Rocé a una “espinoza” materia
por Joan Guimaray; joanguimaray@gmail.com
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/roc%C3%A9-una-%E2%80%9Cespinoza%E2%80%9D-materia
1-9-2022
Un badulaque que
quiere cambiar el mundo con la poesía y aquél que alguna vez me pirateó un
proyecto, me envía un jabón por la red. Me manda un jabón al mismo estilo de
algunos cretinos que cuando se les agotan las ideas echan mano a sus últimos
recursos cual arborícolas primates que cogen el coco para lanzarle a sus
enemigos. Y, me envía un jabón, no precisamente para que me lave la cara, sino,
porque la semana pasada escribí sobre Yenifer Paredes.
Pues, este
pavitonto que firmaba rotundos pronunciamientos para exigir que el Jurado
Nacional de Elecciones proclamara como ganador de las últimas elecciones
generales a su candidato Pedro Castillo, ahora, cree que yo trato de lavarle el
rostro a su hija-cuñada. Se imagina que me ocupo en limpiarle su percudida
imagen. Piensa que tengo el propósito de ayudarla a enjuagar su sucia figura.
Entonces, me envía su grosero parecer simbolizado en un jabón. Y todo, porque
dije que Yenifer Paredes era víctima, tanto de la escuela, la religión y de la
familia, como del entorno y de su propia candidez.
Pues, según este
bardo de inutilidad pública que izquierdea dentro de un colectivo que forma parte
de la masa histérica, yo debo celebrar el encarcelamiento de la muchacha, debo
alegrarme de su desgracia, festejar su condena, brindar por la pérdida de su
libertad.
Entonces, me
insinúa de una forma grotesca, de un modo perverso y de manera ruin, cuando el
modesto artículo de la semana pasada no fue escrito para favorecer a la joven
encarcelada, mucho menos para limpiar la bruna suciedad de la que
insalvablemente ya está impregnada toda la familia presidencial, sino, para
reflexionar sobre lo que está sucediendo en el país. Y principalmente para
hacer evidente las raíces o las causas de nuestros eternos males.
Pero este
medianísimo vate que decidió respaldar a ese retardatario engendro llamado
“Perú libre”, pretende ahora, que también yo debo de asumir su error de
seguidor, su equivocación de prosélito y su desacierto de elector.
Por tanto, no
entiende nada de lo que dije y digo. Es decir, no entiende que si sostengo que
esta joven es víctima del colapsado sistema “educativo”, es porque la escuela, el
colegio ni la universidad, enseñan el significado de los deberes ni la
importancia de las obligaciones; tampoco ilustran sobre las acciones que se
configuran como delitos o los actos que son penados con la cárcel; y mucho
menos, advierten a saber el significado del nepotismo, o a conocer los
conceptos de “lavado de activos”, de “tráfico de influencias” y de “colusión
agravada”.
De modo que,
apelando a mi propia sensibilidad y recurriendo a mi propio entendimiento, lo
único que dije y digo es, que esta muchacha no sabía las consecuencias a las
que se estaba exponiendo con sus actos, puesto que de haber sabido que lo que
estaba haciendo se configuraba en varios y graves delitos, es posible que no se
hubiera atrevido a tanto. Pues nadie en su sano juicio y con la conciencia
despierta, incurre en un delito, sabiendo que se va a ir a la cárcel por largos
años.
Aunque claro está,
los bípedos despojados de toda sensibilidad y gentuzas carentes de la más
mínima agudeza como este grotesco poeta, jamás van a entender que no todos
caminamos con nuestros odios en el corazón, ni llevamos nuestras miserias en el
alma, mucho menos asilamos las anacrónicas ideologías en nuestras cabezas.
Pues, la desgracia del prójimo, la desventura del congénere, el infortunio de
conciudadano, no nos alegra. Nos genera conmiseración.