Síndrome de
agotamiento profesional (SAP) en casos de atención a víctimas de violencia
por
Isabel Peña Rodríguez*; isabelpenarodriguez@yahoo.com
26-11-2019
El
síndrome de agotamiento profesional (SAP), como resultado de la atención a
personas afectadas por violencia basada en género, convierte en depositarios/as
de historias crueles de abuso y de dolor ajeno a muchos profesionales porque el
contacto y sufrimiento humano es afrontado continuamente.
Profesionales
que se encuentran en riesgos de afectarse por el SAP y problemáticas relacionadas
como la traumatización vicaria y la movilización de las propias historias de
violencia.
La
salud integral de los profesionales está en riesgo de afectarse y tener serias
repercusiones, lo que a su vez trae implicancias desfavorables en su desempeño
laboral, relaciones interpersonales en general y en la calidad de atención.
La
práctica del cuidado y autocuidado emerge como necesidad prioritaria para
preservar la salud y bienestar general de la y los profesionales que atienden a
personas afectadas por violencia basada en género, es decir como una respuesta
preventiva, oportuna e indispensable para proteger, recuperar su buen estado de
salud y, paralelamente, salvaguardar que las víctimas de violencia que
requieren ayuda y acuden a su servicio, reciban una atención efectiva y de
calidad.
Es
imprescindible prevenir, proteger y atender casos de violencia hacia las
mujeres y la familia, atender a víctimas de trata de personas, así como
proteger y promover los derechos de las mujeres.
Estos
profesionales en su quehacer diario buscan fortalecer y generar nuevos aportes
dentro del tema del cuidado y autocuidado así como resaltar la importancia de
considerar esta práctica como una necesidad prioritaria al ser incorporada e
institucionalizada en los servicios que brindan atención a personas afectadas
por la violencia basada en género, como una oportunidad de mejorar la calidad
de la atención ofrecida y como una forma en que los y las profesionales ejercen
su derecho a la salud mental.
En
los contextos laborales existen factores psicosociales relacionados con el
trabajo, el desempeño de funciones, tareas encomendadas e incluso con el
entorno que vienen a ser condiciones con capacidad de afectar el desarrollo del
trabajo y la salud de los trabajadores (Sauter 2001).
Los
factores psicosociales pueden ser favorables y desfavorables para el desarrollo
de la actividad laboral como para la calidad de situación laboral del
trabajador y la trabajadora. Si los factores psicosociales son favorables
contribuyen al desarrollo personal, cuando son desfavorables generan
consecuencias nocivas para su salud y bienestar.
El
estrés laboral tiende a causar daño psicológico, físico o social a las
personas, existiendo numerosa evidencia científica que nos dice que hay deteriorio
de su salud mental.
El
síndrome de agotamiento profesional o también llamado síndrome de quemarse por
el trabajo, tiene tres etapas:
1.
Agotamiento emocional, esto se da al
fracasar frente al intento de cambiar las situaciones que le originan estrés,
como desgaste emocional, agotamiento, fatiga, irritabilidad, pérdida de energía
y del disfrute de las tareas, e insatisfacción laboral.
2.
Despersonalización, es parte
medular, se origina en el fracaso ocurrido en la fase anterior. El trabajador
busca protegerse frente a la indefensión, impotencia y desesperanza emocional,
distancia afectiva, estado de depresión, actitudes negativas, insensibilidad,
tratos negativos e indiferencia.
3.
Abandono de la realización personal,
el profesional o la profesional autoevalúa negativamente su propio trabajo,
siente que ha perdido el significado y valor que tenía aparecen los
sentimientos de fracaso, inadecuación e insatisfacción respecto a sus logros,
llegando a apartarse de actividades familiares. Todo esto se instala
progresivamente en la persona, es posible que sea tratado oportunamente.
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*Psicoterapeuta
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