Wednesday, February 20, 2008

Gasoducto: crímenes en La Convención

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-11-2002

Gasoducto: crímenes en La Convención

A mediados de octubre, el presidente Toledo estuvo en Camisea
anunciando logros y éxitos en torno al contrato de concesión
energética. Más allá de tales textos oficiales que tienen como fuente
lo que informa Pluspetrol, Techint, TGP, Sonatrach, Graña y Montero y
otras, hay verdades lacerantes, indignas, inaceptables para el pueblo
del Perú.

En el Alto y Bajo Urubamba, Cusco, zona en que se construye el
gasoducto hay múltiples testimonios de cómo se violan todas y cada una
de las reglas de preservación del medio ambiente, de cómo se atenta
contra la vida de las poblaciones indígenas y cómo en esta área tierra
de nadie, valen poco las alcaldías o autoridades porque aquí mandan
empresas extranjeras como Techint, Pluspetrol y el consorcio TGP.

En Kiteni, por ejemplo, hay un campo de aterrizaje que el alcalde
local, ha alquilado por la irrisoria suma de US$ 750 dólares mensuales
a Techint. Ciertamente la empresa maneja la instalación como un coto
privado y este aeropuerto fue construido por el Estado muchos años
antes que llegaran los argentinos.

Aparentemente Techint le paga a la Fuerza Aérea Peruana para que
transporte en sus helicópteros a la guardia de asalto de la PNP para
que la proteja en Kiteni, decenas de estos policías se pasean con su
armamento de guerra por las calles de esta localidad.

Los campesinos afirman que Techint bota los desmontes y residuos de
sus materiales de trabajo a los ríos contaminando sus aguas y
destruyendo la fauna, por eso ya casi no hay peces y los campos
agrícolas se han vuelto improductivos. El resultado no puede haber
sido más dañino: la migración hacia las ciudades donde no hay trabajo
de ninguna especie.

Son muchos los hombres y mujeres que dan vueltas frente a la oficina
de personal de Techint a la espera de un contrato de trabajo. Se sabe
que en la zona de Kiteni hay muchos trabajadores chilenos, argentinos
y colombianos que ganan en dólares a diferencia de los peruanos que
apenas si alcanzan S/. 800 como remuneración máxima.

Después de las 6 de la tarde Kiteni es una locura porque los
ingenieros y trabajadores de Techint se vuelcan masivamente al pueblo.
No es casualidad que existan 4 discotecas y muchos casos de escolares
embarazadas cuyo destino de madres solteras es inevitable sin que
hasta hoy se haya tomado alguna medida severa sobre este particular.

La basura, desperdicios podridos, desmontes, chatarra, tala
indiscriminada de árboles sin planes de reforestación, abundan en la
zona. Ciertamente, las cajas de frutas o de comestibles consumidos son
todos provenientes del exterior, la empresa encargada de la
alimentación de los trabajadores, Sodexho, no compra ni un alfiler o
un tomate en esta parte del Perú.

Pluspetrol, la empresa titular del 37% del contrato de concesión de
Camisea no se queda atrás porque ha logrado la compra fraudulenta de
terrenos en Las Malvinas (donde se ubican los pozos gasíferos) con
engaños y coacciones según denuncian los colonos afectados. Es
importante decir que Pluspetrol está solicitando un préstamo de US$ 70
millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo con el
tácito aval del Estado peruano. ¿Quién paga los platos rotos si esta
empresa de quinta categoría quiebra o se declara en falencia? ¿Qué
puede explicar la funcionaria brasilera del BID, Elizabeth Britto?

Tanto Techint, Pluspetrol y TGP (Transportadora del Gas Peruano)
otorgan un trato discriminatorio a los peruanos en territorio peruano.
Dicen que han venido a hacer el gasoducto y no "obras de
beneficencia". Sin embargo, el Cusco no se beneficiará para nada con
el gas de Camisea porque los ramales del gasoducto se van a Pisco y a
Lima. A Pisco a la playa Lobería en el área de la Reserva Ecológica de
Paracas y a la capital para cubrir una demanda que es inmensamente
menor que la producción. ¿De quién o quiénes es este negocio tan
pingue y con una producción para una demanda tan pequeña?

Es importante decir que a partir de agosto del 2004 se iba a colocar
en los recibos de consumo de energía eléctrica de los peruanos un plus
para "comprar" la producción gasífera. Como parece que no hay dinero
de ninguna parte, el subsidio se empieza a clavar a los peruanos desde
este mismo mes de noviembre según resolución aparecida en El Peruano
en días pasados. El documento lleva la firma del presidente Toledo y
del inefable ministro Jaime Quijandría.

En La Convención los puentes los hizo el Estado peruano hace decenios
y apenas aguantan camiones de 20 toneladas como denuncian las
autoridades municipales de diversos concejos menores, sin embargo
Techint hace pasar cientos de trailers de más de 40 toneladas todos
los días y noches. El colapso total del puente de Echaguares es un
peligro inminente que yugularía todo el comercio y transporte en la
zona.

La desinformación del resto del Perú en torno a lo que se vive en el
Alto y Bajo Urubamba es pavorosa. Los estudios de impacto ambiental
son pagados por Techint, Pluspetrol y TGP, pero el nivel de ruido que
ahuyenta a la fauna es de altos decibeles; la contaminación de los
manantes una realidad lamentable y con ello la proliferación de
enfermedades gastrointestinales; los animales aparecen muertos por la
ingesta de campos envenenados por combustible, químicos, etc.

El ministro de Energía Jaime Quijandría tiene a su hijo Martín como
gerente general adjunto de la empresa Sodexho y el presidente de
PerúPetro, Antonio Cueto Duthurburu a su hijo Antonio como alto
funcionario de un consorcio en la zona formado por Pluspetrol y Graña
y Montero. ¿Qué imparcialidad pueden mostrar con las múltiples
irregularidades o crímenes que se dan en la zona?

Hay más de 25 personas entre muertos y desaparecidos. Muchos
provenientes de zonas lejanas y que no tienen familiares cercanos y
que probablemente no saben que han fallecido. Hasta una asistenta
social argentina que se ahogó en un río y cuyo nombre es parte del
secreto profundo que guarda Techint es parte de la tragedia que ocurre
en la zona a vista y paciencia de las autoridades oficiales sumamente
simpáticas a estas empresas de prácticas reñidas con la moral y la
decencia.

Camisea es un contrato de concesión que ni siquiera Kenya Fujimori se
atrevió a firmar, asunto que sí hizo el gobierno transitorio de
Valentín Paniagua. Una de las empresas intervinientes, Hidrocarburos
Andinos SAC ha desaparecido de la propaganda oficial con motivo de la
solicitud de dinero al BID y en su lugar se ha ubicado a Tecpetrol,
propiedad al 100% de Techint. ¿Cómo es que se juega tan alegremente
con el destino presente y futuro del pueblo peruano? Recordemos
Camisea tiene un valor comercial agregado de aproximadamente US$ 300
mil millones de dólares y compromete al Perú por los próximos 100
años.

¿Qué dicen las autoridades encargadas del resguardo del medio
ambiente? ¿Prestará dinero el Banco Interamericano de Desarrollo a
empresas que malogran los campos, contaminan las aguas y destruyen la
infraestructura de los pueblos en que desarrollan sus trabajos de
inversión? ¿Qué dicen los políticos frente las probadas trasgresiones
cometidas por Pluspetrol, Techint y TGP?

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.