Inviabilidad del proyecto minero Conga
por Reinhard Seifert; rseiferts@gmail.com
http://www.voltairenet.org/Inviabilidad-del-proyecto-minero?var_mode=calcul
1-10-2011
Introducción
Desde el inicio de la explotación de oro el desarrollo de la empresa minera Yanacocha -titular de Minas Conga- está acompañado de permanentes denuncias por la contaminación y destrucción de las fuentes de agua. No hay que olvidar que esta empresa está instalada en el divortium aquarium que separa las aguas en la parte alta de una cabecera de cuenca. Es decir, allí nacen las aguas en una altura de aproximadamente 3000 a 3500 metros sobre el nivel del mar, se dividen, discurren libremente a las partes intermedias y bajas de las cuencas y posteriormente desembocan al mar, van al Pacífico o al Atlántico.
Luego regresan nuevamente como lluvia –al terminar el proceso de evaporación en alta mar- a las montañas donde están localizadas las empresas mineras. El agua nunca se pierde.
Además en esta jalca cajamarquina llueve en promedio 30 – 50% más (1200mm/año) que en los valles interandinos. Lo que pasa en la parte alta de la cuenca tiene su repercusión inmediata en la parte intermedia y baja. Para mala suerte de los campesinos que viven en esta zona desde tiempo inmemoriales, donde nace el agua en los acuíferos también se halla el oro, diseminado en pequeñas partículas en las rocas por explotar. Están juntos y inseparables, el agua y el oro, la famosa maldición de los incas.
Yanacocha trabaja al tajo abierto, usa el cianuro tóxico durante el proceso de lixiviación –en las canchas- para atrapar el oro y solo propala la idea públicamente que apenas "impacta" al medio ambiente. O sea, ha difundido y manipulado la idea que su proceso tecnológico es limpio, no contamina y que responsablemente estaría respetando las leyes, normas y al medio ambiente. Se presenta como una minería inocua, que no hace daño. Sin embargo, está probado que su proceso tecnológico utiliza ingentes cantidades de agua por extraer el oro de una tonelada de rocas y tierra y que para esta necesita mínimamente 3M3 de agua, y 200 g de cianuro. Mueven en la actualidad alrededor de 600 000 toneladas métricas de roca/tierra/día. "Legalmente" Yanacocha ha conseguido permisos fraudulentos por gastar agua –sin pagar un solo sol- hasta por 900L/s, más de cuatro veces la cantidad que consume la ciudad de Cajamarca.
Contaminación de las aguas
Desde el año 1994 aparecen las primeras denuncias por la contaminación del agua y la muerte repentina de truchas, entre otros animales muertos, dentro de circunstancias no esclarecidas hasta la fecha en la zona aledaña al cerro Quilish. Existe un estudio exhaustivo del ministerio de salud que da cuenta que durante 1991 y 1992 las aguas fueron limpias, cristalinas, sanas, sin la presencia de metales pesados y con un nivel de pH neutro. A partir de 1993 esta situación varía sustancialmente.
Cuando aparecen las primeras trazas de metales en el agua potable la mina responde que es normal, porque se encuentran dentro de los límites máximos permisibles (LMP). En otras palabras, antes que se explotaba el oro, el agua sí estuvo pura, sin estar contaminada y ahora sí existe contaminación – aún por debajo de los LMP- y según la minera ésta es legal y que no es nociva.
Yanacocha y su aparato propagandístico, con la ayuda de la prensa comprada y de las autoridades corruptas de Cajamarca, "bombardea" a la opinión pública permanentemente la idea de que la contaminación – el término nunca es aceptado por la empresa- corresponde legalmente a las leyes peruanas.
Lo que quieren decir es que no contaminan, pero sí impactan al medio ambiente y al agua. Por todo esto se creen una minería "inofensiva" y en términos tecnológicos utilizarían una tecnología segura, internacionalmente aceptada y consagrada. Demás está decir que esta minería reposa en tecnologías obsoletas. En suma, hay que erradicar de nuestro análisis ambientalista – de una vez por todas- la palabra afectada, porque suena anodina, casi no pasa nada. No. Esta minería y su tecnología son destructivas y contaminantes.
Las leyes peruanas actuales no han contemplado una rigurosa fiscalización técnica-científica, evocando únicamente a la buena fe o suponiendo que nada y nadie esté cometiendo a priori un delito ambiental. Dado que la suposición cimentada escrita difunde la errada idea de una minería moderna. ¿Para qué entonces evaluar los procedimientos técnicos? En esta lógica todo monitoreo profundo y científico del agua es una perdida de tiempo.
