Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-3-2020
Cónsules, embajadores y ¿en qué se gastan los fondos?
Las imágenes televisivas de
los últimos días transmitieron la protesta de peruanos que urgen retornar al
terruño. Algunos de ellos afirmaron haber llamado a los consulados en Miami y
Nueva York sin siquiera haber obtenido respuesta, la más mínima.
El presidente Vizcarra
anunció una partida económica ad hoc, recordemos:
“El Poder Ejecutivo aprobó destinar 12
millones 900 mil soles al Ministerio de Relaciones Exteriores para la
repatriación de connacionales afectados por el cierre de fronteras por la
emergencia del coronavirus.
En conferencia de prensa, el presidente de
la República, Martín Vizcarra, indicó que en el Decreto de Urgencia 029 se
dispuso entregar recursos económicos a distintas carteras, entre ellas la
partida para la Cancillería para facilitar el retorno de peruanos en el
extranjero.
Al respecto, el jefe de Estado insistió en
que se repatriará a aquellos ciudadanos peruanos que ya tenían programado venir
al Perú antes o en los días posteriores a la clausura de fronteras, medida
vigente desde el 17 de marzo, así como también a los compatriotas que tengan
una condición especial.” https://andina.pe/agencia/noticia-gobierno-destino-12-millones-a-cancilleria-para-repatriar-a-connacionales-789327.aspx
Una
pregunta directa y sin ambages: ¿puede Relaciones Exteriores, por
transparencia, detallar cómo uso esa importante cantidad de dinero y con cargo
a qué grupos de connacionales y su retorno al Perú?
Los
dineros públicos son sagrados y su uso no puede ser secreto, indiscreto ni soterrado
porque esos fondos provienen de la ciudadanía que paga sus impuestos. Por tanto
sería pertinente que RREE dé cuenta pormenorizada del dinero.
En El
ministerio del misterio, tomo a aparecer en pocas semanas más, se
inquiere ¡precisamente! entre otras preguntas, acerca de la rendición de
cuentas a cargo del portafolio de Relaciones Exteriores a lo largo de su
historia. Pareciera ser que la constante ha sido todo lo contrario y el libro
se pregunta del porqué no ha ocurrido aquello. O, también, ¿qué pasó con esos
fondos?
Las
dramáticas horas que golpean al país con el coronavirus, muertes y paralización
traumática del aparato productivo nacional demandan una mejor claridad en las
cuentas públicas para evitar que la corrupción, esa mala y artera comadre que
corroe nuestra historia, inunde más aún el cuerpo de la nación.
Interesante
coyuntura que enfrentar en términos de salud mental como política de Estado,
horizonte de recuperación mirando los próximos 50 años y, sobre todo, mucha fe
en el colectivo Perú como destino, posibilidad y con miras a un Perú justo,
culto y libre.