del pueblo cuyano, hombres y mujeres.
En cuanto a la acusación de que San Martín frustró la Expedición
Libertadora y pretendió arrebatarle a Chile su escuadra, es totalmente
falso. No hay documento que lo pruebe. La correspondencia cursada por
San Martín hasta que voluntariamente se fue del Perú, con 0'Higgins,
fue la más cordial que pueda imaginarse y nunca el Director Supremo de
Chile le hizo presente esa acusación. La Expedición Libertadora
consiguió el objetivo que perseguía Chile de impedir la salida de
nuevas expediciones realistas desde el Callao, y en cuanto a la
escuadra, San Martin no obligó a ningún buque a quedarse. Sus
divergencias con Cochrane se debieron a que el Almirante quería
avasallar al General e imponerle sus puntos de vista. San Martín,
según sus instrucciones, tenía el mando supremo de la escuadra y del
ejército, estando Cochrane sometido a él.
¿Es cierto que en el Perú no hubo sentimiento por la independencia,
que ella no surgió del alma popular sino que fue impuesta desde fuera,
primero por la Expedición Libertadora, consumándola después los
ejércitos colombianos y venezolanos?
—Esa es la teoría "extranjera" (chilena y venezolana) sobre la
independencia del Perú, acogida en mala hora por algunos historiadores
peruanos que hablan de que la independencia nos fue impuesta desde
fuera, lo que no es cierto. Ahí están muchos de los 84 volúmenes que
componen la COLECCIÓN DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ que
sacamos en la Comisión Nacional del Sesquicentenario bajo la
presidencia del general Juan Mendoza y en los que se prueba que el
Perú fue el primero en la idea y en la acción revolucionaria en
América. Pero creo que es suficiente para refutar al ex Embajador,
decirle que lea lo que escribió su compatriota don Benjamín Vicuña
Mackenna en su importante obra "La Revolución de la Independencia del
Perú", así como el propio padre del ex Embajador, el historiador
chileno Gonzalo Bulnes, hijo del Mariscal Manuel Bulnes, quien en su
libro "Historia de la Expedición (sic) Libertadora del Perú" T.I,
Santiago 1887, dice en la pág. 389:
"En 1820 la revolución estaba latente en el Perú. Su fuerza expansiva
se hallaba comprimida por los poderosos elementos de resistencia de
que disponla el virrei (sic), pero no por eso era menos real la
ajitación (sic) que cundía bajo la tranquila superficie de la sociedad
peruana". En otro pasaje, pág. 417, dice: En 1820, "San Martín tenía
en Lima varios puntos de apoyo. Lo eran el desarrollo que la
revolución había tomado en las ideas y divisiones (rencillas) que
embargaban la acción del virrei, y de este modo hacía concurrir
igualmente a sus fines, al revolucionario y al español". Hay muchos
otros pasajes en que el padre del señor Bulnes testifica la gran
inquietud revolucionaria del pueblo peruano. Por otro lado, San Martín
sabía perfectamente del estado favorable a la independencia que había
en el Perú y por eso vino a colaborar con el pueblo peruano, a
ayudarlo, no a imponerle la independencia como el mismo lo dijera en
muchas oportunidades. El almirante Cochrane recogió ese ambiente
favorable en las dos expediciones que realizó a la costa peruana en
1819 y 0'Higgins da testimonio en su correspondencia con San Martín
que se encontraba entonces en Mendoza. Mencionaremos algunas. En carta
del 16 de abril de 1819, le habla de "la buena disposición que se
halla Lima"; en otra del mes de junio le menciona la ayuda que recibe
Cochrane y le dice: "Toda la costa está proveída de víveres para los
patriotas"; en la del 20 de octubre le dice: "El estado político del
Perú y Lima, la disposición de este país, todo parece presentar un
campo halagador a nuestras aspiraciones de libertad"; y el 4 de
diciembre, 0'Higgins clama porque San Martín vaya a Chile a realizar
la Expedición porque es vital para Chile. Le dice:
"Sin la libertad del Perú, usted esté convencido de que no podemos
salvarnos: y ahora, este es el momento de venir usted a Chile con esas
tropas, seguro de que a los dos meses estamos en camino para lograr el
objeto tan deseado. Así pues, venga usted mi amigo: vuele y se
coronará la obra".
