Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica
Rojas
3-5-2025
¡Lobotomía cerebral!
https://senaldealerta.pe/lobotomia-cerebral/
Lobotomía: La lobotomía es una cirugía cerebral que
consiste en cortar o destruir las conexiones entre los lóbulos frontales y
otras partes del cerebro.
La lobotomía tácita de estos tiempos modernos, ha inutilizado
(o terminado de hacerlo), cualquier vestigio de sensatez en las gavillas
electorales, cuyos clubes suelen usar el inapropiado frontis de “partido
político”.
Hoy los lidercillos movilizan a sus portátiles, usan las
redes sociales de pórtico de sus “artículos o ensayos” que podrían reducirse a
un párrafo solitario y ubican sus fotos que los muestran con las masas
“adherentes” en simetría con la “inversión” (pasaje y refrigerio) usada en
ellos.
Que se sepa ningún postulante a senador o diputado, eleva sus
ambiciones patrióticas al nivel de la justicia social de pan con libertad o la
soberanía popular y nacional cuanto que la integración latinoamericana en este
mundo de pueblos continente.
¡Qué bah! Los dirigentitos aspiran a que los llamen
congresistas de la República; les prodiguen adulones doctoreos, mañana, tarde y
noche, más las zalemas obligatorias de tropas de secretarias y brigadas de
asesores, muchas veces tan ignorantes como los legisladores.
Pero, no olvidemos la razón de fondo: sueldo en fecha fija,
sin atrasos ni plazos; sensación de autoridad aunque nadie sepa quiénes son más
allá del lustro reglamentario; vuelo en las alturas ministeriales y la
excelentísima puerta abierta de par en par para ¡el tráfico de influencias!
El 17-7-2023, en el artículo: Violencia:
¿partera o sepulturera? https://bit.ly/3O1EWHE escribí
algunas líneas que reproduzco porque su vigencia permanece inalterable, para
desgracia del país:
La
demencial aventura senderista costó la muerte de decenas de miles de hombres y
mujeres, y la respuesta del Estado, a sangre y fuego, incrementó las bajas y el
país aún no consigue reponerse del todo de esas heridas.
Un
ejemplo no menos dramático: desde el 7 de diciembre del 2022, hay casi 70
fallecidos de manera violenta, a balazos y ¡ni un enjuiciado, militar, policial
o civil, por estos crímenes! Inferir que los resultados fueron desgraciados, es
una conclusión irrefutable.
La
violencia sólo produce más violencia; no crea, destruye; imbeciliza y salvajiza
y hace aflorar los primitivismos más estólidos que el humano pueda exhibir
contra sus semejantes. ¿Quién de los generales o mariscales de escritorio que
tira la piedra y esconde la mano, se atreve a desmentir la verdad pétrea de
hechos de los que se solazan los que pretenden un Perú inviable y presa
apetecible de alguno de sus vecinos?
En
Perú, debajo de 100 mil piedras encontraremos otros cien mil analistas,
expertos, internacionalistas, estrategas, peluqueros sociales para todo tipo de
taras y conflictos, duchos y sabihondos solucionadores de cuanto problema
exista o se lo invente, a pesar de lo cual, nadie podría quitarnos el muy
dudoso título de campeones del análisis, portentos de la exégesis.
Pero
cretinos y castrados para prevenir peligros y conjurarlos en su hora precisa.
¿Qué clase de nación saluda sus matanzas intestinas como pórticos de los nuevos
amaneceres casi siempre ficticios y sobre el papel, como es todo en Perú?
Nótese
que ningún dirigente político del gobierno o del Congreso se apercibe de la
peligrosa situación geopolítica que impera aquí. Las situaciones de indefensión
nacional, fracturas múltiples al interior del cuerpo total del país, dibujan
sus chacalescas sombras de sur a norte, de este a oeste.
Y
en nombre de una “paz” que sólo se practica contra los que salen a marchar a
las calles, se sataniza a los opositores al gobierno. Aunque las estadísticas
den un muy magro respaldo al Ejecutivo que preside doña Dina Boluarte.
¡Y
ni en Cancillería, gobierno, Establo, “oposición”, partidos, periodismo,
parecen darse cuenta! La castración cerebral es ominosa, doblemente
irrespetuosa si ya antes, historia madre y maestra, hemos pasado por
situaciones que debieran estar superadas por los “hombres de Estado”. ¿Qué
hombres de Estado?
El
maximalismo cuando torna menú cotidiano sólo provee de “soluciones” extremas,
riesgosas y dolorosas. La violencia oficial tiene precedentes nefastos así como
condenas internacionales contundentes.
Es
hora que los que lideran las protestas incluyan en sus horizontes caminos de
diálogo forjados a partir de la presión popular. El gobierno disfruta del
respaldo militar y tiene las armas y los recursos.
¿Hasta
cuándo tanta incapacidad de todos para unir al Perú y convertirlo en una
dinámica cuanto que imbatible máquina revolucionaria de arriba abajo y de abajo
a arriba, defensora de los derechos humanos y de su soberanía y riquezas con
sentido de horizonte, futuro moderno y con miras a una nación justa, noble y
culta?”
La
lobotomía cerebral aniquiló esfuerzos y apisonó el mediocre camino del país.