por Laylah Ferreyra; laylahferreyra@hotmail.com
http://www.voltairenet.org/article162817.html
5-11-2009
Violencia que no acaba
Bolón y el Ñato son los rostros de dos facciones de la barra brava de
Universitario de Deportes, son los protagonistas del último capítulo
de una historia que lleva más de 15 años sin resolverse. La desgracia
que sufre hoy la familia de María Paola Vargas no es la única
desgracia, la indiferencia como sociedad frente a la violencia juvenil
es la otra.
María Paola es una víctima
Es imposible no sentir estupor y rabia al escuchar a Humberto Vargas,
padre de María Paola, ensayar las dolorosas versiones de la muerte de
su hija. Nadie puede negar que esta tragedia nos coloca frente a la
impotencia más grande como sociedad, como familias, como estructura,
reconocer que coexistimos con una salvaje realidad.
Despedir a tu hija de 25 años un sábado por la tarde no debería
suponer temor, angustia o desazón, sin embargo la familia Vargas el 24
de octubre pasado lo hizo. Despidió a su querida hija sin poder
predecir que terminaría envuelta en una situación confusa y ajena a su
realidad, a su tranquila naturaleza.
Y justamente allí está la esencia de este drama social, la impresión
que ha causado imaginar a esta delicada muchacha en medio de la turba
violenta y salvaje de los barristas, ha sido inmensa. Imaginarse por
unos segundos que la histeria y nerviosismo se apoderaron de ella, y
no encontró mejor salida que escapar de ese terrible momento. Segundos
después la violencia se desató y ... las hipótesis empiezan a jugar un
rol primordial. ¿qué pasó realmente? ¿quién la empujo? ¿cómo murió?
El hecho objetivo es que murió víctima de una problemática que no le
pertenecía, que nada tenía que ver con su vida. Fue el destino el que
la enfrentó a ese instante funesto, no lo sé, aún no lo entiendo. Soy
madre y creo que es muy difícil ser imparcial en este caso, pero
intentaremos ver más allá de los últimos hechos.
De todas las teorías que hemos escuchado sobre esta muerte la más
lógica, dentro de este universo desquiciado de violencia, es que dos
bandos de la barra brava, el Aguante de Surco y la Brigada de Surco se
encontraron accidentalmente en el bus tipo couster que transportaba a
María Paola a una parrillada. Al verse enfrentados por una vieja
rivalidad emprendieron unos contra otros, y en medio de la gresca
María Paola fue empujada o impulsada a caer del transporte, sin lograr
equilibrio alguno.
¿Por qué eran rivales, si ambos grupos son fanáticos de la "U"?
Supuestamente las razones estarían vinculadas a la repartición
gratuita de entradas que hace el club con los barristas. Una lucha de
poder por un espacio dentro del estadio. Un universo particular con
sus propias reglas y leyes. Comprender la sicología del barrista es
muy complejo, se involucran factores intrínsecos a su esencia como ser
humano.
Una mirada diferente
Sin ánimo de justificar lo sucedido, ya que nada puede justificar la
muerte de una inocente, me permito ir más allá en este comentario e
intentar comprender un poco más la realidad social de los miembros de
las barras bravas. Es importante hacerlo porque ellos son parte de un
problema global, lleno de complejidades que involucran autoridades,
dirigentes deportivos, Policía Nacional y a sus propias familias.
Ronny Ramos Pérez, alias "Bolón" tiene la misma edad que tenía María
Paola Vargas, es decir, es un joven también. La circunstancia los
reunió en un mismo lugar, en el mismo momento pero... con cuánta
distancia ¿no?. Él forma parte del triste grupo de jóvenes
desadaptados, seguramente, que sin tener una estructura familiar, un
soporte emocional, económico y afectivo buscan desesperadamente una
excusa para gritar su pena, su frustración.
La barra brava es una tribu que suple o disimula la carencia de
familia, de cariño, es una unidad independiente que forja el espíritu
de los jóvenes que necesitan pertenecer a alguien, a algo. No todo
barrista es delincuente, no toda barra brava es un nido de criminales,
los hinchas forman una legión eufórica que al estar identificados con
una causa enrumban sus vacíos existenciales, sus ausencias personales.