El ex Embajador Bulnes acusa a San Martín de no entender el medio en
que actuaba y que fue un gran error de él creer en que los peruanos
tenían el mismo sentimiento patrio y eran dignos de confianza como lo
fueron argentinos y chilenos.
—No es exacto en lo primero, pues San Martín, como hombre genial que
era no sólo conocía el medio geográfico en que guerreaba y esbozó una
estrategia perfecta que lo llevó al triunfo, sino que también conocía
el medio social en que actuaba. Se daba perfecta cuenta de que el
medio socio-político de América del Sur no era el de América del Norte
y que la República liberal no tendría aquí el buen éxito que tuvo
allá. Por eso auspició la monarquía constitucional (no absoluta) como
un gobierno transitorio. En cuanto al Perú lo entendió perfectamente
como país que tenía un gran aporte de cultura indígena y como se dijo
antes, trató de enaltecer al habitante autóctono y su cultura En
cuanto a España, San Martín sentía atracción por el pueblo español que
profesaba ideas liberales pero no por la monarquía absoluta, a la cual
combatía. En cuanto al sentimiento patrio de los peruanos, y a su
dignidad, San Martín estaba seguro de ello y muchos documentos así lo
prueban, pero se daba cuenta de que en este país, como en su patria y
en otros del Continente, existía el fantasma del caudillaje y que la
disputa por el poder atentaría contra la independencia y la
organización constitucional de los pueblos que estaba libertando. Se
dice que Chile fue una excepción. En gran parte es cierto, pero ello
es porque se hizo desaparecer el peligro del caudillaje, gobernando
0'Higgins, al fusilarse a los hermanos José Miguel, Juan José y Luis
Carrera que eran personajes que tenían todos los atributos del
revoltoso caudillo criollo, ambiciosos del poder y con atribuciones de
dictadores. De haber vivido esos caudillos, otro habría sido el
destino de Chile republicano.
El señor Bulnes acusa a los peruanos de que nunca hemos agradecido a
Chile el haber "organizado" la Expedición Libertadora y la escuadra,
lo que le costó, dice, grandes sacrificios en hombres y dinero.
-No tiene porqué el Perú agradecer a Chile el haber "organizado" la
Expedición Libertadora porque ya hemos dicho que la verdad histórica
es que dicha expedición fue organizada por don José de San Mar ín.
Chile sólo colaboró con su escuadra y aportando buena parte de los
elementos que se necesitaba; otra parte la pusimos los peruanos. Por
eso es que nosotros en los libros y textos de historia decimos que la
Expedición Libertadora fue organizada "en Chile" pero no "por Chile".
En cuanto a los "sacrificios" que hizo Chile en hombres y dinero,
ellos fueron debidamente compensados. El Perú reemplazó con peruanos
las bajas que tuvieron en la campaña del Perú los batallones chilenos
y en cuanto al aporte de dinero, esa deuda fue escrupulosamente pagada
por el Presidente Mariscal Ramón Castilla. Por la Convención firmada
el 12 de setiembre de 1848 con Chile en el primer gobierno de
Castilla, el Perú reconoció la deuda de la independencia en favor de
ese gobierno, la que terminó de ser totalmente pagada durante el
segundo gobierno del Mariscal Castilla, como lo prueba el Decreto
emitido por el Presidente de Chile don Manuel Montt, en Santiago, el 6
de mayo de 1856 que termina diciendo: "Se declara pagada en su
totalidad la deuda de cuatro millones reconocida por el Perú, en
virtud de la Convención del 12 de setiembre de 1848, y el gobierno del
Perú libre de toda responsabilidad en razón de las obligaciones
procedentes de dicha Convención".
Finalmente, el señor Bulnes dice que la Expedición Libertadora no dio
a Chile triunfos que tenía derecho a esperar, pero que le prestó
inmensos servicios de histórica trascendencia, como es que hizo
imposible que se siguieran enviando desde el Perú expediciones para
reconquistar Chile para España, y luego, porque contribuyó a
desarrollar el sentimiento del patriotismo chileno el que fue el gran
motor que los llevó al triunfo en la guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana y en la guerra del Pacifico. ¿Qué opina Ud. de ello?
