Construir sobre el
amor y fraternidad garantiza paz y progreso
por Isabel Peña Rodríguez; isabelpenarodriguez@yahoo.com
13-8-2019
Cuenta el padre Anthony de Mello una historia muy bella.
Eran dos hermanos: uno casado y otro soltero. Ambos trabajaban juntos las
tierras heredadas de sus padres. Luego se repartían los frutos en partes
iguales.
Un buen día, el hermano casado no podía dormir. "No me
parece justo", se decía. "Yo tengo esposa e hijos, por tanto tengo
seguridad para mi futuro. Mientras mi hermano vive solo, sin nadie que pueda
garantizarle apoyo en su vejez". Se levantó, cargó sobre sus hombros un
saco de grano y lo vació en el granero del hermano. Y así durante varias noches
consecutivas.
Por su lado, el hermano soltero tampoco podía dormir con la
conciencia tranquila. "Mi hermano está casado, tiene hijos que alimentar y
esposa. Por el contrario, yo estoy soltero y no tengo obligaciones". Se
levantó de la cama, cargó su saco de grano y lo fue a vaciar en el granero del
hermano. Hasta que un día coincidieron en el granero. Pasado el tiempo, cuando
murieron, el pueblo se enteró de su generosidad y tomaron una decisión: ya que
el granero había sido lugar de tanto amor ¿qué mejor sitio para construir un
templo? Entonces levantaron una iglesia.
Todos construimos en la vida una familia, un mundo, una iglesia.
¿Dónde edificamos realmente nosotros? Si quieres construir sobre sólido es
preciso que construyas sobre el amor.
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Hay quienes construyen familia sobre sentimientos.
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Hay quienes construyen familia sobre emociones pasajeras.
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Hay quienes construyen familia sobre deseos espontáneos.
Por eso la familia se derrumba
tan rápidamente. Sus bases no resisten el peso de sus responsabilidades. No han
construido sobre la roca del amor, sino de los sentimientos amorosos. Hay
infinidad de constructores de la sociedad:
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Unos quieren construir el mundo en base a los odios sociales y
raciales;
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Otros quieren construir el mundo en base a ciertas ideologías de
terror y muerte;
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Aquellos quieren construir el mundo en base al egoísmo de
producir, vender, comprar y ganar más;
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Hay quienes quieren construir el mundo en base a una vida de
libertad donde todo sea lícito y donde los valores esenciales de la persona no
cuenten.
Una sociedad construida así carece de consistencia. Lleva
dentro de ella el germen de su propia corrupción. Al mundo sólo lo podemos
crear en el amor, en la fraternidad, en el compartir, en la solidaridad, en la
justicia y en la verdad. El mundo se construye su bien, firme y seguro, cuando
se edifica sobre el lugar donde los hombres preocupados por los demás nos
encontramos, sin saberlo, con nuestras espaldas cargadas, dispuestos a vaciar
en el granero del hermano.
“Los hermanos, aunque a veces tengan diferencias, siempre estarán dispuestos a darlo todo por
ellos”