Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
17-5-2023
¡Viejos a la tumba, jóvenes a la obra!
https://senaldealerta.pe/viejos-a-la-tumba-jovenes-a-la-obra/
Escribió Jorge Basadre:
“Un país robusto necesita una juventud entusiasta con capacidad para sentir un
íntimo asco ante toda falsificación de valores, con voluntad de construcción
inteligente y honestamente combatiente, con pudor de lo que hace y lo que dice,
inspirado en la dignidad cívica sin la cual la república no merece ese nombre.”
¿Hay algún tipo de
conexión, propósito común entre los hombres y mujeres arriba de la cincuentena
y los que apenas llegan a los 25-30 años?
No pareciera haber algún
puente generacional que amalgame ambiciones, junte ideas-fuerza e impulse
dinámicas nacionales en un potente haz de luz conjunto.
“Pero, a su vez, –prosigue
Basadre- un país sano necesita ofrecer a su propia juventud perspectivas
amplias, posibilidades abiertas, colaboración efectiva en el quehacer común. De
modo que el problema no es sólo el progreso material, de reformas sociales, de
organización estatal. Es también problema de renovación de valores, de fervor
espiritual, de capacidad de entusiasmo, de mística colectiva”.
En efecto. ¿Cuántos son
los elementos, jóvenes profesionales, que abandonan el país para ir allende y
aquende, a probar suerte?
Si culminan estudios en
universidades del Estado y dejan Perú, hay otro problema de fondo: sus estudios
fueron pagados por la tributación ciudadana. ¿Cómo devuelven lo que se invirtió
en ellos?
Agrega el historiador:
“Entre las oligarquías aferradas al pasado –en el cual no todo es sacrosanto y
sin cuya rectificación y superación no existiría la historia-, las iras
revolucionarias de otro lado y las concupiscencias inmediatas como tercer
término, más lamentable todavía, un progresismo constructivo con nutricias
raíces populares y con la mira puesta en el bienestar común podía evitar los
peligros de la estagnación y del estallido, siempre y cuando reuniera el triple
requisito de la técnica, de un mínimo ético y de la capacidad para planificar
con lucidez y coherencia y ejecutar una decisión”.
Conviene preguntar de
inmediato si los partidos políticos o lo que así gustan llamar a sus clubes de
aspirantes a burócratas, están preparando cuadros y les están enseñando desde
la más elemental forma de leer un diario, escuchar una radioemisora o ver
críticamente televisión.
Porque no se puede creer
cuanto dicen las publicaciones, ni lo que repiten los locutores, loros modernos
con voces engoladas y graves y, ¡mucho menos!, atenerse a cuanta estupidez se
propaga por la televisión y a cargo de irresponsables que hacen cualquier cosa
con tal de embolsicarse buenos miles de dólares.
La convocatoria
gonzalezpradiana a los jóvenes recordando que los viejos tienen ya la tumba
como única esperanza redentora, posee vigencia marmórea y retumba en el Perú de
nuestros días.
Los jóvenes profesionales
debieran encontrar centros laborales donde aplicar sus conocimientos adquiridos
con el estudio. Deber del Estado y la industria privada, crear la demanda de
puestos a todo nivel.
Estas llamativos y muy
ausentes cuestionamientos, rara vez son materia de análisis, discusión y
solución. La psicología peruana es pródiga en el ocio y en el culto a la
inercia: “que venga, lo que deba venir”.
Por absurdo que parezca
sólo la angurria de ocupar una curul, un puesto en alguna asesoría, un asiento
secretarial o la más humilde ocupación (pero segura), preside la ambición de
los políticos criollos.
Ninguna agrupación discute
sobre la posición geopolítica del Perú con cinco fronteras ni en torno a la
política energética.
Ciertamente que menos
sobre el rol del Estado en un mundo globalizado y la intromisión abusiva del
poder imperial de Estados Unidos, China o la Comunidad Europea, a través de los
TLCs, embajadores que más parecen activistas políticos, sus bonos financieros,
bancos de inversión dizque social pero que prohíjan panzones que actúan como
cualquier otro banquero cobrando o ejecutando.
Pero claro, a la hora de
los loros, ningún hombre “de Estado” desdeña un viajecito con los gastos
pagados aunque el país que invita esté inundando Perú de baratijas de ínfima
calidad.
Entre otras cosas, estas
ignorancias en los hombres públicos, solo consiguen que el hombre y mujer
común, se aleje más de la política y su quehacer y fiscalización.
Pero ¡son esos espacios
dónde se cocinan los grandes latrocinios contra el pueblo peruano!
¡Es hora que rescatemos a
los grandes hombres y sus enseñanzas tienen que ser redescubiertas!
De los mercaderes del
templo, de los advenedizos, de los murciélagos miopes que merodean en la sucia
política peruana no hay nada que aprender. En cambio, volver a las fuentes es
un acto de valentía insobornable. ¿Hay otros caminos?
¡Viejos a la tumba, jóvenes a la obra!