Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
1-2-2006
Comisión Andina de Juristas: ¡bastantes y odiados dólares!*
Integran, entre otros, la
nómina de Consejo Directivo y Asociados: Enrique
Bernales Ballesteros, el propio Niño Diego García Sayán, Francisco Eguiguren
Praeli, Beatriz Merino Lucero y Allan Wagner Tizón.
Aparentemente la gestión
gerencial de la CAJ
empezó a dar resultados más o menos interesantes a partir de 1998. Ese año,
recibió como recursos financieros la suma de US$ 916,036. Al año siguiente,
1999, US$ 898,474.20. Las cosas mejoraban y en el 2000, se alzaron con la
impresionante cifra de US$ 1’444,619. En régimen muy óptimo el 2001, recaudaron
1’147,738. En el 2001, US$ 1’031,656. Sumados todos estos esfuerzos dan el total
de US$ 5’435,523.20. ¡Bastantes y odiados dólares!
En esos años acometieron
diversos proyectos: Promotores para la capacitación en justicia de Paz;
Protección Judicial de los derechos humanos a partir de la Red de Información Judicial
Andina; Debido proceso y Defensoría del Pueblo: propuesta para la elaboración
de mecanismos de supervisión y reforma de los sistemas de justicia; Promoción
de la Democracia
y los derechos humanos en la región andina; Fortalecimiento de los derechos
humanos y del Estado de Derecho en la Región
Andina ; Manual for Congressional Representatives; Congress
and the public problems and Alternatives, Parliament and the public; La
corrupción en el sistema judicial peruano, anáisis y propuestas de control;
Corrupción en el sistema judicial peruano: análisis empírico, propuestas de
reformas y promoción de la vigilancia ciudadana del Poder Judicial;
Fortalecimiento de la
Comisión de Quejas de la Judicatura del Ecuador.
Entre las organizaciones
aportadoras o sufragadoras se puede mencionar: National Endowment for Democracy-EEUU;
ASDI-Suecia; ICCO/Holanda; Fundación Ford; UNESCO; COSUDE (Suiza y cooperación
externa); ASDI/Suecia; Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos; Ministry for Foreign Affairs of Finland; USAID/OTI; Fundación
Esquel.
Es importante recordar que el apego a los derechos humanos
se graficó muy bien cuando la CAJ
del demócrata Niño Diego García Sayán, no dudó en ofrecer sus servicios al
Poder Judicial de la dictadura delincuencial de Kenya Fujimori. Y recibir, a
cambio, importantes sumas de dinero por servicios de la más alta calidad
intelectual y jurídica. Al menos puede decirse que esta es una forma poco
ortodoxa de aportes intra-institucionales.
En el proyecto Plan
Trienal de la CAJ-Año
2003 ene-dic y cuyo responsable fue Enrique Bernales Ballesteros se lee que
obtuvieron de fuentes cooperantes la suma de US$ 1’611,316 de odiadísimos e
imperalistas dólares. Los aportantes fueron: Agencia Sueca para el Desarrollo
Internacional; Fundación Ford, ICCO-Holanda; Fundación Esquel-EEUU; National
Endowment for Democracy-EEUU; Embajada de Finlandia en Perú; Save the
Children-Suecia; Corporación Andina de Fomento. Se estableció entre los
objetivos generales y en el ámbito de la democracia, fortalecer el conocimiento
y capacidad de influencia en formadores de opinión y hacedores de política en
cuestiones relacionadas con el desarrollo y eficacia de las instituciones
democráticas; se propuso en el campo de justicia, incrementar la aplicación del
derecho internacional de los derechos humanos y el uso de las decisiones y
jurisprudencia internacional; se alentó en términos de derechos humanos, la
actuación de instituciones públicas que trabajan a favor de la vigencia de los
derechos humanos tales como Defensorías del Pueblo y los Tribunales
Constitucionales; en cuanto a comunicaciones se alentó el refuerzo de la
estrategia comunicacional de la institución por medio de su Centro de
Información y Documentación.
Es de notarse que si algo
no escaseó en las alforjas de la ONG
Comisión Andina de Juristas, fueron los denostados dólares.
