por Herbert Mujica Rojas
27-8-2008
Premios y porotos
¿Se dieron cuenta cómo la Agencia Noticiosa Andina, esa que torpedea
el Tratado de 1929, invocado en el primer artículo de la demanda del
Perú sobre delimitación marítima con Chile ante la Corte Internacional
de Justicia y casi toda la prensa limeña, veleidosa, pizpireta,
cómplice, tumultuosa en sus mentiras y monocorde en sus mudeces,
calla, baja el tono, disimula, casi no menciona la condecoración de
que fue objeto el señor Javier Velásquez Quesquén, presidente del
Congreso, a cargo de Adolfo Zaldívar, en nombre del Senado de Chile?
Pedirle a Velásquez que recordara que mañana 28 se cumple el 79
aniversario de la reincorporación de la Ciudad Heroica Tacna a la
heredad nacional, parece un hecho fuera de cualquier horizonte
cultural o histórico. ¡Otro Fabián Novak, de sur sobre el norte,
reiterando el impulso taimado, acaba de brotar entre premios y
porotos, ahora en el Establo de la Plaza Bolívar!
Todos callan. Acaso sea una de las etapas más intensas en que la
uniformidad a la inversa denota su vergonzosa presencia. Diplomáticos
hablantines y verborrágicos, no dicen lo que debiera ser su deber.
"Analistas, estrategas, internacionalistas, especialistas", categorías
que en Perú crecen debajo de cada piedra regada por dólares que logran
las organizaciones de nuevos gángsteres de memorias históricas
sumamente miopes, se cosen las bocas porque son chilenófilas y
pro-yanquis. Los historiadores plásticos y las universidades que
braman por culturas de paz para borrar definitivamente las huellas
brutales y sangrientas de los invasores de ayer, siguen haciendo lo
que siempre hicieron: ser elementos a la carta según quien pague sus
requerimientos dinerarios, de honores y distinciones. Y no hacen
diferencia si es con porotos, sopaipilla, empanada o vino tinto. El
capital no tiene nacionalidad dicen.
En lugar de preparar convenientemente a periodistas, investigadores,
profesores para lo que se viene y que será la chilenización de la
agenda peruana y la peruanización de la agenda chilena en el 2009, los
inquilinos de Torre Tagle botaron a la basura casi US$ 200 mil en la
fallida candidatura de Niño Diego García Sayán a la Corte Penal
Internacional en que fue superado por un juez caribeño. La rabanería
caviar chilenófila no toca el tema porque tendría que acometer con
valentía la denuncia de una vanidad infinita y ególatra, la del
Narciso de juguete, y eso significaría pelearse con el latifundista
que tiene su propia chacra productora de dólares y suministradora de
trabajitos para los desempleados. Y adviene el silencio y la sordina
más abominable.
Los Piérolas y los Iglesias habitan ¡qué duda cabe! significativos
ámbitos del derrotismo peruano que no nace en 1879, como bien me
precisó un embajador amigo, sino en 1821. Las castas políticas siempre
fueron vergonzosos ejemplos de renunciamiento voluntario, cobarde y
pusilánime. San Martín y Bolívar, dos deidades, el primero argentino y
el segundo venezolano, no eran peruanos. El primero no dio batalla con
Canterac en el país y el segundo nos yuguló Guayaquil. A posteriori el
primero fue Protector y el segundo Dictador. Más adelante el
venezolano partió al Perú, creó Bolivia, generó los problemas que nos
han perseguido durante toda la vida republicana, punto inicial de
guerras y pérdidas, y hasta ¡nos declaró la guerra! Y así, en el poema
y cántico de glorias supuestamente reales y ajenas, ha vivido Perú
hasta los días presentes.
¿Cómo es posible tanta connivencia criminal que no aprende de la
historia y sus inapelables fallos demostrativos de cómo se manejan las
naciones, qué hacen y de qué formas cuando quieren algo –ayer fue el
salitre y el guano, hoy es el gas y el agua- y qué aguarda a los
países que viven en la fanfarria de condecoraciones mentirosas,
interesadas, inoportunas, viles?
A nadie hay que culpar de estas convicciones. Son parte de un
ejercicio diario y patriótico de apelación a la conciencia. Se
consulta con la historia, y a Clío me entrego en largas horas diarias
de lectura y meditación. Que otros no lo hagan por pereza o
mediocridad o cobardía es un tema del cual sólo ellos pueden dar
cuenta. Decía Ortega y Gassett: yo soy yo y mi circunstancia y así lo
recordó mi brillante profesor de Secundaria y de la vida, Walter
Seminario.
Vamos con voluntad férrea en rescate de la dignidad genuina y por eso
la inspiración la dan Cáceres y La Breña. Esta II Campaña de La Breña
será hito y acicate, espoleo de voluntades, látigo contra ocios,
piedra de toque y esperanza que no se arredra, como sí hacen otros por
unos cuantos porotos, cuando de defender a la Patria se trata.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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