Monday, December 26, 2016

¡Navidad prolífica, solo, sin el juego solitario!

¡Navidad prolífica, solo, sin el juego solitario!
por Guillermo Olivera Díaz; godgod_@hotmail.com

26-12-2016

Los días 24 y 25-12-2016, estando solo,  son los que más he leído y escrito, que he atendido al teléfono, aún de desconocidos, y he acondicionado sudoroso un bello departamento duplex, sanborjino, de 210 m2, que estoy lanzando al mercado capitalino. También entro en finanzas inmobiliarias, desde el año 1970.

Es que la placentera soledad, porque la familia está repartida en el mundo, después de intensa sociabilidad y jolgorio últimos, en alturas cajamarquinas de frío y neblina permanentes, no consigue mellarme ni una infinitesimal pizca. Me acicatea para dar forma escrita a mis ideas que algunos detestan, muchos respetan y otros siguen. Hasta dicen que las lanzo por odio, como si tuvieran un telescopio para extrospectarme. No odio, repruebo los ilícitos, de esos que llegan a la presidencia, o la pretenden tozudameante, para enriquecerse, todavía más.

He aquí los 2 temas que ayer y hoy dí forma, relativos a la navidad de otros, no mía.

(a)    ¡Navidad, ¿cuál navidad? Que alguien llamado Jesús nació un 24 de diciembre, en un lugar modesto de Nazareth, y desde que pudo comenzó a adoctrinar a la gente del entonces, predicando el bien, la justicia y criticando a toda autoridad que sojuzgaba a los pobres como él, o sea, a los corruptos con poder, que los bíblicos Odebrecht sobornaban, y que por eso fue visto como terrorista, ser peligroso, un feroz antisistema, procesado, castigado y sancionado a morir del modo más cruel, inhumano, eso todo es creíble, razonable y realista para la época, y para la que hoy solo soportamos con prisiones preventivas kafkianas.

Lo mismo se hace ahora, mutatis mutandis, con los pocos que somos contestatarios, como yo, hipercrítico, pero honesto. ¡No he sido presa de fiscales y jueces por delitos imputados!

Pero al diantre la novela tejida acerca de una pretendida divinidad, con resurrección incluida, y el actual armatoste consumista llamado NAVIDAD, evento que ni me va ni me viene. Por esta sentida razón la noche del 24 estuve solo, así de rotundo, SOLO. ¿Para qué pavo y panetón navideños si acabo de engullirme, en Catache, Cajamarca, el 20, 21 y 22 del presente  mes, el sabroso cuy dorado y el exquisito caldo y estofado de gallina con yuca catachina?

Al tacho, pues, eso que muchos llaman navidad, a partir de textos que algunos escribieron en sendos libros que narran el lacerante infortunio de un hombre nombrado Jesús, luego Cristo y, por fin, Redentor del género humano.

Ah, mi familia toda está muy lejos, pero muy distante de Lima, también por motivos de seguridad, porque así no llegará a ellos mis riesgos propios.

(b)   ¡Amigo mío me hace cristiano! No estilo hacer regalos en navidad, ni a mis hijos, pero sí cumplir mis obligaciones de padre TODOS los días del año, y podría aseverar a manos llenas.

Pero un paisano, amigo respetable y consagrado pintor, OSCAR URRACA VERA, me ha hecho este obsequio que reproduzco: "Jesús te responderá: -Todo lo que hiciste con estos hermanos pobres y necesitados, conmigo lo hiciste; por eso te digo, pasa al gozo de tu Señor". El amor a Dios y al prójimo, es la principal lección de Jesús, Dios está en el hombre necesitado, no en los templos, ni en la religión. Dr Olivera, Ya le dije hace tiempo, usted es más cristiano que muchos que se confiesan o van a misa".

Gracias amigo Oscar Urraca Vera, por tu licencia literaria, producto de tu acrisolada bondad, bonhomía que escasea en los de la clase política del Perú, como García, Keiko, Toledo y Humala, entre otros torcidos más, cercanos y ligados a los Odebrechts.

Les confieso que ayudo al necesitado desde siempre, directamente, sin intermediarios. Lo hice en El Monte y Catache (Santa Cruz, Cajamarca) el 20, 21 y 22 del presente mes. Cultivo valores, como la honestidad, aspiro a lo justo, sin necesidad de ser religioso, tampoco creyendo en dios, en cristo, ni en los santos que muchos veneran y que el HOMBRE los CREÓ, por guarecerse del infortunio. En la consecución de valores la religión está de más, estorba.
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