¡Incuestionable
derecho a una educación con calidad y prosperidad!
por David Auris Villegas; davidauris@gmail.com
26-6-2020
Vivimos distraídos ante la enorme necesidad de convivir
solidariamente. La brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor en nuestro
país debida a una educación desigual; siendo propicio derribar nuestro rancio
paradigma pedagógico, anclado en un pensamiento neocolonial, para abrir trochas
hacia una ineludible revolución educativa de la mejora continua, para movilizar
al Perú y Latinoamérica si ambicionamos una vida modestamente acomodada como
los chinos.
Todos tenemos el derecho a una educación de calidad, para
lograrlo debemos realizar acelerados y profundos cambios estructurales en el
sistema educativo por un ecosistema de aprendizaje. Sin embargo, nuestra
educación, conducida por funcionarios con precaria visión, incapaces de poner
en práctica los nuevos conceptos educativos como alfabetización mediática y
otros tópicos, prefieren generar normas burocráticas para valorar la
meritocracia de carpeta.
Como respuesta al déficit universal, la UNESCO enarbola:
“Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres”. Dándonos pie a definir
la calidad educativa, como un proceso continuo de entrenamiento del pensamiento
autónomo, crítico, emocional, colaborativo y creativo dentro del marco ético,
generando un ecosistema de aprendizaje que involucre a todos los actores
sociales en un entorno altamente versátil.
Ante un universo cada vez más automatizado, el rol activo de
la educación encabezado por el Estado, ha de abocarse a afinar el capital
humano como sugieren los expertos, a través de una política educativa
concertada, liderado por científicos interdisciplinarios autónomos ajenos al
gobierno de turno, con la única misión de llevar al Perú hacia el desarrollo
humano sostenido, reclamado por Amartya Sen.
Para convertirnos en instituciones rankeadas, centrémonos a
investigar para producir conocimientos y transformar nuestra realidad. ¿Acaso
no es posible generar tecnologías en nuestras universidades e institutos? ¿Es
difícil acreditarnos por instituciones internacionales de naciones
desarrolladas o sus pares universitarios de esos países? ¿Conviene asociarse a
universidades productoras o universidades consumidoras?
En esta línea de calidad, el docente ejerce la labor más
delicada, educar personas, por lo que es necesaria su alta remuneración.
Comprometiéndolos a ejercer la eticidad profesional, como educador
investigador, experto temático, bilingüe, extraordinario didáctico, humanista y
eficiente gestor del aprendizaje. Desafiando su línea de investigación el
profesor universitario está obligado a publicar un libro y tres papers
al año para evitar la momificación académica.
Asimismo, creemos firmemente que la educación empodera al
capital humano, patentizándose en el acto pedagógico altamente práctico en el
proceso de aprendizaje, apoyándose como telón de fondo, los sílabos o programas
curriculares de calidad mundial, con un lenguaje de desarrollo para la vida
competitiva de hoy y afrontar con acierto la incertidumbre del mañana.
A partir del comienzo de la formación del ciudadano, el
ecosistema educativo está obligado a desarrollar el capital humano, según
Enkvist, formando estudiantes autónomos, digitales, investigadores y éticos en
todos los niveles, con énfasis en la educación básica. Siendo perentorio que
los universitarios y técnicos produzcan patentes y desarrollen investigaciones
para la transformación y graduarse a través de artículos científicos, tesis,
patentes o producción de aparatos tecnológicos viables.
Precisamente ante la atroz competitividad en esta jungla
tecnológica, el empresariado ha de cambiar su know-how, e invertir sus
capitales para fabricar artículos manufacturados, como artefactos electrónicos
de exportación, produciendo con profesionales científicos y técnicos
calificados, formados colaborativamente por todas las instituciones superiores,
con pedestal desde la educación básica.
Considerando a la calidad educativa, una tarea de todos para
conducirnos hacia el desarrollado sostenido, la sociedad y los padres de
familia desde el hogar, asumiremos nuestros mejores esfuerzos educativos y es
propicio que los medios de comunicación de señal abierta, asuman su rol
pedagógico, limitando sus escandalosos programas que alimentan la miseria
humana.
Como un alegato final por la calidad educativa, involucremos
a toda la sociedad, desde la educación básica hasta la educación superior.
Coincidiendo con Chomsky, aspiremos una educación que fomente creatividad, participación
social, cooperación y ciudadanía ética. Creando oportunidades de desarrollo
para cada ser humano, imitemos a la cultura japonesa que para surgir unos,
tienen que surgir los demás, es decir, apoyémonos todos para avanzar
sostenidamente; haciendo de esta época, el siglo de la educación para la
prosperidad.
……………………………………………….
Notas:
-
Amartya Sen. Entrevista con Amatya Sen, Premio nobel de economía.
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=iI9hiB1Tveo&t=122s
-
Inger Enkvist. El éxito finlandés en educación. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=WrZ9BkNxuSQ (08/06/2020)
-
Noam Chomsky. Es el momento de enseñar a los niños a entender el
mundo. Recuperado de : https://www.youtube.com/watch?v=OEdfJP9S4NE (15/06/2020)
© David Auris Villegas. Escritor y pedagogo.