¡Koordinando a
la Contraloría y a otros entes timoratos!
por Guillermo Olivera Díaz; godgod_1@hotmail.com
26-8-2016
Cada funcionario, de los varios entes del Estado, que pueda
ser removido por la mayoría fujimorista, que no representa ni por asomo a la
mayoría de peruanos, es dueño de su propio miedo y tembladera. Podrán ser
apremiados, bajo apercibimiento de pronta remoción y denuncia, para designar,
contratar, escoger o simplemente recibir otros Koordinadores.
El mandatorio Artículo 100° de la Constitución Política
calza como anillo al dedo. Señala así: Corresponde al Congreso…suspender o no al
funcionario acusado, inhabilitarlo para el ejercicio de la función pública
hasta por diez años, o destituirlo de su función sin perjuicio de cualquier
otra responsabilidad”.
¿A qué tipo de funcionarios, que no sean los timoratos, se
puede suspender, inhabilitar o destituir? Contesta el Artículo 99° de la misma
Carta Política: “al Presidente de la República; a los representantes a Congreso; a los
Ministros de Estado; a los miembros del Tribunal Constitucional; a los miembros
del Consejo Nacional de la Magistratura; a los vocales de la Corte Suprema; a
los fiscales supremos; al Defensor del Pueblo y al Contralor General por
infracción de la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de
sus funciones y hasta cinco años después de que hayan cesado en éstas”.
Como se sabe los gaseosos “delitos” e “infracciones
constitucionales” se inventan, hasta su acervo probatorio. Por lo
tanto, los enclenques están avisados. Por eso, don Edgar Alarcón Tejada, el aún
Contralor, optó por su koordinador, Juan José Díaz Dios, ya saben de qué marca,
aunque él con torpeza prefirió la marca mayor: la fujimorista.
Me imagino una aguzada conversación telefónica sin ambage
alguno, ni anestesia:
Keiko: Presidenta
Luz, dígale a Edgar que quiero a Díaz Dios en la Contraloría, para una
indisimulada koordinación con el Congreso que usted lidera.
Luz Salgado: Bien,
jefa. Inmediatamente lo convoco a mi Despacho. (¡En efecto, Edgar acudió al vuelo, al siguiente día lo nombró y al
tercero lo renunció, a causa de la estridente grita!).
Las que siguen son mis inmediatas reacciones, porque la red
me apabulló:
¡Desatino sumo
Contralor y topo fujimortista Díaz Dios! Habría
que estar desvencijado de la política partidaria, como un mueble viejo e
inútil, llamarse Edgar Alarcón Tejada y carecer, en grado sumo, de lo que debe
ser el mínimo concepto de la requerida imparcialidad contralora, para designar,
con inusitada premura, a un coordinador de la Contraloría General de la
República con el Poder Legislativo, a un fujimorista ultramontano: un tal Juan
José Díaz Dios. ¡Ambos desatinados!
El designado Díaz y dios por añadidura, pero con minúscula,
era visible fujimorista y había demostrado su conspicua antonomasia, ex
congresista naranja, o sea keikista, durante 5 largos años, que veneraba a más
no poder a la virgen Keiko y al providencial San Joaquín Ramírez, con una cuenta
Facebook con la letra K como portada. Sin embargo, fue escogido y nombrado y
finalmente botado o renunciado.
Menos mal que fue episódica su presencia, sumamente fugaz
su debut y despedida, pero su nombramiento fue de una singular torpeza
mayúscula. Acompañó, bien vestido, Díaz Dios
a una sola sesión congresal al Contralor de marras. Al siguiente día
tuvo que renunciar o ser renunciado. Las redes trinaban y rechinaban esta
malhadada designación, que otro Contralor en su sano y púdico juicio no lo
habría realizado, pero Alarcón Tejada sí lo hizo.
¡Dicen que el pedido partió de otra santa: Luz Salgado y él
mostró obsecuente genuflexión, en búsqueda de respaldo político fujimorista, si
acaso otros de la acera opuesta, la de enfrente, pretendían desaforarlo!
Desde mi óptica: ¡el Perú necesita y requiere pronto de
otro sensato Contralor, con militancia en la pudicia, la moral y el escaso tino
y no en la política criminal de partidos!