—En esta opinión final el ex Embajador Bulnes se manifiesta claramente
la egoísta política internacional chilena. Según el señor Bulnes,
Chile tenía derecho a esperar triunfos o beneficios de la expedición
al Perú, lo que prueba que no lo hizo poseído de sinceros sentimientos
de solidaridad americana ni de ayuda generosa al Perú, como lo hizo
San Martín, sino porque le convenía hacer desaparecer el formidable
poder realista concentrado en el Perú por obra del Virrey Abascal, y
una vez conseguido ello le volvió las espaldas a su Libertador. Luego
Chile explotó el éxito que tuvo con San Martín, para orientar a su
pueblo en propósitos egoístas y contrarios a la vida solidaria de los
pueblos americanos, como lo fueron el interponerse entre Perú y
Bolivia y destruir a la Confederación Perú-Boliviana y luego en la
guerra del Pacífico al enclaustrar a Bolivia en los Andes y quitarle
sus riquezas principales, y al Perú despojarlo de parte de su
territorio y arrebatarle sus riquezas con la guerra de conquista que
desató en América hace un siglo.
LO DICHO EN EL INSTITUTO SANMARTINIANO POR EL DOCTOR GUSTAVO PONS
MUZZO SOBRE LA CONFERENCIA DEL SEÑOR BULNES, ES LO SIGUIENTE:
La labor de mantener vivo el sentimiento de la nacionalidad, el
recuerdo de los hechos gloriosos que enaltecen y dignifican a los
hombres y a los pueblos, así como la verdad histórica, es labor
permanente. Por eso deseo aprovechar esta oportunidad que me brinda el
Instituto Sanmartiniano del Perú, para desvirtuar la infundada versión
expuesta hace menos de un mes en el vecino país del Sur por el señor
Francisco Bulnes Sanfuentes de que "la Expedición Libertadora del Perú
fue una acción exclusivamente chilena". Tal afirmación no reposa en la
verdad histórica. Es enjuiciar con criterio muy estrecho este gran
acontecimiento de la emancipación sudamericana. La guerra de la
independencia hay que juzgarla, como va lo hicieron grandes
historiadores, en su dimensión continental, como un movimiento
solidario de los pueblos de América para conseguir un objetivo común
que era la libertad e independencia del Continente, porque ningún país
podía estar seguro de su independencia si el resto no lo estuviera.
Por lo demás, la concepción de la expedición al Perú y el enlace de
las revoluciones argentina y peruana fue una concepción de la
Revolución de Mayo, a la que dio definida concepción estratégica el
genio de San Martín que fue quien la llevó al triunfo. No es nada
nuevo decir que la Revolución de Mayo se fijó como meta para alcanzar
su triunfo definitivo el llegar con sus banderas redentoras al Bajo
Perú y enlazar sus esfuerzos con la revolución peruana para destruir
el poder realista en el Perú y americanizar la revolución. Tal fue la
misión y el propósito de la primera expedición mandada por la Junta de
Buenos Aires en 1810-11 al Alto Perú, Charcas, hoy Bolivia, al mando
del General Balcarce y asesorado por el abogado Castelli, la que como
sabemos documentadamente, estuvo en enlace con el movimiento peruano
dirigido por don Francisco Antonio de Zela que estalló en Tacna el 20
de junio de 1811, el mismo día de la derrota de Balcarce y Castelli en
Huaqui por Goyeneche. El intento argentino, como sabemos, se vuelve a
repetir en 1813, al mandar la Junta de Buenos Aires una segunda
expedición al mando del General Belgrano que invade victoriosamente el
Alto Perú, pero que termina derrotado por el General español Joaquín
de la Pezuela. Está documentalmente probado que esta expedición tuvo
relación con el movimiento peruano que estalló en Huánuco en 1812,
como lo ha probado la Dra. Ella Dunbar Temple en documentación
publicada en la COLECCIÓN DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ.
