por Zully Pinchi Ramírez; alertasenhal@gmail.com
3-7-2015
Eran casi las 5 pm, la tarde estaba algo oscura y nublada, el
viento corría hacia el norte y aunque no sentía tanto frío,
las hojas se desprendían de los árboles frondosos dejando los troncos hirsutos,
sin la belleza plena de su estado natural.
No era una tarde cotidiana, era una tarde en París, algo
espléndido y único por más que no fuera tu primera vez en aquel paraíso, así te
invadan recuerdos pasados, cuando caminas por las calles de París siempre es
diferente, es una ciudad mágica, encantadora, donde abundan los amuletos y
talismanes, para que no te vayas a ir, sin enamorarte.
El restaurante 58 ubicado en la cima de la torre Eiffel te permite
tener una espectacular vista de toda la ciudad, es definifitivamente esta gran
estructura de hierro la más visitada del mundo.
Poco sabemos de la negativa que tuvo que enfrentar el
ingeniero y arquitecto Gustave Eiffel,
puesto que lejos de ilusionar a los parisinos la construcción los decepcionó,
ya que se invertirían grandes sumas de dinero en el monumento, mientras el
pueblo francés pasaba por grandes y profundos abismos de escasez y necesidad.
Se puso como fecha para desmontarla el año 1900, y se suscitó una
gran controversia, puesto que el rechazo social fue muy fuerte, y sólo
defendían el proyecto algunos poetas y artistas pero los entendidos de política
y de visiones empresariales y de altos negocios a largo plazo la rechazaron
totalmente.
La estructura comenzó a construirse en 1887. Se edificó en el
Campo de Marte. En su construcción participaron 250 obreros. Se inauguró el 31
de marzo de 1889 para la Exposición Universal y fue abierta al público el 6 de
mayo de ese año.
Fue el ejército francés el que lograra salvar a la Torre Eiffel, puesto
que después de realizar unas pruebas exhaustivas militares con grandes equipos
de transmisiones, se llegó a la conclusión que la torre era un lugar
privilegiado y de suma importancia para la instalación de antenas y equipos de
radio. Con ello, la Torre Eiffel ya tenía un uso práctico que justificaría su amnistía
y se detendrían los trabajos futuros de desmontaje.
Gustav Eiffel fue pionero a la hora de considerar el factor aerodinámico
en sus proyectos ya que también participó en la construcción de la estructura
metálica de la célebre Estatua de La Libertad, en Nueva York.
El hermoso carrusel vintage de caballos de París, te provoca un
placer y éxtasis tan inexplicable casi como cuando un niño come un chocolate,
es una experiencia tan dulce y bonita que te hace retroceder al baúl de
recuerdos de la tierna infancia.
Caminando y observando el Sena, disfrutando de un algodón de
azúcar, se me viene a la mente, Je neregretterien, (yo no me arrepiento de
nada) de Edith Piaf, en mi humilde parecer, una canción dolorosa, con
sentimientos profundos, quizás por eso me parece una de las mejores canciones
de la controversial Piaf, que significa gorrión y es el apodo que le puso Louis
Leplée, quien la salvó de la cloaca infernal donde ella vivía y quien nunca la
pudo ver triunfar.
Vida, amores, alegrías y desgracias de Edith Piaf, es difícil
olvidar cuando te encuentras en París, se me enrolla el corazón al recordar su
Vie en Rose con Marcel Cerdan, quien murió precisamente mientras volaba con
gran desesperación hacia New York, para encontrarse con su amada, pero como
dice la letra de su canción, pudo pagar, barrer y olvidar los malos amores,
aquellos que si no te matan a golpes te acribillan con sus palabras e
indiferencia, Edith Piaf hizo una fogata quemando así sus terribles
experiencias con los hombres, le importó un bledo todo y no se arrepintió de
nada.
Después de tanta nostalgia, me dirijo hasta el gran museo de
Louvre donde una vez más me deslumbra el cuadro de la Mona Lisa pintada por
Leonardo Da Vinci y me sumerjo en la fantasía de averiguar ¿quién fue esa musa
para el pintor?, reviso la hora, y me doy cuenta de que debo ir a cenar y
empezar la celebración de un inolvidable viernes parisino.