Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
15-6-2023
China se prepara para la guerra
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Bajo
el título de Xi Jinping Says He Is Preparing China for
War, la muy informada revista
Foreign Affairs en su número correspondiente al 29 de marzo último y con la
pluma conjunta de John Pomfret y Matt Pottinger, elucubra consideraciones
importantísimas sobre el accionar de la potencia asiática.
“Chinese
leader Xi Jinping says he is preparing for war. At the annual meeting of
China’s parliament and its top political advisory body in March, Xi wove the
theme of war readiness
through four separate speeches, in one instance telling
his generals to “dare to fight.” His government also announced a 7.2 percent
increase in China’s defense budget, which has doubled over the last decade, as
well as plans to make the country less dependent on foreign grain imports. And in
recent months, Beijing has unveiled new military readiness laws, new
air-raid shelters in cities across the strait from
Taiwan, and new “National
Defense Mobilization” offices countrywide”.
El líder chino Xi Jinping dijo que se están preparando
para la guerra. Abordó el tema en varias reuniones, una de ellas ante el
parlamento y con el consejo consultivo en marzo reciente e instó en uno de sus
pasajes, a que los generales se atrevan a luchar. Asimismo anunció el incremento
del presupuesto de defensa, que ha sido doblado en la última década y subrayó
opciones y planes para reducir la dependencia china de las importaciones de
trigo. Además fueron reveladas nuevas leyes militares en torno al estrecho de
Taiwán y se perfiló una Nueva Movilización de Defensa.
“It is too early to say for certain what these
developments mean. Conflict is not certain or imminent. But something has
changed in Beijing that policymakers and business leaders worldwide cannot
afford to ignore. If Xi says he is readying for war, it would be foolish not to
take him at his word”.
Es prematuro deducir con exactitud qué significan estos
planes porque no hay conflicto a la vista o certidumbre del mismo. Pero algo ha
cambiado en Beijing a tal grado que los estadistas y líderes en los negocios en
el mundo, no pueden atreverse a ignorar estos gestos. Si Xi dice que se prepara
para la guerra, sería muy tonto no tomar su palabra como una seria advertencia.
“Xi also blasted the United States directly in his speech,
breaking his practice of not naming Washington as an adversary except in
historical contexts. He described the United States and its allies as leading
causes of China’s current problems. “Western countries headed by the United
States have implemented containment from all directions, encirclement and suppression
against us, which has brought unprecedented severe challenges to our
country’s development,” he said. Whereas U.S. President
Joe Biden’s administration has
emphasized “guardrails” and other means of slowing the
deterioration of U.S.-China relations, Beijing is clearly preparing for a new,
more confrontational era”.
Xi aludió directamente a Estados Unidos, rompiendo la
tradición de no enunciarle excepto en contextos de relato histórico. Describió
a EEUU y a sus aliados como los causantes de los problemas corrientes en China.
“Las naciones occidentales bajo el liderazgo de EEUU han enfilado políticas
restrictivas, de confinamiento contra nosotros, produciendo muy severos retos
al desarrollo del país”. Al margen de las determinaciones del presidente Biden
y su administración para bajar el tono que deteriora la relación con China, es
evidente que este país se prepara para una nueva era confrontacional.
Mientras tanto en Perú ¿seremos simples espectadores de
una pelea entre imperialismos, el norteamericano y el chino, con escenarios
múltiples en todo el globo terráqueo, sensiblemente donde Latinoamérica será
uno más y no el más favorecido?
Hemos denunciado, pocos años atrás, cómo mafias de
importadores (sobre todo chinos) y agrupados y bajo el padrinazgo de operadores
en los ministerios, ganaron licitaciones para instrumental, ropa en el ramo
médico.
Millones de mascarillas, supuestamente útiles contra la
pandemia, con precios que no cubrían ni el costo, ingresaron al mercado
nacional y el Estado se encargó de repartirlas.
Las empresas nacionales pagaban aún préstamos para la
compra de maquinaria; pagaban sueldos a empleados formales; honraban los
tributos según los calendarios.
Sin tener qué vender, porque el Estado “prefiere” la
importación a precios viles, las firmas textiles paran porque no tienen dónde
colocar su producción, los empleados se van a la calle y ¡nadie cobra!
¿Hay entendimiento en los políticos de este fenómeno?
¡Ninguno!