Los estudios de impacto ambiental (EIA) son otra falacia. Todos los EIA están escritos con frases gramaticales de suponer, presentir o estimar, cuyo valor científico es cero. Parece más bien a un tanteo de buenas intenciones. En ciencias exactas- como p.e. medir la cantidad y calidad de las aguas- de lo que es medible, allí no caben las menores dudas, ni tanteos, ni especulaciones. No es sensato, solo tiene entrada al terreno de la mera especulación. Esto pertenece a la ciencia ficción. Un EIA generalmente trata de avizorar escenarios futuros, cuando la historia minera acerca de la destrucción y contaminación de las aguas, sobre todo en las cabeceras de cuenca ya hace rato aporta muchos elementos técnicos-científicos valiosos para su análisis correcto e histórico.
Pronosticar el futuro de la calidad y cantidad de aguas es un tema recurrente en los EIA. Pero pronosticar es incierto, no es afirmativo ni inequívoco. Va en contra de los principios básicos de la ciencia exacta, cuando se mide el agua. Los resultados en ciencias exactas son irrefutables. Porque son valores reales. Sobran bastantes pruebas históricas que muestran que esta tecnología minera es – valga la redundancia- contaminante y destructiva. Todas estas pruebas científicas-técnicas nunca fueron evaluadas durante la elaboración de un EIA, hechos por consultorías ligadas íntimamente a Yanacocha. Devienen y son "juez y parte".
Destrucción de las fuentes de agua y descenso de la napa freática
Por otro lado, lo que se constata también es que la napa freática está en continuo descenso, más de 130 metros. Esto es el caso del proyecto minero La Quinua, que es la parte alta de la sub-cuenca del rio Grande, al lado este del cerro Quilish. En otras palabras, la capacidad del acuífero en su recarga durante la época de la lluvia es prácticamente nulo o inexistente.
La intensa actividad minera ha cambiado el paisaje natural. Todos los cerros que contienen el oro son destruidos, movidos o desplazados a otros lugares. Nada recuerda al paisaje original. Los "nuevos cerros" tienen una altura de construcción de 150 metros, más de 30 metros que la altura recomendada. Las geomembranas que debieron proteger al suelo y retener las filtraciones que contienen los metales pesados y aguas ácidas se rompen por el excesivo peso al que son sometidos.
La vida útil de una geomembrana de un espesor de una pulgada bordea apenas los 30 años. Al producirse un evento desastroso, p.e. una filtración las aguas contaminadas llegarían en menos de media hora a la ciudad de Cajamarca. Otro es el drenaje de aguas cianuradas que fluyen descontroladamente hacia los ríos y quebradas. Por ello, este daño ambiental es irrecuperable, es un hecho irreversible. No hay tecnología en el mundo que pueda remediar o solucionar a esta destrucción, es inejecutable.
Este proceso destructivo es muy lento, dado que la explotación minera es gradual y que no se detiene nunca, realizando trabajos mineros las 24 horas del día. Poco a poco las aguas subterráneas, las lagunas y manantiales desaparecen, son desviadas hacia otras partes, hacia debajo de los cerros o simplemente son desterrados de su cauce natural. Las lagunas Yanacocha y San José hoy ya no existen. El acuífero nunca más recupera su estado natural, similar a de el antes del inicio de la explotación minera.
Incluso al inicio y durante la época de las lluvias se observa constantemente que el río Porcón y Grande, principales abastecedores del agua potable cargan y arrastran muchas aguas turbias, más de lo usual en comparación con décadas anteriores. Esta es una señal contundente que las lluvias no son inmovilizadas ya que corren muy rápido desde la parte alta hasta la baja de la cuenca. Lo que impide la habitual recarga de almacenamiento del acuífero.
Allí está el verdadero daño hidrológico que frecuentemente genera esta tecnología empleada. Una vez que se ha destruido al acuífero, ya está perdido para siempre.
El agua superficial y subterránea que componen un acuífero son como las venas que transportan nuestra sangre. Arruinadas las venas, el cuerpo que las sostiene muere. Se vuelve exangüe.
Los que antes fueron cerros verdes con agua, con floreciente vida; al final de una explotación minera han desaparecidos, ahora los "nuevos" cerros erguidos en las canchas de lixiviación dan un testimonio de abandono y tristeza. Por eso es que no tenemos agua en la ciudad de Cajamarca.
Las deficiencias técnicas del estudio de impacto ambiental de Minas Conga
El EIA de Minas Conga -aprobado el 27 de octubre de 2010- adolece de muchas deficiencias técnicas. El dueño de esta mina es Minera Yanacocha SRL, con sus socios Compañía de Minas Buenaventura (Perú), Newmont Mining Corporation (EEUU) y la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial.
