¡País sin educación tiene negado el futuro!
por Germán Lench
Cáceres; germanlench@gmail.com
30-10-2018
Uno de los factores claves
para que un país logre desarrollarse es tener capital
humano de calidad, es decir,
personas más preparadas y capaces de producir más bienes y servicios con los
mismos recursos disponibles.
Alvin Tofler
dijo: el conocimiento es la fuente democrática de poder.
Como todos
sabemos en esta era del siglo XXI, el conocimiento es un nuevo factor de
producción, como es lógico, hoy en día el trabajo basado en el conocimiento
desplaza al manual, según datos históricos, en 1881, 9 de cada 10 trabajadores
realizaban trabajos manuales y para el 2011 fue 1 de cada 10.
Esto implica que
nuestra juventud debe prepararse con una educación con conocimiento riguroso,
para poder obtener mayor productividad que implica formación académica más
experiencia, lo que se traducirá finalmente en el incremento de su bienestar
familiar y de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, es
extremadamente preocupante que según los datos publicados de la Evaluación
Internacional de Estudiantes (PISA) agosto 2015, elaborada por la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nuestro país ostenta uno
de los últimos lugares de los 65 países participantes en matemáticas, ciencias
y comprensión lectora. Aquí existe un enorme desafío nacional que debemos
enfrentar con prudencia y rapidez, en especial con la educación pública en la
zona rural y urbana marginal pobre y extremo pobre.
Los estudiantes deben utilizar sus conocimientos y
habilidades en problemas y situaciones reales de la vida. A partir de los
resultados obtenidos cada país diseña e implementa mejoras en los sistemas
educativos a partir de la información obtenida.
En nuestra
educación universitaria hay hechos raros que llaman poderosamente la atención,
por ejemplo en Perú tenemos 129 universidades sin embargo Inglaterra tiene 80,
¿A qué se debe esto? En esencia necesitamos construir y/o replantear un plan
educativo público de calidad con objetivos y metas claramente identificables y
aplicables a nuestra realidad en el mediano y largo plazo.
Todo lo acotado
es una alerta que confirma que tenemos como uno de los problemas más
importantes la debilidad en nuestro sistema educativo, lo que se traduce en los
resultados del PBI a nivel microeconómico y macroeconómico. O sea, no poseemos
el capital humano suficiente, ni la productividad necesaria para crecer en el
futuro de 4% a 6% en nuestro PBI nacional y continuar bajando los índices de
pobreza, por el contrario podemos llegar al 2% y 3% lo que sería un escenario
desfavorable para el mediano y largo plazo 2019-2025.
Recordemos que Major R. Owens decía: Nuestro crecimiento futuro se basa
en la competitividad y la innovación, las habilidades y la productividad... y estos a su vez se basan en la
educación de nuestro pueblo.
Un país sin
educación es un país sin futuro, sin posibilidades de lograr un desarrollo
sostenido en el tiempo y por ende sin posibilidades de vencer los problemas de
inequidad, pobreza y exclusión. Un sistema educativo debe forjar personas y
ciudadanos con valores y conocimientos básicos de calidad para lograr un
desarrollo personal, profesional y consolidar el desarrollo sostenible del
país.