ensayo que en su primer envión publicamos. Sostiene afirmaciones
delicadas y enderezadas, básicamente, a encarar la existencia de un
mito forjado por la vía cómplice de "panegiristas paniaguados".
Procura el autor dar su testimonio respecto del actual presidente Alan
García Pérez a quien conoce desde las dramáticas horas en que aquél,
prosélito del no trabajo, rumiaba penurias y clamaba por ayudas que
siempre se le otorgaron en las horas difíciles y aterradoramente sin
dineros para las más mínimas exigencias de la vida corriente. No
camina Guzmán Gallardo por la apelación facilista de citar a terceros
o cuartos. No, él, bajo la premisa de su testimonio, relata su verdad
y sólo el título bastaría para desentrañar el misterio de intríngulis
que explican de algún modo las claudicaciones y pusilanimidades de hoy
del objeto-tema de su denuncia.
Por constituir un documento que promete llamar a polémica, publicamos
esta primera parte. Puede parecer ocioso, sin embargo la invocación es
pertinente y obligatoria: que respondan quienes deban hacerlo, con
altura de debate y velocidad de crucero (si pueden). El dicterio sin
sustento, la represalia corruptora, la venganza, envilecen lo que es
ya el cuadro de una descomposición que Guzmán ayuda a interpretar de
una manera interesante.
Leamos. (hmr)
El Anti-Haya I
por Jesús Guzmán Gallardo; jeguzga@hotmail.com
http://www.voltairenet.org/article163166.html
Quiero empezar parafraseando a Bertolt Brecht: "Hay quienes se
acobardan de seguir los dictados de una ideología y filosofía que
juraron seguir, hay quienes prefieren la vida cómoda y fácil y
renuncian a la lucha que alguna vez iniciaron, y hay otros que en la
teoría pretenden ser consecuentes con la fe que abrazaron y en la
práctica hacen todo lo contrario refugiándose en la mentira y el
engaño y se adornan de soberbia y personalismo. Estos últimos son los
traidores y los apóstatas y por ende los más peligrosos, porque
amparándose en el poder político y económico que detentan, sorprenden
a los tontos e intonsos con vocación de esclavos que al parecer no son
muy pocos".
Haya de la Torre, en su vasta sabiduría y experiencia, solía llamarnos
la atención cuando éramos jóvenes acerca del "sarampión" al escuchar
nuestras rebeldías e impaciencias con la reflexión de un visionario
que había enfrentado cobardías, veleidades y traiciones en su largo
trajinar sin hacer mella en su espíritu generoso y optimista. Y se
refería a lo pasajero que resultaba ser iconoclasta a temprana edad y
que en una innovadora interpretación de las frases del maestro Manuel
González Prada nos impelía a ser perseverantes en esa actitud durante
toda nuestra vida y que no fuera como las palabras de un tango
argentino conocido que rezaba: "los amores del estudiante flores de un
día son, hoy un juramento y mañana una traición". De esta manera y con
riqueza pedagógica entendimos el significado de la juventud eterna.
Y es con esta óptica y con sabor a denuncia que paso a dar la voz de
alerta a la militancia del Partido Aprista y a los que sin ser
afiliados acunaron una esperanza en nuestra organización para
transformar las estructuras del Estado en beneficio de los más pobres
alcanzando la justicia social tantas veces postergada.
Cuando Alan García llegó al partido yo ya ostentaba el cargo de
Secretario General del Comando Nacional Universitario aprista;
perdónenme la primera persona, pero es necesaria para aclarar algunas
cosas importantes en materia de consecuencia, ya que él nunca fue
responsable de cargo juvenil ni participó en ninguna lucha de esos
tiempos. En algún momento Haya lo integró al Buró de Conjunciones,
organismo que no tuvo ninguna trascendencia y ejecutoría y que por lo
tanto desapareció sin pena ni gloria. Al poco tiempo el jefe del
partido le consiguió una beca a Francia y tras algunos años regresó
para ser nombrado Secretario Nacional de Organización por los méritos
de su padre un gran luchador aprista, desplazando a uno de los mejores
organizadores que tuvimos a la par de compañeros como Ramiro Prialé y
me refiero al c. Walter Cuestas Diaz quien no se amilanó y pasó a ser
nombrado Secretario Nacional de Agrupaciones Profesionales con una
brillante gestión que hasta ahora recordamos. Luego, todo fue
meteórico, pero lo que quiero destacar es que durante la dictadura
militar no le conocimos un trabajo como a los cientos de jóvenes que
tenían que estudiar y trabajar para mantenerse y que, además, hacían
vida política intensa. No intento hacer una biografía en tan breve
espacio, pero sí anotar, en síntesis, que no fue un destacado luchador
ni menos un joven revolucionario que participara en debates
estudiantiles ni partidarios. No me extraña, pues, que ahora a sus 60
años quiera reivindicar alguna rebeldía juvenil inexistente y mucho
menos tratar de ser consecuente con un ideario por el cual nunca supo
pelear en sus horas tempranas en contraste con la de políticos que
desde muchachos fueron rebeldes ante la injusticia y que cuando
adultos impregnan indeleblemente la vida de un estadista auténtico.
