por Herbert Mujica Rojas
21-1-2009
El dulce encanto de denunciar
Sé que en pocas horas más, a las 3.30 pm de hoy, para ser más
precisos, seré condenado en el 57avo Juzgado Penal por el supuesto
delito de difamación agravada contra el gerente general de Lima
Airport Partners, LAP, concesionaria del Aeropuerto Jorge Chávez,
Jaime Daly Arbulú. Aquél, haciendo gala de imaginación interpuso otra
denuncia, coincidentemente por el mismo motivo, en el 9no. Juzgado,
pero a cargo de su empresa LAP. Más aún, en ambos casos el abogado
Luis Vargas Valdivia del Estudio (¿qué estudian?) Ugaz, pone su firma
en las demandas. El asunto estriba en develar el misterio si se impone
la barbarie del poder dinerario que quisiera meterme tras los barrotes
de cualquier celda o se permite, como manda la ley, el juego de
apelaciones y otras instancias superiores y supremas. ¡He allí el
intríngulis del prolongado pleito entre una empresa millonaria, con
poder para alquilar mercenarios de toda laya y un periodista a quien
el dulce encanto de denunciar embarga no pocas de sus horas, desvelos
e investigaciones!
En el 2007 publiqué un manual con el título ¡Estafa al Perú! ¡Cómo
robarse aeropuertos y vivir sin problemas! El documento tiene algo más
de 350 páginas. De ellas, los querellantes extraen tres párrafos en
que supuestamente se aplasta el honor o dignidad del susodicho
gerente. Ninguna de las denuncias sobre la segunda pista, las cuatro
addendas, la mismísima y grave que les coloca su ex-gerente general
Casanova San Simón, es contestada o aludida ni de relansina. El
propósito para suplir semejante omisión es callar al mensajero con
cualquier pretexto para que cese en su prédica cotidiana y no genere
inquietudes de ninguna especie. Por ejemplo LAP acaba de inaugurar,
según ellos, una nueva etapa del remozamiento del Jorge Chávez y hasta
involucraron al presidente Alan García en el tema. Hay fundadas
sospechas que el show business alude en realidad a que necesitan
justificar el alza de las tarifas en el primer terminal aéreo del
Perú. Entonces he allí la madre del cordero.
La pelea, si así se puede llamar a la asimétrica bronca es, por donde
se la mire, el enfrentamiento entre un titán, hecho con el dinero de
los contribuyentes, ellos no han invertido lo que prometieron y eluden
hacer la segunda pista y no dan cuenta detallada de cuánto ganaron con
dinero para el cual Perú debió ser aval, y un periodista que habla
castellano directo, sin ambages o circunloquios onanistas y les dice
lo que piensa. Sólo en Perú la hipocresía constituye comportamiento
formal y parte de la tara genética del ADN social que nos columbra
como seres medio estúpidos y apocados. Al ladrón llamamos aventurero;
al monrero, audaz; al ignorante, adelantado. Y a quienes debían estar
en la cárcel purgando sus fechorías, colocamos en pedestales y bustos
cuando no ponemos sus nombres a calles, plazas y avenidas en todo el
país.
El dulce encanto de denunciar constituye oficio de no poco trabajo
pero es al mismo tiempo glorioso. Acaso los resplandores de esas luces
apenas si alcancen para enorgullecerse en la cuita personal que carece
de vanidad pero que sí reivindica el servicio al país. Parece curioso,
aunque urtica feo, que sean muy pocos, demasiado pocos, los hombres y
mujeres de prensa, que discurren sobre los temas esenciales del drama
peruano. La mayoría vive alquilando sus talentos. Cuando no es un
canal, diario o radioemisora que paga sus silencios, con excepciones
honorables, las organizaciones de nuevos gángsteres sufragan sus
defensas de los derechos humanos a tener camionetas cuatro por cuatro,
casas de playa y viajes al por mayor y charlas por todo el mundo.
Activísimas las agencias norteamericanas para la contrata de estos
mercenarios que hoy viven del dinero de la potencia de que ayer
abominaban.
Para quienes han alentado estos humildes esfuerzos, muchas gracias. Un
abrazo para todos los que en las horas supremas de prueba, dejaron
constancia de sus respaldos simbólicos pero decidores de su margesí
inmenso de espiritual solidaridad. Desde hace unos días múltiples
medios están informando del acontecimiento que habrá de ocurrir esta
tarde en el 57avo Juzgado: ¡o al patíbulo que exigen los mandones o a
seguir por los caminos que prevé la ley!
Mañana, si me dejan, continuaré con el dulce encanto de denunciar. Y
ya anuncié el 23-11-2008, en El Perro del Hortelano que dirige César
Hildebrandt, que la segunda edición, corregida y aumentada de ¡Estafa
al Perú! está en plena maduración y compilamiento de textos y
documentos. ¿Tantos son los miedos de los fenicios y los
abogángsteres?
Alea jacta est.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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