Cabe la pregunta: ¿también otras organizaciones tuvieron tan fácil acceso a
recursos foráneos? ¿o han existido mecanismos funcionales para mejor aterrizar
estos fondos hacia una chacrita en particular? Es interesante recordar que Niño
Diego García Sayán fue ministro de Relaciones Exteriores y que durante su
gestión no se olvidó de colocar a uno de sus amigotes, Mariano Valderrama, su
socio en CEPES (otra ONG), en la altísima responsabilidad de todo lo referido a
las fuentes de cooperación externa que a posteriori se llamó la Agencia Peruana de Cooperación
Internacional. ¿Pura casualidad o suerte divina? Esto, por lo menos, merece
algún estudio exhaustivo que bien podría impulsar el nuevo Congreso en búsqueda
del conocimiento de cómo algunos se volvieron ricos y pedantes y otros no
fueron tan afortunados.
A propósito de huachafos
ensoberbecidos. Hay un novísimo Gran Maestre de la Orden Harley Davidson. Esto es,
un cenáculo de dueños de estas motocicletas carísimas y exclusivas, se han
agrupado como parte de la “sociedad civil” para discutir sobre política y
gustos refinados. Hay dos ex ministros en esta logia impenetrable y, por
coincidencia, ambos lo fueron del presidente Toledo y los dos son de la
izquierda caviar y también pertenecen a muchas ONGs, escudos y vanguardias de
la “sociedad civil”. ¿Podrá adivinar quiénes son?
Por si fuera poco, last
but not least, el Proyecto Plan Trienal 2004-2006 del 1 de enero del 2004 al 31
de diciembre del 2006, prevé un presupuesto total de US$ 1’206,025 y entre las
fuentes cooperantes está la Agencia Sueca
de Cooperación Internacional para el Desarrollo; Fundación Ford, Organización
Intereclesiástica para Cooperación al Desarrollo, ICCO-Holanda; Fundación
Esquel; Embajada de Finlandia en el Perú; Save the Children-Suecia; Corporación
Andina de Fomento; Cooperación Canadiense; GTZ-Alemania. Los nombres son
recurrentes y las bondades sumamente prodigiosas. La identificación temática se
refiere a los sectores Justicia, Poder Judicial, Relaciones Exteriores y entre
los beneficiarios se nombra a órganos de administración judicial; Defensoría
del Pueblo; Tribunal Constitucional; Congreso; organizaciones de derechos
humanos; facultadees de Derecho de las universidades; medios de comunicación;
organizaciones dedicadas a promover el control de drogas y otras organizaciones
defensoras de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
¿Qué dice la
ONG CAJ de los varios millones de dólares
que entregó USAID al consorcio del cual forma parte con otros organismos y que
tenía como propósito el diagnóstico del sistema democrático y demás variantes,
de poco tiempo atrás? Hay rumores que ciertos gringos bobos están sumamente
furiosos porque hasta hoy no ven nada de nada y se sienten timados y engañados
de la manera más criolla y estarían pensando seriamente en “cambiar de
operador”. ¡Oh sorpresa! ¿Las ONGs de derechos humanos enfeudadas al servicio,
por viles y muy odiados dólares, a un gobierno violador de derechos humanos
como Estados Unidos? ¡Qué drama! ¡Y aquí hay aún mucho pan por rebanar!
Cada quien saque su propia
conclusión. Lo importante es conocer de fuentes directas y literales cuánto
recibieron ciertas entidades que como la
CAJ , parecieran tener ciertos pactos subrepticios para gozar
de favoritismos a la hora del reparto de dólares. Que se sepa, estos
documentos, que NO son secretos, han pasado desapercibidos para la opinión
pública.
El poder real, el genuino,
ese que mueven las transnacionales, por todas las vías posibles,
gubernamentales u oficiosas, es contundente y todo lo compra con dólares
ingentes. Así se reviste e intelectualizan los problemas sociales para no
darles solución absoluta o inteligente, sino mediatizada con folletos, charlas,
talleres, embustes de todo tipo de escaso valor real y más bien se fabrican
fortunas y “líderes” que a duras penas balbucean “respuestas” cuando son
requeridos y se guarecen en la ignominia de lo mal habido.
¡Atentos a la historia;
las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el
gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame
y tácito de hablar a media voz!
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*Publicado originalmente
en la Red Voltaire el 1-2-2006 http://www.voltairenet.org/Comision-Andina-de-Juristas