Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
27-6-2024
¡DGAC y aviación civil peruana sin rumbos!
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Tenemos una DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil),
que ha hecho posible que Perú cuente a la fecha con una pista de aterrizaje, en
el AIJCH (Aeropuerto Internacional Jorge Chávez) nueva, cuya extensión sea
inferior a la actual pues sólo mide 2,800 metros (la vigente, 3,500 metros).
La pista actual cuenta con 4 calles de rodaje de salida, la
DGAC pasó por alto que la nueva pista, apenas tiene 1 calle de salida rápida,
lo que hará que el tiempo de ocupación por las aeronaves, sea mucho mayor a los
estándares presentes.
La DGAC es la única dirección general en el MTC que no ha
ingresado a la famosa reorganización dispuesta por el ministro de Transportes y
Comunicaciones, pretextándose tal hecho en que la DGAC se gestiona a través de
un convenio de fortalecimiento con la OACI (Organización de Aviación Civil
Internacional), o sea son los intocables.
¿Y quién evalúa a la OACI, si vemos que la DGAC no está
cumpliendo sus funciones?
Cuando se habla de aeropuertos, la DGAC agacha la cabeza y
se oculta, dejando toda la responsabilidad a CORPAC (Corporación Peruana de
Aeropuertos Comerciales), pero es corresponsable por autorizar Expedientes
Técnicos a CORPAC que claramente señalaban, por ejemplo, en el caso de la pista
de aterrizaje en Jaén, que el trabajo se haría con asfalto frío y no caliente.
La DGAC no muestra ningún interés en definir o marcar
posición respecto a la no conveniencia,
para la seguridad de las operaciones aéreas, que se realice la apertura del
nuevo terminal de pasajeros (lo que implicará que ya no se utilice el actual
terminal), el 18 de diciembre, tal como lo ha definido LAP (Lima Airport
Partners).
¿Corresponde a LAP definir eso?, ¿dónde está nuestra DGAC
que es la autoridad de aeronáutica civil que debe determinar y disponer en
nombre del Estado peruano qué y cómo se deben hacer las cosas en el sector de
transporte aéreo?
A los largo de más de 20 años de incumplimiento, LAP, suma
un control de daños que inunda los circuitos periodísticos, opacando las serias
fallas como, por ejemplo, que la II y nueva pista está mocha y la torre de
control, están no operativas desde octubre del 2023.
¿Por qué el titular de Transportes, el ministro Raúl Pérez
Reyes, mantiene un total silencio y cubre las espaldas a Donald Castillo,
actual Director de Aeronáutica Civil, que antes ocupó, y por muchos años, la
Dirección de Seguridad Aeronáutica, la oficina más importante después de la
general?
Ya se hizo público que el MTC firmará una nueva adenda
(octava), al contrato de concesión del AIJCH con un sensible aumento de costos
para usuarios, pasajeros y líneas aéreas.
Todas las adendas se han hecho a favor del concesionario
Lima Airport Partners.
Esta adenda validará el aumento en la “…renta de los
espacios esenciales en la nueva terminal (como oficinas operativas o counters
de check-in) cercano a tres veces el precio que se paga hoy…”, inclusive el
mismo comunicado de IATA, señala que para el 2027 esto se agravaría mucho más,
con la finalidad que LAP recupere los US$ 2 mil millones invertidos
recientemente.
Si bien es cierto el tema de tarifas tiene que ver con OSITRAN,
es imprescindible que la DGAC ejerza liderazgo y cumpla con las funciones que
por ley le corresponden.
¿Coordinará la DGAC o no, para retroceder con la
injustificada facultad concedida a LAP en el 2015, de cobrar una tarifa de uso
aeroportuario a los pasajeros en tránsito?
Perú se encuentra con una aviación civil sin piloto, volando
sin rumbo, no hay proactividad, carecemos de toma de decisiones, cero
eficiencia, inexistente visión a futuro, hay total negligencia en el cumplimiento
de funciones señaladas en la Ley de Aeronáutica Civil, con el riesgo de perder
la categoría 1 de la FAA (Federal Aviation Administration-EEUU).
¡Las áreas donde estuvieron operando los bomberos, cuando se
produjo el accidente con tres víctimas fatales (calles de rodaje y base), nunca
fueron certificadas por la DGAC, por tanto, jamás fueron fiscalizadas o controladas,
en buen castellano, nunca debieron ejecutarse!
Los más de tres meses perdidos por el tema de las lunas de
la nueva torre de control, después que fueran colocadas las de prueba,
simplemente porque la DGAC no quiso volver a contratar a OACI para que emitiera
el informe, si las nuevas cumplían con superar las observaciones del primer
dictamen.
La DGAC practica una total falta de transparencia para
informar a la opinión pública sobre su calamitoso funcionamiento y todo eso con
la mirada bonachona del ministro de transportes y comunicaciones.