Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
16-12-2024
Complot en Tel Aviv
https://senaldealerta.pe/complot-en-tel-aviv/
En el 2018 un complot, conchabo innoble, concertación sucia,
logró la defenestración del jefe de Misión del Perú en Tel Aviv, Israel,
embajador Fortunato Quesada a través de un escándalo vía la televisión e intoxicó
malamente al país.
Tres embajadores tuvieron que ver en el infortunado plan que
hizo rodar la cabeza del diplomático aludido que debió retornar a Lima y a la
postre fue apartado del cargo y representación, alejado de su labor
profesional, con su proyecto de vida hecho pedazos y cortados sus ingresos
económicos.
El Informe (ORH) No.
011-2020-UARD/MRE concluye que hay responsabilidad por:
-Haber propiciado la denuncia
de esas irregularidades funcionales y los presuntos maltratos y abusos, por
parte del Jefe de Misión en Israel, en un medio de prensa masivo con
la finalidad de crear un escándalo mediático que derivó en la destitución del
mencionado Jefe de Misión y acarreó un grave descrédito institucional.
Es un documento oficial de la
propia Cancillería, la Oficina de Recursos Humanos, que en una extensa investigación
por escrito, señaló que las evidencias de participación de tres embajadores Néstor
Popolizio, Hugo de Zela y José Boza (+)
es una materia que no admite ninguna clase de refutación.
Esta semana, la resolución
firmada por el canciller actual Schialler, nombra con frases encomiásticas al
embajador Hugo de Zela como asesor de la actual gestión. ¿No parece un
contrasentido determinar que una persona identificada como parte de un extraño
plan contra un miembro del Ministerio de Relaciones Exteriores, sea consultor
hoy en día con un pasado sin aclarar, por lo menos en este enojoso acápite?
Una de las características más
insólitas de este gobierno la constituye esa vocación suicida de dispararse a
los pies con nombramientos cuestionadísimos que anticipan críticas muy duras a
la gestión y desprestigio mediocre inocultable.
Tal parece que en Torre Tagle,
nadie entiende por causa de qué, están copiando el pésimo paradigma del
gobierno central para hacer lo propio, poniendo a gatos como despenseros sin
entender que quien siembra vientos, cosecha tempestades.
¿Existe autorización o
disposiciones internas del Ministerio de Relaciones Exteriores que faculten a
sus altos funcionarios a organizar intrigas, complots, caza de brujas para aniquilar
a sus adversarios en funciones? Porque esto es lo que sucedió en Tel Aviv.
¿Quién dio la orden o motorizó
el plan de trasladar las grabaciones altisonantes (imprudentes o desbocadas),
pero en ningún caso merecedoras de la guillotina que aconteció después con la
cabeza rodante de Quesada que salió expulsado del Servicio Diplomático de la
República?
Pero el remedio salió peor que
la enfermedad. Quesada ha ganado las dos primeras instancias y que se recuerde
¡no hay ni un solo comentario u opinión a favor de Cancillería! Darse cuenta
que los hados favorecen a Quesada no es una timba, es una realidad.
¿Alguien ha medido los
decibeles del ridículo protagonizado por la diplomacia peruana que dispara a
matar a sus integrantes, los bota del servicio, les arma escándalo en la
televisión y transmite una imagen de entidad subdesarrollada y propia de bailes
canibalescos y celebraciones cainitas?
Bastaría con hacer consultas
entre el cuerpo diplomático extranjero que trabaja en Lima. De seguro que la
impresión dejada por el complot fue desastrosa.
La parábola de tiempo
transcurrida desde el 2018 al 2024 que se acaba, dan cuenta de una dirección
polémica, discutible, fiel a comportamientos cuestionados y un no saber qué se
quiere para el Perú en materia de presencia internacional con metas claras,
patrióticas e impecables.
¿Qué clase de asesoría legal
posee el MRE que con todo su equipo numeroso de abogados, va perdiendo dos
instancias seguidas? ¿Es por eso que, como recurso manido, frondoso en
garrulería, pretende una casación a su favor que lo más probable es que saque
como no procedente?
En Perú llueve para arriba. Un
resultado distinto sólo podrá explicarse a tenor del uso de influencias,
subterfugios, en pocas palabras, a malas artes.
Lo más cercano a una posibilidad,
será que el diplomático Quesada obtenga la reposición en el puesto o su
equivalente, la reivindicación de su nombre y el reintegro de todos los haberes
dejados de percibir.