Es momento para desmitificar una figura que inventó un pasado para
acelerar su carrera política con la ayuda de panegiristas paniaguados,
dando inicio a un caudillismo de vieja estirpe que en su negación
histórica explica su predilección por personajes cuestionados de la
política criolla y su desprecio por los apristas honestos y
consecuentes que le pedirían cuentas y, sobre todo, por su apego al
dinero.
Nace, en consecuencia, un liderazgo personalista que los compañeros
han bautizado con certera puntería: el alanismo que, a su vez, resume
el oportunismo, audacia sin límites y ausencia de principios y valores
en antinomia de lo que siempre tuvo el aprismo en su expresión mística
de verdadera fraternidad, trabajo en equipo solidario, pobreza
franciscana y férreo sentido de unidad.
Haya de la Torre fue rebelde en su juventud y en su adultez, maestro
infatigable que hizo de la política pedagogía, despreció la demagogia,
no fue personalista a pesar del cariño que le prodigábamos, no le
sedujo el poder y menos el afán de hacerse rico desde el Estado y soy
testigo de excepción pues trabajé 12 años ininterrumpidamente a su
lado hasta su muerte que fue ejemplarizante porque lo hizo sin
propiedades ni riquezas cumpliendo su promesa de no deberle un centavo
al Estado, legándonos lo que lo hizo grande: su vida y su pensamiento.
Aun hoy recuerdo con emoción, porque fueron las cualidades que
destaqué, con voz quebrada por el dolor, cuando hice uso de la palabra
en sus funerales a nombre de la juventud en el Parque Universitario
frente a su alma máter, San Marcos. Esta es mi autoridad moral.
Victor Raúl fundó el APRA sobre la base social del frente único de
trabajadores manuales e intelectuales, para construir el Estado
antimperialista que realice la segunda emancipación, esta vez
económica, en justicia y libertad. Desarrollar la democracia funcional
basada en las categorías del trabajo, preparando a las clases
explotadas para conducir sus propios destinos. Definió su rumbo, su
norte, su sello, el de la izquierda democrática sin tutelajes extraños
ni imitaciones. Planteó la filosofía de acción de nuestro movimiento
explicada en la teoría científica del espacio-tiempo histórico que hoy
en día muchos utilizan sin reconocer su autoría.
García , como nunca trabajó, ha continuado la política de flexibilidad
laboral dictada por el Consenso de Washington que se traduce en el
desmantelamiento de las conquistas laborales de casi un siglo, que
fueron iniciadas por Fujimori y continuadas por Toledo. El que ha
trabajado toda su vida sabe del aumento de injusticias en este campo,
sobre todo contra los sindicatos, imponiéndose una política de temor y
autoritarismo que concluyen en despidos arbitrarios sino en jornadas
esclavizantes. Como el gobierno ha optado por los empresarios, nadie
los protege. ¿Y la jornada por las 8 horas?, ¿Y las universidades
populares?, ¿Y la CTP, la de Arturo Sabroso Montoya?. Historia y sólo
historia. Además ha dictado dispositivos legales que criminalizan la
protesta social y autorizan a las fuerzas del orden a utilizar sus
armas indiscriminadamente contra ella. ¿Qué lo diferencia de Sánchez
Cerro, Benavides y Odría?. Recuerden el Moqueguazo y el Baguazo. ¿Y la
distribución de la riqueza? La lucha contra la pobreza se basa en las
estadísticas del INEI que las maquilla sin pudor y en las cuales nadie
cree. Los únicos que están bien son los nuevos dueños del país como
los Romero, los Brescia, los Graña, los Camet los Miró Quesada
reciclados, los Favres, los Vega Llonas, los Benavides de la Quintana
etc., que reciben favores del Estado, y García ni se inmuta cuando los
llama "sus amigos".
Haya era amigo del pueblo, de los desheredados, de los marginados de
los que más sufren la postergación de los gobiernos y por los cuales
luchó denodadamente. Se prometió terminar con los services que
incentivan la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el
Estado, por que no lo practica exclusivamente la empresa privada ahora
también lo hace el Estado en sus reparticiones sin el menor escrúpulo.
La administración pública prefiere la tercerización abusiva, mientras
los funcionarios se llenan los bolsillos con sueldos desorbitados,una
muestra la constituyen los bonos ilegales que cobraron ex
parlamentarios y los devengados que cobró García. No es asunto de
olvido o de poca importancia, es asunto de vocación en concordancia
con los explotadores. El presidente admira a Piérola y se cree su
reencarnación en los días actuales.