Este pensamiento de dimensión continental que resulta de una claridad
meridiana en la revolución argentina, no se encuentra ni un atisbo de
su concepción en la revolución chilena, que por entonces vivía su
primera etapa llamada "La Patria Vieja". Los próceres chilenos no
tenían la concepción de que para asegurar la independencia de Chile
era necesario el aniquilamiento del formidable poder que España había
concentrado en el Perú por obra del diligente Virrey don José Fernando
de Abascal, ni mucho menos tenían una concepción continental del
acontecimiento. La acción de su revolución fue de carácter localista,
por no decir egoísta.
Fue pues sin lugar a ninguna duda, que el genio de San Martín le dio
forma definida y concepción estratégica triunfante a este pensamiento
inicial y fundamental de la Revolución de Mayo. Así lo dio a conocer
en sus tantas veces citada carta a don Nicolás Rodríguez Peña escrita
en Tucumán el 12 de marzo de 1814 cuyos conceptos esenciales es
conveniente recordar en esta ocasión: "La Patria no hará camino por
este lado como no sea una guerra defensiva y nada más... Ya he dicho a
Ud. mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza
para pasar a Chile y acabar ahí con los godos, apoyando a un gobierno
de amigos sólidos para acabar con los anarquistas que reinan; aliando
las fuerzas pasaremos por el mar a tomar Lima; ese es el camino y no
este mi amigo". Este cambio en la concepción estratégica de avance de
la Revolución de Mayo hacia la realización de su verdadero destino,
salvó a la revolución chilena derrotada en Rancagua en octubre de
1814, pues de no haber operado el cambio en la concepción estratégica
concebida por San Martín, Chile habría quedado relegado y posiblemente
habría sido libertado desde el Perú. San Martín salvó a Chile, lo que
debe agradecerse. Por lo demás la concepción de que Lima era la meta,
la tuvo San Martín desde mucho antes y se halla implícita en el
documento en que pide una baja del ejército español al que había
servido durante 22 años. Se acepta su pedido por tener que pasar a
Lima —según se dice en este documento— "con objeto de arreglar sus
intereses perdidos". Lima ya estaba en su pensamiento cuando decide
incorporarse a la revolución que había estallado en su patria.
Querer pues reducir la Expedición Libertadora al hecho de proporcionar
unos cuantos barcos, parte del dinero y de los elementos materiales
que se necesitó (lo que fue escrupulosamente pagado por el Perú) así
como un sector del ejército (cuyas bajas fueron reemplazadas), es
rebajar tan grandioso acontecimiento a su más estrecha concepción.
Felizmente el historiador don Gonzalo Bulnes, familiar de quien ha
hecho tan temerarias afirmaciones, nos dice en su obra "La Expedición
Libertadora" publicada en 1887, al referirse a San Martín, lo
siguiente:
"Este hombre esclarecido, realizó su gran pensamiento valiéndose del
concurso de la República Argentina y de Chile y cuidando de ponerse
por encima de las nacionalidades para no herir los sentimientos de
ninguna". Así fue en realidad. La Expedición Libertadora fue la
realización del pensamiento sanmartiniano, cimentado en el pensamiento
de la Revolución de Mayo, realizado con la colaboración de su propio
país, de Chile y del pueblo peruano que aportó todo lo que pudo para
que la Expedición se realizara. Está fuera de toda duda que si San
Martín se aventuró a desembarcar en el más poderoso Virreinato de
España en América defendido por más de 20,000 hombres bien armados,
con algo más de 4,000, es porque estaba convencido de la gran ayuda
que le proporcionaría el pueblo peruano, como así fue en realidad.
Conveniente es también dejar aclarados otros puntos polémicos con
respecto a la Expedición Libertadora que pueden confundir a algunos.
