Sunday, August 11, 2024

¿Votaría por un pobre diablo?

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

11-8-2024

 


¿Votaría por un pobre diablo?

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La deprimente vitrina electoral exhibe niveles misérrimos. Con la esperanza de llegar a diputados y senadores, no pocos –diría- decenas de pobres diablos, han desenterrado sus diplomas de dudosa academia, logros de cuestionable factura y ¡eso sí! sinverguencería para todo terreno.

 

Hay veteranos encanecidos que encontraron en la precaria curul de parlamentario una forma de vida muelle y a costa del dinero público. Tropas de secretarias, brigadas de asesores, chofer con la palabra doctor bien pronunciada, mañana, tarde y noche; gasolina, sueldo fijo y protocolos que refieren a genuinos burros, como si fueran dechados culturales, científicos o de alguna disciplina.

 

Probablemente la especialidad del pobre diablo que hoy tienta la reelección, consiste en el finísimo tramado que se disimula como deber para con los electores, cuando no pasa del vulgar ajedrez del tráfico de influencias en las diferentes carteras ministeriales o burocráticas.

 

El asunto reviste interés porque los honorarios de éxito no son tales. Si la toma de contacto con la autoridad fue buena o mala, el pobre diablo cobra por la cita, por delante y sin testigos. ¿Cuántas propiedades se adquirieron teniendo como base estos ingresos subrepticios que son totalmente ajenos a los sueldos invariables cada mes?

 

El pobre diablo se afila las uñas, organiza su portátil, acude a invitaciones en programas que sus subalternos organizan y hasta confecciona la lista de focas aplaudidoras y loros reproductores en las redes sociales del pretendido éxito de sus fórmulas salvadoras: agendas sociales, planes, observatorios y demás palabrejas resobadas.

 

En algunos casos, el pobre diablo que no es más que un vulgar émulo, llega a creerse la certidumbre de su encargo salvador de la Patria y entonces transforma su palurdo balbuceo y de indigesta pronunciación, en serviles imitaciones. Pero lo que Dios no da, Salamanca no lo presta.

 

Otro escollo no menos importante. Archisabido es que el candidato depende de los votos, si carece de ellos, todo es opio narcótico y quimera de bobos angurrientos a la caza de alquien o alguna entidad que le solucione el proplema del diario vivir.

 

¿Cómo harán los pobres diablos que no tienen votos, están a distancias siderales de cualquier propuesta popular desde las bases y con sólida comunicación con el Perú profundo? El auto elogio y la repetición ridícula de supuestas decenas de miles de obras que eran deber y obligación –no favor- no crean favoritismos o simpatías más que efímeros. Una golondrina no hace verano.

 

El pobre diablo, anciano o joven hambriento, pertenece a ese grupo frívolo que encuadra en Plaza Bolívar su meta más acariciada. No entiende que un país no radica en aprovechadores episódicos de la ubre estatal, sino en la construcción orgánica de una nación que elimine el hambre de sus poblaciones, componga la mala salud y desnutrición y apueste por alamedas de futuro para los próximos cien años con tecnología y modernidad.

 

El pobre diablo nunca revela de dónde saca dinero o quién paga sus desplazamientos en avión, hoteles y financiación para las portátiles que aclaman cualquier bribonada con tal que obtengan sus respectivos S/ 25, como tarifa plana.

 

¿Qué ejemplo puede dar el pobre diablo sobre trabajo honesto si vive de fondos misteriosos? Lo más divertido es que tampoco tiene cómo justificar esos gastos por la simple y ramplona razón ¡que es un desempleado desde hace años! ¡Viven del aire!

 

En los últimos tiempos, en algunos clubes electorales, alias partidos políticos, se barajan los nombres de parientes como fijos o indiscutibles en el partidor parlamentarios. El sistema medieval que da preferencia al sobrino, a la hija, al primo, a la amante y a la otra u otros, representa una aberración imperdonable.

 

El pobre diablo carece de cualquier concepción del Perú como formidable punto central geopolítico en Latinoamérica. No da la más mínima importancia al Mar de Grau y a sus más de 2600 kms. de litoral feraz y rico en recursos; tampoco entiende a una Selva plena en artículos para la exportación pero que debe emplear más de 20 horas para traerlos a la Costa. ¿Y con respecto a Perú con el Atlántico y la Antártida?

 

¿Y con respecto a la claudicación de segmentos de quinta libertad aérea que Perú obsequió a Chile el 2011? ¡No se oye padre!

 

 ¡Pregúntenle al pobre diablo y oirá construcciones gárrulas dignas de vendedores de sebo de culebra!

 

No es suficiente cumplir con el reto formal del comicio y la elección de legisladores. Hay el deber conjunto, unido y abigarrado de construir un país más allá de las vanidades y ambiciones de los pobres diablos, añejos y mozos. La grita, algarada, lema o bulla, no tienen lugar en la sinfonía de la vida y por un Perú libre, justo, culto y digno como anunció Haya de la Torre en su mensaje a la Constituyente el 28-7-79.

 

¿Votaría por un pobre diablo?