Diario Uno-19-4-2022
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
Políticos chatos y miopes
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Una definición más o menos
didáctica precisa el término chato: carente de la inteligencia, perspicacia, capacidad de prever
y analizar eventos esperables o normales.
Otra se refiere
a miope: corto de alcances o de miras, poco perspicaz.
Y no es que me
esté adelantando a nominar al común de nuestros animales políticos que son, en
elevado porcentaje, miopes, chatos, ignaros y de microscópica, si alguna,
mirada nacional.
La pregunta es
sencilla: ¿para qué van algunos políticos al Congreso? ¡A hacer leyes meditadas
y bajo el escrutinio de las grandes mayorías nacionales que aspiran a que esas
legislaciones les favorezcan en la construcción de un Perú libre, justo y
culto. ¿Piensan eso los miopes y chatos que parecieran haber ganado una curul?
Usted puede mejor contestar.
Nuestros
políticos chatos y miopes requieren consejo, asesoría y orientación más que
urgente y responsable en torno a sus declaraciones públicas.
Aquellos deben
entender o estudiar o conseguir los rudimentos de una mirada nacional, con
profundo horizonte de futuro para los próximos 50 años; con estudio de la
soberanía nacional basada en la soberanía popular; en la definición del Estado
como herramienta y presa apetecible –como es hoy- de sectores minoritarios y
privilegiados en detrimento de los mayoritarios y empobrecidos. Nuestra
relación internacional y bajo qué reglas empujamos los tratados que realmente
favorezcan al país no a los oligopolios armados hasta los dientes de
periodistas al kilo y capaces no sólo de vender a sus respectivas madres sino
¡hasta de negociar el precio, centavo a centavo!
¿Es mucho
pedir? ¡De ninguna manera! El colapso de agrupaciones, como ocurre con el Apra,
halla su origen en la inmoralidad venal y estafadora de sus líderes, baste con
recordar que el principal capitoste, lejos de asumir con valentía la comisión
de sus delitos, se disparó en la cabeza. Los apristas genuinos sólo tenían tres
caminos: encierro, destierro o entierro.
Y llega a
niveles nauseabundos que pretendan pasar la cobardía como “inmolación”.
“Tomar a lo
serio cosas del Perú” escribió Manuel González Prada.
Exijamos
decencia y mesura. El Perú no es juguete de nadie ni puede ser tampoco una
chacra en que improvisados brutos hagan lo que les dé la gana.
¡Para eso se
paga impuestos y hay que mirar escrupulosamente a los políticos miopes y chatos
para demandarles una acción responsable y seria en favor el país!