Sabemos que en 1820 San Martín regresó de Mendoza a Chile decidido a
no intervenir en la anarquía a la que por entonces lamentablemente
ingresaban las Provincias Unidas del Rio de la Plata, porque la misión
que se había impuesto no era la de intervenir en la política interna
sino poner su espada al servicio de la libertad del Continente y
acabar con el poder realista que se concentraba en Virreinato del
Perú, llevando en sus banderas libertarias los principios redentores
de la Revolución de Mayo. Conocida es la negativa de San Martín a
trasladarse a Buenos Aires con su ejército para sostener al gobierno
del General Rondeau. Conocida es también la actitud de San Martín
tomada el 26 de marzo de 1820. estando en Chile, cuando consideró que
su nombramiento como General en Jefe del Ejército de los Andes había
caducado por no existir gobierno constituido en las Provincias Unidas
que era el que se lo había conferido, y pidió a los demás jefes v a
los oficiales del Ejército de los Andes que nombraran un nuevo jefe.
Conocida es también la decisión tomada por los dichos jefes y
oficiales del Ejército en la ciudad de Rancagua, el 2 de abril de
dicho año, al sostener por unanimidad que el nombramiento de San
Martín emanado del Gobierno Supremo de las Provincias Unidas no había
caducado y que por tanto ese nombramiento como General en Jefe del
Ejército de los Andes para hacer la guerra a los españoles tenía plena
validez. Esta decisión de los jefes y oficiales del Ejército de los
Andes confirmó rotundamente que dicho ejército argentino seguía
existiendo —aunque el gobierno no existiese— y que existía como
expresión de la nación argentina y de los ideales de la Revolución de
Mayo en sus proyecciones continentales. Y este Ejército de los Andes
era el motor y el nervio de la Expedición Libertadora y le señalaba su
verdadera forma y misión en América, no pudiéndose de ninguna manera
desconocer por tanto, el origen y el fundamento argentino que tenía la
Expedición Libertadora. No es cierto pues que fuera exclusivamente
chilena.
Otro asunto interesante que conviene puntualizar es el de la bandera
con que llegó la Expedición Libertadora. Sabemos que en los buques se
enarboló la bandera chilena y que San Martín aceptó que viniera con
dicha bandera no por un acuerdo cordial con el Director Supremo de
Chile don Bernardo 0'Higgins, sino por un acto de sorpresa como lo
dice don Gonzalo Bulnes en su citada obra "La Expedición Libertadora".
Nos dice Bulnes que los altos dirigentes del gobierno chileno estaban
preocupados por saber con qué bandera viajaría la Expedición y que:
"El misterio se rasgó —dice— en una de las reuniones celebradas entre
los vecinos más importantes de la capital con el General y el Director
para arbitrar los recursos de la partida. San Martín solicitó nuevos
auxilios y entonces don José Gaspar Marín, abordando de frente la
gravísima preocupación de la concurrencia, lo interrogó directamente
diciéndole: ¿Bajo qué bandera marchará la expedición? Turbado San
Martín con aquel ataque de frente, —prosigue el historiador chileno—
se limitó a contestarle: "Con la chilena señor Marín".
También se dice que San Martín llegó al Perú comandando la Expedición
Libertadora con instrucciones precisas del gobierno de Chile y que
luego las incumplió. También esto es inexacto. Sabemos que el Senado
chileno aprobó el 22 de junio de 1820 un pliego de instrucciones en 25
artículos y también que el gobierno chileno nombrase un representante
suyo para que viajara al lado de San Martín. Pero el Director Supremo
de Chile don Bernardo 0'Higgins, gran amigo de San Martín, convencido
de la calidad moral del gran prócer, prescindió de dichas
instrucciones y de dicho acuerdo y no se las trasmitió a San Martín ni
nombró personero alguno. El mismo Gonzalo Bulnes lo confirma cuando se
pronuncia de la siguiente manera: "Es el hecho de que San Martín salió
de Valparaíso sin instrucciones y las que se conocen con ese nombre
carecen de valor como documento histórico. Lejos de trabar su acción
de ningún modo, el Director 0'Higgins le concedió la plenitud de las
facultades millares y políticas y cortó en su obsequio los débiles
lazos con que la ordenanza limitaba las facultades de un general en
jefe". Tuvo razón San Martín al protestar cuando en el diario "Correo
Mercantil de Lima" el Ministro Plenipotenciario de Chile publicó esas
instrucciones. San Martín en carta desde Mendoza el 1° de junio de
1823 protesta "no haber recibido ni éstas ni ningún otro género del
gobierno de Chile ni de las Provincias Unidas".