Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-9-2006
Congreso: ¿y sobre el traidor, qué?
El Parlamento, en actitud positiva, ha deplorado, condenado y puesto a
disposición de los fueros pertinentes, al magistrado Eduardo Palacios
a quien se le vio recibiendo una coima. ¿Actuará con igual energía,
hasta hoy no vista, con respecto al viceministro de Defensa, Fabián
Novak Talavera, individuo que se huelga de poseer la distinción de
Chile por su intervención por Perú en las "negociaciones" con Chile en
1999? ¿En qué país, salvo en aquél, en que no hay casta, dignidad o
amor propio, se distingue a un elemento apátrida que reniega de su
nación para lucir una presea otorgada por la otra parte?
El señor de marras, dice así en su propio libro, Las conversaciones
entre Perú y Chile para la ejecución del Tratado de 1929: "Condecorado
por el Gobierno chileno con la "Orden Bernardino O'Higgins" en el
Grado de Gran Cruz, como reconocimiento a su participación como
Negociador Peruano en el proceso de conversaciones entre el Perú y
Chile, que concluyó con la suscripción del Acta de Ejecución del 13 de
noviembre de 1999". En efecto, la traición de Arica de aquel año.
¿Podemos presumir que el Congreso exigirá, por elemental sentido del
decoro y la decencia, la expulsión inmediata de ese tipo del
viceministerio de Defensa? ¿Cómo es que el ministro Wagner, el de las
gringuísima "seguridad cooperativa", colocó al acreditado y conocido
portapliegos de Francisco Tudela, en un puesto tan sensible?
Dijo en días pasados el congresista Luis Gonzales Posada, que cada
ministro escoge al personal que cree conveniente. Entonces ¿hay que
tragarse el sapo que un diletante de ONG, conocido por su desamor al
Perú, como Fabián Novak Talavera, tenga acceso a documentos que
comprometen la seguridad e integridad de la nación y haga cuanto se le
venga en gana por irresponsabilidad criminal? ¿Con qué derecho se
juega a tanta indefensión abominable, como denunció desde su impecable
tribuna de patriota y ex parlamentario, el maestro Alfonso Benavides
Correa?
Perú es un país literalmenta ocupado; pues los dueños de estas tierras
viven como inquilinos y los descendientes de los usurpadores han
consolidado un apartheid cultural que hace que el chiste vulgar
(blanco en prostíbulo, busca placer; mientras que cholo en el mismo
sitio, indaga por su hermana) solo contribuya, entre otros elementos
subliminales, al aplastamiento o exclusión cultural de la mayoría de
peruanos que comparten la misma sangre cobriza.
La noción del misti prevalece en el inconciente mestizo, como también
está en el inconciente de los blancos la convicción de que les está
permitido hacer lo que quieran en Perú. Muchos de ellos tienen enorme
dificultad de mostrar sus raíces peruanas, porque con frecuencia se
trata de descendientes de aventureros pobres diablos que llegaron al
Perú en busca de fortuna. Pero allí están figurando y dando "opinión",
convencidos en su paupérrimo intelecto de que son los "mejores".
¿Pueden los Wagner o los Novak, acreditar su peruanidad por más de 140
años? ¿Tienen alguna idea, siquiera por casualidad, del Perú
milenario, estos señores?
Hay diferentes clases de miedos, pero el terror de los de abajo tiene
que ver más con la castración secular que ha practicado en el peruano
la Iglesia Católica que no paga impuestos, coludida con los mistis.
¿Es el pueblo peruano, una multitud de 26 millones de integrantes,
castrados en su capacidad de sentir asco, de escupir
valetudinariamente sobre la efigie de figuras y figurones fabricados
por medios de comunicación cómplices y muy bien pagados? ¿Son los
parlamentarios, que pertenecen a ese mismo grupo crítico, capaces de
emular su indignación ante el magistrado coimero y botar a un
viceministro que confiesa por escrito ser acreedor de un premio por
"negociar" contra su país?
¿Es pura coincidencia que la Universidad Católica lleve a cabo un
simposio de historiadores que pretenden escribir una historia "común"
entre Perú y Chile? ¿Y que ahora ignorantes en el gabinete pontifiquen
sobre el olvido del pasado, promoviendo una abyecta burla a los
mártires que murieron por la patria?
¿Es posible que traidores como Fabián Novak Talavera, de quien
comentan muchos uniformados, habría sido un asiduo visitante de una
casa en Miraflores, para dar cuenta de sus indagaciones al
departamento de Inteligencia de un instituto armado (¿peruano?),
ocupen un viceministerio tan delicado, ante el silencio tremebundo de
intelectuales, parlamentarios, autoridades, sociedades y partidos
políticos? ¿Y con la anuencia de complicidades vendepatria y sin
solera peruana ni respeto alguno por la historia?
Veamos qué ocurre mañana miércoles en el Congreso.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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