Tuesday, December 23, 2008

Justicia notificadora (y muy acosadora)

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-12-2008

Justicia notificadora (y muy acosadora)

¿Qué ocurre cuando la justicia que debieran impartir magistrados
probos y embebidos del equilibrio que supone su cargo, se pone al
servicio de las empresas corruptas y se convierte en vil negocio
culpable que paga el mejor postor, el que pone más presión vía sus
dólares, favores o conveniencias y deviene en martillo acosador de los
inculpados que a veces terminan con sus huesos en la cárcel?
¡Cualquier cosa, menos un Estado en que el Derecho resguarda la
justicia! Por el contrario, es tierra de nadie, selva comprable,
burdel en que prima el olor lacerante del dinero sucio.

Con una aceleración que envidiarían Fittipaldi o Fangio conozco de un
juzgado que practica la velocidad de los prodigiosos en cualquier
pista de carrera. ¿Para administrar la sensatez a que tienen derecho
los ciudadanos que pagan impuestos para sufragar tareas importantes
como las que se llevan a cabo en el Poder Judicial? ¡No, no es así! Se
trata de satisfacer la sed de venganza que tienen el gerentito cuasi
analfabeto de una empresa cuyo capital apenas si frisaba los US$ 3 mil
dólares cuando se hizo de la concesión del Aeropuerto Internacional
Jorge Chávez y la angurria de abogángsteres que cobran decenas de
miles de dólares y que están "muy preocupados" porque se les escapa la
presa.

El asunto es muy simple. Si las empresas por quítame estas pajas
judicializan los casos y persiguen, como vemos, a periodistas,
consiguen varios objetivos a la vez. El primero y más importante:
meter miedo, inocular terror entre los que aún no han cruzado el
Rubicón denunciante. A otros los compran con publicidad y dólares o
euros fáciles. Al resto, a los rebeldes (que son muy pocos) los ponen
en vereda con juicios y con perros de presa, genuinos y criminales
mercenarios al servicio de estos actos perversos. La idea es condenar
y evitar que los periodistas sigan denunciando y cuestionando. Como no
hay respuestas entonces hay que "empapelar" literalmente a los
iconoclastas.

Un libro, manual le llamo yo, ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse
aeropuertos y vivir sin problemas!
http://www.voltairenet.org/article148321.html plantea denuncias que se
refieren a las cuatro addendas mañosamente empujadas por la
concesionaria; a la no construcción de la segunda pista; al mal uso
para sí mismos del aval del Estado peruano ante bancos norteamericanos
y alemanes en una operación por el orden de US$ 125 millones de
dólares. Y lejos de contestar y aclarar lo que fuere inexacto o falso,
la respuesta camina por el vulgar, despreciable y sucia vereda de la
judicialización penal por difamación agravada. Todos los caminos
conducen a la corrupción dicen los delincuentes, por tanto, hay que
castigar a los insolentes y si se les puede meter a la cárcel, el caso
de la señora Magaly Medina ya creó el precedente tan esperado.

Para que esta putrefacción funcione la premisa madre discurre por la
existencia de jueces funcionales, simpáticos, acríticos, que acojan
adefesios bajo la forma de denuncias. Cuando se les pide acumulación
porque son dos los juicios, deniegan el asunto, merced a una ceguera
cuestionable, el tema obtiene ribetes pestíferos. La consigna es
política: encerrar o callar al denunciado y para eso hay que emplear
"todo el peso" de la ley. De manera que una vez muerto o mudo el
perro, se acaba la rabia porque no hay quien ladre o persista
escribiendo. ¿Cómo los jueces, a vista y paciencia del resto de la
sociedad, pueden darse el lujo de aceptar esta clase de adefesios? Los
resultados están a la vista: ¿hay quien crea en el Poder Judicial del
Perú? Cuando a alguien le preguntan por un juez, de inmediato, cuasi
como un resorte, asalta la duda sobre su idoneidad y los porcentajes
son aplastantes y de público conocimiento. ¿Hay en Perú jueces
idóneos? Sin duda que los hay y a mucha honra. Pero de los otros
odiosos, mediocres, inmorales, rufianes, delincuentes, también. Y esos
ahuyentan cualquier buen juicio cívico.

Como parte de un deber periodístico indeclinable he denunciado a los
que resulten responsables del tremendo daño que el incremento del
narcotráfico está protagonizando en el Aeropuerto Jorge Chávez que es
una auténtica coladera. ¿Será que las prisas de hoy responden a que
necesitan callar, cuanto antes, al periodista?

¡Qué pena pues! Pero la preocupación es para los cancerberos en los
tribunales, para los abogángsteres a la carta y para todos aquellos
que silencian merced a su cobardía el abuso impresionante que se hace
con los casos judiciales. ¿Hasta cuándo seguirán callando quienes
tienen que hablar y defender los derechos humanos arrasados por los
cacos? ¿Justicia? Aquí esa palabra es hueca y un simple adefesio.

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

Lea www.voltairenet.org/es
hmujica.blogspot.com
Skype: hmujica