Migraciones atropella a madre de niña
peruana-polaca
por Joanna Pachwicewicz*; choliposh@msn.com
11-8-2015
Nota de Redacción.- La señora Joanna
Pachwicewicz, de nacionalidad polaca, conoció a un peruano con quien tuvo una
hija, Aymara, la misma que ha sido impedida de abandonar Perú por razones o
pretextos que ocasionaron pérdidas económicas importantes y fracturas
emocionales de calibre extremo. Ella da su testimonio y esperamos que la
Superintendencia Nacional
de Migraciones corrija, enmiende
o aclare su participación entorpecedora de acuerdo al testimonio de la señora
Joanna. Leamos.
Primero
me hicieron perder pasajes el 5 de noviembre, 2014, pidiendo que les presente
autorización de viaje del padre para que mi hija viajara. Les mostré, con un
escrito, la conciliación hecha bajo convenio de La Haya y respondían que no
procedía. Para eso llegó el 4 de diciembre y me hicieron perder, otra vez, los
pasajes.
Viajé
sola a Inglaterra y dejé a mi hija escondida en Lima en diciembre, allá reclamé
a la Autoridad Central Inglesa del convenio porque Perú siendo signatario no
respetaba el tratado internacional, inquirieron formalmente al consulado
peruano en Londres y la cónsul empezó a pedir esclarecimientos a la Cancillería
de Lima, para eso yo ya estaba de vuelta en Perú y la alerta seguía, pensé que
iban a levantarla mientras, por segunda vez, se me acababa la visa y también
finalizaba el plazo del Exequatur aquí (reconocimiento de la instrucción de Inglaterra dada bajo el convenio).
Pero más allá del abuso
de no reconocer la sentencia que se había paseado
literalmente por casi 6 largos años entre los juzgados peruanos, después que la Segunda Sala de Familia de Lima se
pronunciara a mi favor, le conceden la apelación al padre con efecto suspensivo de su propia conciliación hecha bajo Convenio de La Haya en 2009 y la
entrampan por otros seis meses en la Suprema por lo que de vuelta tuve que salir de
Perú para no quedarme ilegal y que me
deportaran (que lo
hicieron con otros y en mi caso solo esperaban por ello).
Cuando
regresé de Inglaterra, el 16 de junio, 2015, me enteré que habían levantado la
alerta, mientras yo estaba ausente, el 12 de junio, y me dieron una orden de
salida hasta 23 de julio lo que resultó un disparate porque a nadie importó los
miles de libras que me hicieron perder desde el 2009, primero, en un proceso
por sustracción internacional que nunca cometí y el cual tramitaron desde el
Ministerio de Mujer, borrando los movimientos migratorios y haciendo
desaparecer el pasaporte de mi hija, y luego viajando dos veces al año a Perú,
bajo orden judicial y, por último, reteniendo ilegalmente a mi hija desde el 5
de noviembre del 2014, obligándome a estar aquí en calidad de turista sin
medios de vida y con dos hijos a cargo y otro más en Londres.
Entonces
fui a Migraciones y les dije que me compraran pasajes para irme antes del 23 de
julio porque yo acababa de llegar, los errores eran de ellos y yo no tenía para
pasajes en plena temporada alta para tres personas de regreso a Inglaterra. Me
dijeron que "no me preocupara, que 23 de julio era fecha de referencia"
pero como no me fío ni quiero sus miserables referencias, decido irme a Ecuador
a sellar el pasaporte antes del 23 y allí, el 11 de julio me hacen perder el
autobús a Loja y me bajan con dos niños en la frontera terrestre a medianoche
por la nueva alerta impuesta ilegalmente, ya que, una vez más, no había orden
judicial, y no podía haber, porque bajo convenio de La Haya se estableció que
cualquier proceso relacionado con mi hija debe ser en Inglaterra.
Allí
me sellan, primero el pasaporte de mi hija y luego se dan cuenta de la nueva
alerta dispuesta por Rosario Carrillo, funcionaria de Migraciones, el 7 de
julio, me amenazan que me iban a arrancar el pasaporte a la fuerza porque yo lo
cogí de la mesa apenas lo sellaron mientras un funcionario pidió que mi hija
viniera del autobús donde estaba durmiendo.
Regresé
de nuevo al Perú desde la frontera y ahora mismo no sé cómo está la situación.
Que
ellos digan -Migraciones- que no está la alerta y que manden sus miserables
informes a la Cancillería no quiere decir nada, porque el correo electrónico
también dice que no hay alerta el 10 de julio y el 11 me retienen por alerta.
Así esta la situación y definitivamente yo ni quiero ni puedo comprarme otro
pasaje para que ellos me retengan de nuevo y me hagan perder otro boleto más.
Son miles de dólares en cada pérdida y ya me deben varios.
Hice
6 reclamos a Migraciones. ¡No respondieron! Luego el funcionario de Migraciones
Mirko Servigón asegura que puedo viajar a cualquier parte del mundo y resulta
que no me dejan el día siguiente y donde me hace esperar la llamada del
Superintendente Nacional de Migraciones, Boris Potozen, pidiendo disculpas. De
verdad que todo eso es increíblemente inhumano y evidentemente corrupto.
¿A
esto le llaman respeto por los derechos humanos de una niña peruano-polaca?
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*Madre víctima de Migraciones-Perú