¡Cipayos contra la
izquierda!
por Samuel Morales Chavarría; samuel_morales_ch@yahoo.com
3-4-2019
Ronald Gamarra es un demócrata burgués y además es cipayo.
Como todo cipayo está al servicio del imperio colonial que lo abastece y nutre
a través de esos caballos de Troya llamados ONG los cuales difunden la ponzoña
liberal y presionan al movimiento popular y su dirigencia para encuadrarlo a
los fines del imperio.
Dueño de un corazoncito cinegético ha creído ver su
oportunidad y se ha lanzado como todo cipayo, lanza en ristre, contra la
izquierda. Hábil como es, en su artículo “Izquierda y Chavismo” (Hildebrandt en
sus trece, No 437), ha planteado un ataque de variados objetivos: de un lado,
mostrar al amo imperial las bondades de su servicio y asegurar el flujo
continuo de lentejas, y de otro, flanquear por la derecha a Verónica Mendoza,
con el objetivo de obtener para él y los suyos un lugar de privilegio en la
lista parlamentaria del Frente Amplio, en las elecciones que se avecinan.
Para ello, nada mejor que acusar para encuadrar. Y para
motejar no hay mejor adjetivo que el de chavista, término bajo el cual, el imperio
que se desmorona, cree haber encontrado el Sésamo Ábrete para amedrentar a sus
eventuales oponentes.
La izquierda, la verdadera izquierda, la que se reclama
socialista, la que tiene como bandera eliminar la esclavitud asalariada, la que
hace suyo el pensamiento de Marx y Lenin, la ajena al establo parlamentario,
por supuesto que no es chavista como tampoco es madurista. Pero eso no quiere
decir, ni de lejos, que esté cercana a las posiciones del imperio que se
desmorona con su mundo unipolar camino al cementerio.
La izquierda, y eso no lo ignora el cipayo del cual nos
referimos, no desconoce los límites del proceso venezolano, sobrevinientes de
la estructura social y marco institucional en el que se desarrolla, en el cual,
un amplio sector –sus sectores medios- funciona como quinta columna del imperio.
Por eso, hoy, la parte popular que sostiene al gobierno, es su lado más
plebeyo: es el pueblo pueblo y es la mayoría. Y mientras ese pueblo pueblo
respalde a su gobierno, podrá decir como el pueblo de Chile durante el gobierno
de Allende: “este es un gobierno de mierda, pero es nuestro gobierno”. Y si
además de ello, cuenta con el respaldo internacional de Rusia y China
principalmente, Venezuela, para desesperación de los cipayos, podrá sobrevivir
y con seguridad, reconstruirse.
Y lo que no podrá ocultar Ronald Gamarra es el doblez de sus
afirmaciones como de sus silencios. Recordando su naturaleza abogadil nos dice:
“El silencio no es aceptable cuando existe la obligación de explicarse, dice un
principio del derecho”. Pues bien, preguntemos a nuestro cipayo: ¿por qué en
todo su largo artículo no hay un solo cuestionamiento al imperio sobre su
pretendido derecho de amenazar a Venezuela con invadirla militarmente? o ¿por
qué no hay un solo cuestionamiento sobre la facultad imperial de nombrar como
virrey a un títere como Guaidó?
Preguntar por qué calla Gamarra deviene en ocioso. Todos lo
sabemos.
Finalmente, no una pregunta a
Verónica Mendoza, sino tan sólo una sugerencia: Mire sus flancos. Sobre todo su
flanco derecho. Y usted, auto declarada mariateguista haría bien en recordar a
la militancia el sentido y significado
de lo que se lee en el túmulo de Mariátegui: “…ahí yacen, esperando impugnador
los fundamentos de esos 7 Ensayos”.