¿Se ha iniciado la construcción del Estado antimperialista?
Para empezar, los trabajadores son ninguneados por el poder, no se
quiere cumplir por lo menos la promesa de restablecer la Constitución
del 79 lo cual fue una promesa electoral.
Al Congreso Económico Nacional ni siquiera se le ha mencionado en un
discurso retórico, afirmo sin ambages y sin temor alguno, que lo que
existe es miedo de sentar en una misma mesa al capital, al Estado y al
trabajo que resolverían los problemas seculares de nuestra patria y
ésta se enrumbaría en un desarrollo efectivo como respuesta directa a
nuestra realidad. Una prueba palpable es el papel decorativo que se le
ha impuesto al Acuerdo Nacional al que no se le consulta ni la hora y
se diluye su efectividad y misión para lo cual fue creada en claro
desprecio por la tan decantada sociedad civil. Se prefiere
demagógicamente plantear reformas constitucionales como lo son el voto
facultativo y la renovación del Parlamento vasallo por mitades y un
referéndum que volvería al Congreso de marras, en clara distracción
frente a los problemas más álgidos de la nación con la ayuda mediática
de la prensa obsecuente que más parece una cortina de humo y a lo sumo
una clara medida populista.
El gobierno se manifiesta aliado de la potencia del norte y su
secretaría de Estado y los voceros de ese país así lo confirman, lo
cual explica el aislamiento del Perú de las naciones indoamericanas en
su deseo de construir una real y efectiva integración continental. No
se compromete con el fortalecimiento de la UNASUR en razón directa de
nuestra lucha por la integración indoamericana, ni con el Banco del
Sur que reemplazaría al fracasado Banco Mundial en sus recetas
económicas que nunca contemplaron la cuestión social en los países
pobres como el nuestro.
Frente a las bases militares norteamericanas en Colombia se calla en
todos los idiomas, espectando impasible, el aumento de tensiones
innecesarias en los países limítrofes. La posición del Perú ante el
golpe de Estado en Honduras fue tibia, casi imperceptible, al unísono
con la política de Washington. Hay un permanente alejamiento de
Bolivia, Venezuela y Ecuador, prefiriendo la compañía de gobernantes
entreguistas como Uribe y Calderón.
Hay quienes se desgañitan repitiendo la monserga que interpretamos mal
a Víctor Raúl en un claro afán de presentar las bondades de la
globalización y ocultar su efecto dañino, como si la historia última
no confirmara que los intereses de Norteamérica y Europa jamás
pasaron por los de nuestro continente y si alguna duda cabe, basta
recordar el asunto de las Malvinas.
En el tema de pobreza y el de la contaminación ambiental sólo se tocan
en los foros de los países más poderosos económicamente como temas de
caridad que siempre han sido insuficientes, sin tocar las entrañas
mismas de la realidad y para tranquilidad de sus conciencias por que
tienen responsabilidad evidente. Por lo tanto la lucha antimperialista
tiene vigencia en su dicotomía, con cambio de estrategias y sutiles
negociaciones, porque sigue hipotecándose soberanía e impidiendo un
desarrollo propio.
Como en el pasado, la política del actual gobierno sólo tranquiliza y
satisface a los empresarios. De ahí su clara dirección derechista en
perjuicio de los trabajadores, en franca contradicción con nuestra
doctrina.
Haya de la Torre nunca revisó nuestra linea antimperialista, por el
contrario, la reafirmó en el prólogo a la tercera edición de El
Antimperialismo y el Apra, cuya lectura deberían apurar los ardientes
defensores del neoliberalismo infiltrados en nuestras filas. Y por si
fuera poco, les aconsejo, antes que sea demasiado tarde, lean la
ponencia del economista César Vásquez Bazán en el último congreso
nacional de economistas del Perú donde denuncia magistralmente el
craso error, de suscribir la escuela neoclásica cuyo fracaso se puso
al descubierto con la crisis mundial.
En esta primera parte esbozo el inicio de las contradicciones de
García con los planteamientos de Haya de la Torre, y explico las
razones por las cuales sus ideas expuestas en "El perro del hortelano"
son diametralmente opuestas. En consecuencia no hay el menor atisbo de
una negación dialéctica en su obra La revolución constructiva del
aprismo y sí el remozamiento de las viejas ideas políticas de la
plutocracia que tanto daño hizo al Perú.
Los alanistas con su mentor a la cabeza, no son apristas.
Y se les agradecería despejar el panorama, afiliándose a cualquier
partido conservador como el fujimorismo corrupto que tanto les agrada
y con el cual se identifican plenamente.