Se ubica en un área de aproximadamente 3000 Has., a una altura de entre 3500 – 4300 msnm. Se calcula un contenido mineral de 3.1 billones de libras de cobre (Cu 0.28%, Au 0.72gr/t) y 11.6 millones de onzas de oro por explotarse durante los próximos 17 años.
En el área de la mina se encuentran las cuencas Alto Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo, Chailhuagón y Toromacho. Las masas de agua son las lagunas Cortada, Azul, Chica, Perol, Mala y Chailhuagón.
Sorprende la poca seriedad que en el EIA no se perfila la aceptación de la presencia de acuíferos, contrariamente lo que Yanacocha admitía y sostenía siempre desde el año 1992, para toda la región de Cajamarca. Para los especialistas y campesinos está demostrado que el área es una zona de recarga e infiltración que es generadora de los acuíferos que además se prueba con la presencia de innumerables manantiales.
Leído con detenimiento en el EIA no existe información acerca de las interconexiones de las aguas subterráneas y los manantiales ni del volumen de escorrentía. Entonces, ¿como han podido calcular y afirmar el volumen del agua en los cuatro nuevos reservorios artificiales, que pretenden construir en reemplazo de las lagunas naturales?, porque se basan en aguas de lluvias. Es algo francamente increíble, inaceptable, antitécnico y nada científico.
Describen a las lagunas como seres muertos, descolgados "en el aire", aislados, sin relación con su entorno natural y dentro del frágil ecosistema de la zona. Sin embargo, este es un ecosistema fuerte, estable que ha sobrevivido millones de años. En otras palabras, toman a las lagunas como algo que no merece ser conservado.
Los acuíferos de la zona están compuestos por bofedales y humedales con permanente humedad. Los bofedales se forman en zonas como los de los macizos andinos sobre los 3800 metros de altura, en donde las planicies almacenan aguas provenientes de precipitaciones pluviales, y principalmente de afloramientos superficiales de aguas subterráneas. Un humedal es una zona de tierras, generalmente planas, en la que la superficie se inunda permanente o intermitentemente.
La formación principal del humedal, aparte de ser un gran ecosistema y un importante hábitat para muchos seres vivos, es que actúan como filtradores naturales de agua. Esto se debe a que las plantas hidrófitas, debido a sus tejidos, almacenan y liberan agua y de esta forma hacen el proceso de filtración. Evidentemente, la conservación de las lagunas y humedales es vital para los campesinos de la cuenca alta, media y baja, dado que les dotan del agua suficiente durante la época de la sequia.
En resumen, las lagunas existentes son parte importante de la recarga de los acuíferos y estos alimentan permanentemente el flujo base de manantiales, ríos y quebradas.
Destruirlas pondría en peligro inminente al futuro de aproximadamente
60 000 campesinos que habitan en la zona desde tiempos remotos en el área de influencia de Minas Conga.
Situación actual del cerro Quilish
Durante la última visita -organizado por el Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca- al cerro Quilish el día domingo 11 de setiembre se verificó in situ.
Una vez más la contaminación y escasez de agua. Esta situación ya era un hecho público hace años.
Se constató que al comienzo del río Grande se encontraban cuatro grandes tuberías de plástico de Yanacocha, donde bombeaban aguas recicladas, tratadas y contaminadas. En todo el río Grande, en aguas más abajo se juntan estas aguas con otros afluentes, tanto en la parte alta, como cuando durante todo su recorrido se mezclan. Sin embargo, estas ya no son aguas crudas ni limpias cuando son captadas por la planta de tratamiento de agua potable "El Milagro" (sic). Esta planta no está en capacidad de detectar a tiempo la presencia de metales pesados, porque apenas realiza una sola muestra de análisis de agua al mes, absolutamente insuficiente para la ciudad de Cajamarca.
La terrible escasez de agua que sufre la población en Cajamarca para nadie ya no es un secreto. ¿Cuántos litros de agua/día consumen en la actualidad un cajamarquino? Para una población de aproximadamente 250 000 habitantes estaríamos hablando de algo mas de 50 litros/día. Estos son niveles africanos, porque la FAO exige de por lo menos un consumo mínimo de 40 litros/día. Apenas son cuatro baldes de agua.
Propuesta
Por todo lo expuesto, exigimos la prohibición inmediata de cualquier actividad extractiva en las cabeceras de cuenca y por tanto una iniciativa legal del nuevo Congreso de la República en promulgar una ley de protección e intangibilidad.
Cajamarca, 1 de octubre del 2011
M.S.c. Ing. Reinhard Seifert
Asesor técnico Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca
C.E. 278095
Del Comercio 464 – Cajamarca-Perú
Cél.: 954 189 418