Wednesday, May 01, 2024

¡Tribu de mentecatos!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

1-5-2024

 


¡Tribu de mentecatos!

https://senaldealerta.pe/tribu-de-mentecatos/

https://bit.ly/4afN40h

 

Si pudiéramos exportar como producto no tradicional, a los mentecatos (bobos, fatuos, ignaros) que abundan sobre el territorio peruano, mar, espacio aéreo, proyección desde el Atlántico y el trabajo científico en la Antártida, en un ¡tris tras! paga nuestro país la deuda externa.

 

Una tribu de mentecatos, todos ellos con estancia precaria en Plaza Bolívar y como homenaje al día de los trabajadores, fue noticiada de un aumento de sueldo de algo más de S/ 3500 soles. El mínimo es más o menos la cuarta parte.

 

O sea que los de la tribu exportable, en un santiamén se embolsicarán 4 veces, lo que gana la mayoría de gente con un salario mas bien diminuto y escuálido.

 

Mientras que el hombre o mujer comunes pelean en el fragor diario que no da tregua, para llevar recursos con qué sufragar las necesidades elementales de sus familias, los honorables (como los llamaba Manuel González Prada), engordan la faltriquera y tendrán cómo atender sus vanidades.

 

La pluma atroz de don Manuel, les retrató mucho tiempo atrás. Leamos para recordar algunos párrafos incendiarios que fueron publicados en Los honorables, Bajo el oprobio, Lima 1914:

 

“¿Qué es un Congreso peruano? La cloaca máxima de Tarquino, el gran colector donde vienen a reunirse los albañales de toda la República. Hombre entrado ahí, hombre perdido. Antes de mucho, adquiere los estigmas profesionales: de hombre social degenera en gorila politicante. Raros, rarísimos, permanecen sanos e incólumes; seres anacrónicos o inadaptables al medio, actúan en el vacío, y lejos de infundir estima y consideración, sirven de mofa a los histriones de la mayoría palaciega. Las gentes acabarán por reconocer que la techumbre de un parlamento viene demasiado baja para la estatura de un hombre honrado. Hasta el caballo de Calígula rabiaría de ser enrolado en semejante corporación.

 

¿Ven ustedes al pobre diablo de recién venido que se aboba con el sombrero de pelo, no cabe en la levita, se asusta con el teléfono, pregunta por los caballos del automóvil y se figura tomar champagne cuando bebe soda revuelta con jerez falsificado? Pues a los pocos meses de vida parlamentaria se afina tanto y adquiere tales agallas que divide un cabello en cuatro, pasa por el ojo de una aguja y desuella caimanes con las uñas. Ese pobre diablo (lo mismo que sus demás compañeros) realiza un imposible zoológico, se metamorfosea en algo como una sanguijuela que succionara por los dos extremos.

 

El congresante nacional no es un hombre sino un racimo humano. Poco satisfecho de conseguir para sí judicaturas, vocalías, plenipotencias, consulados, tesorerías fiscales, prefecturas, etc; demanda lo mismo, y acaso más, para su interminable séquito de parientes sanguíneos y consanguíneos, compadres, ahijados, amigos, correligionarios, convecinos, acreedores, etc. Verdadera calamidad de las oficinas públicas, señaladamente los ministerios, el honorable asedia, fatiga y encocora a todo el mundo, empezando con el ministro y acabando con el portero. Vence a garrapatas, ladillas, pulgas penetrantes, romadizo crónico y fiebres incurables. Si no pide la destitución de un subprefecto, exige el cambio de alguna institutriz, y si no demanda los medios de asegurar su reelección, mendiga el adelanto de dietas o el pago de una deuda imaginaria. Donde entra, saca algo. Hay que darle gusto: si de la mayoría, para conservarle; si de la minoría, para ganarle. Dádivas quebrantan penas, y ¿cómo no ablandarán a senadores y diputados?.”

 

¿Cuánto ha opinado el Congreso en torno a la visita que está haciendo el canciller Javier González Olaechea en China? ¿Saben los honorables de la tribu qué es lo que está ofreciendo el señor de marras? ¿No es el Congreso el que debiera estar presente en la marcha de las relaciones exteriores que no se puede dejar al libre albedrío de un gobierno extremadamente débil y ayuno de respaldo popular?

 

¡Ah olvidaba que la tribu tiene su propia agenda suicida y tiene como privilegio tirarse abajo a la Junta Nacional de Justicia, a la ONPE y al Jurado Nacional de Elecciones! Para las damas y caballeros legiferantes, poco importa el cincel quirúrgico que hay que emplear con los chinos. Fundamental y vital es “construir” una política menuda, mínima, intrascendente.

 

Nuestra tribalidad política se resume en medidas cautelares, oficios, cita de artículos del código penal o civil. Unos llaman delincuentes a los otros y aquellos retrucan. ¿No será que ambos tienen razón en llamarse de tal modo? Es que la sartén le dice a la olla ¡no me tiznes!

 

El pasatiempo favorito de los políticos, también tribus elementales, entrenadas en cómo extraer los jugos dinerarios al Estado vía los diferentes gobiernos, hoy afinca en los calendarios electorales. Las canonjías y premios equivaldrán a escaños en diputados y senadores.

 

En homenaje a la mujer y hombres que trabajan de sol a sol, con el afán de sacar adelante a sus familias y en procura de un Perú libre, justo, culto y digno, saludo combativo a quienes sufren por y para la Patria.