¡Actitudes positivas que cambian nuestras emociones!
por
Isabel Peña Rodríguez*; isabelpenarodriguez@yahoo.com
http://senaldealerta.pe/salud-mental/%C2%A1actitudes-positivas-que-cambian-nuestras-emociones
22-12-2020
Era
una tarde de julio insoportablemente húmeda en Manhattan, Nueva York, que
provocaba que la gente estuviera de mal humor. Yo regresaba al hotel y al subir
al autobús que me llevaba a destino, me sorprendí que el conductor un americano
de mediana estatura, me saludara con un cordial ¡hola! ¿cómo le va?, palabras que
daba a todo aquél que subía mientras el autobús iba por el denso tránsito del
centro de la ciudad.
Todos
los pasajeros se sorprendieron al igual que yo y, atrapados en el clima pegajoso
del día, pocos respondieron al saludo.
Pero
mientras el autobús avanzaba lentamente se produjo un cambio lento y casi
mágico, el chofer ofreció a los pasajeros un ágil monólogo, un animado
comentario sobre los escenarios que sucedían ante nosotros: había una
liquidación increíble en las tiendas de ropa, una exposición maravillosa en el
museo de arte, ¿había alguien oído hablar de la nueva película que estaba en la
cartelera de la otra avenida? El deleite que sentía ante las variadas
posibilidades que brindaba la ciudad resultó contagiosa.
Cuando
los pasajeros bajaban del autobús, lo hacían despojados de la caparazón del mal humor con que habían
subido y cuando el conductor gritaba un ¡hasta pronto, que tengan un buen día!,
cada uno respondía con una sonrisa.
El
recuerdo de esos momentos vividos aquel día me acompañó por muchos años, en la
época que viajé a Manhattan acababa de obtener el doctorado en Psicología, pero
en aquellos tiempos la psicología prestaba poca atención a la forma en que
podía producirse semejante transformación en las personas.
La
ciencia psicológica sabía poco y casi nada de los mecanismos de la emoción. Sin
embargo, al imaginar el virus de los buenos sentimientos que se había propagado
en la ciudad, empezando por los pasajeros del autobús, me di cuenta que el
chofer era un pacificador urbano.
Tenía
una capacidad para transformar la hosca irritabilidad de los pasajeros y
suavizar y abrir sus corazones. En los periódicos se leían algunos temas
dramáticos: un niño de 8 años se dedicaba a derramar agua en todas las carpetas
de sus amigos, computadoras e impresoras y destrozar un coche del aparcamiento
de la escuela.
Según
un informe de la policía, la muerte de menores son hechos por sus propios
padres o padrastros, los padres tratan de atenuar su culpa diciendo que solo
“trataba de disciplinar a sus hijos”. Un joven canadiense es procesado por el
asesinato de 7 mujeres y niñas israelitas mientras dormía, una vez procesado
alega que “no puede dejar de lamentar lo que ha hecho y estoy avergonzado”.
En
los noticieros de todos los días se escuchan informes de este tipo sobre la
desintegración de la seguridad, ataques violentos del impulso ruin que todo lo
destruye. Las noticias solo reflejan en
una escala más amplia que existen cada vez más emociones fuera de control en
nuestra propia vida y de quienes nos rodean.
Hay
ineptitud emocional, la desesperación e imprudencia en nuestras familias, comunidades
y vida colectiva, en la quieta soledad de los niños abandonados, descuidados o
maltratados, o en la espantosa intimidad de la violencia marital.
Una
extendida enfermedad emocional se expresa en el aumento de los casos de
depresión en el mundo entero, adolescentes que van a la escuela con armas,
accidentes en la autopista que acaban con disparos, maltratos indiscriminados.
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*Psicoterapeuta
Consultorio:
Cerro Verde 125-Dpto. F-2, A una Cdra. Puente Benavides-Surco
Consultas:
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