Pero, ¿cuándo surge la violencia?, ¿cuándo la pasión por el grupo se
torna agresión y ataque? Cuando intervienen factores externos como el
consumo de drogas, alcohol, la violencia intrafamiliar, el abuso
físico de adultos responsables de ellos, es decir, cuando la familia
falla. Colapsa.
La psicóloga Carmen Gonzáles escribió en su columna, en el diario
Peru21, una frase que creo resume, dolorosamente, lo que intento
explicar: Empujaron a Paola por el gozo de hacerlo. Jóvenes con
violencia extrema propia de quienes sienten desesperanza total: nada
bueno pueden hacer porque nada bueno recibieron. Fue la ruptura de las
normas esenciales del hombre civilizado.
Palabras oficiales
Resulta difícil creer que la solución a esta problemática va a pasar
por la oficialía mayor, al escuchar expresiones como las del
presidente Alan García: "Éstos van robando las casas y faltando el
respeto a las personas conforme avanzan por las calles, y yo digo que
la policía tendría que poner más mano fuerte con ellos. Lo he pedido
siempre. Un poco de 'perdigoneo' de vez en cuando a estos vándalos les
haría sentir de su propia medicina...".
De estas palabras se desprende una indiferencia y desconocimiento
total del contexto de las barras bravas, una tímida respuesta frente a
una situación que debería suscitar una investigación seria y
comprometida. No solo por el bien de las familias como los Vargas,
sino también para familias como la de Bolón o Ñato. Nadie defiende su
violencia pero alguien se ha preguntado qué pasaría si el Estado
intenta invertir en programas sociales de integración verdadera.
A alguien le interesa encontrar las claves que eviten que más niños se
refugien en las pandillas o las barras bravas, los integrantes de
estas son niños, adolescentes que son, muchas veces, manipulados por
dirigentes cuyos intereses económicos van más allá de todo afán. La
Policía Nacional no puede con el problema, tuvimos que esperar la
muerte de María Paola para que se reúnan los dirigentes más
importantes de los clubes deportivos con el ministro del interior,
Octavio Salazar.
La conclusión del evento: empadronar a los barristas para que solo así
reciban entradas gratis para los partidos, ¿esa es la mejor solución?
Es que acaso no sería más importante que los clubes se comprometan a
trabajar con sus propios dirigentes para ayudar a canalizar la energía
de sus hinchas. Es que ellos solo sirven para alentar al alicaído
futbol peruano, y así seguir justificando un campeonato nacional que
es una vergüenza.
¿Qué intereses ocultos evitan que la violencia desatada se frene, por
ejemplo, anulando el campeonato de futbol? Si el deporte ya pasó a
segundo plano, si las noticias vinculadas al futbol solo describen
muertes, ataques, disputas entre autoridades deportivas, como en
Alianza Lima, pugnas por el poder económico que representa en nuestro
país el deporte rey... ¿qué esperan para replantear el asunto?
La masa que invade los estadios con pancartas, gritos y excitación
tiene una identidad perdida, no cuentan como individuos, nadie sabe
quiénes son. Hoy sabemos que Bolón es Ronny Ramos, pero si la absurda
muerte de María Paola no ocurría, ¿a alguien le hubiera interesado lo
que pasó en ese bus aquella tarde? Creo que no.
AJEPERU en Facebook
La Asociación de Jóvenes Estudiantes del Perú, Ajeperú, inició una
exitosa campaña en la red social Facebook a raíz de la muerte de María
Paola Vargas. Su convocatoria ha agrupado a más de 46 mil miembros
bajo el lema "Paremos la violencia de las barras bravas", la
descripción de la iniciativa recoge ambas caras de esta desgracia: la
violencia generada por los barristas y la inseguridad ciudadana
producto de la indiferencia policial.
Apoyamos la iniciativa en memoria de María Paola, quien además en un
acto extremo de generosidad, donó en vida sus órganos, voluntad que
fue respetada por su familia y que permitió a cuatro personas recibir
este maravilloso regalo de vida. Ajeperú está organizando una Gran
Marcha en contra de las Barras Bravas el domingo 15 de noviembre desde
las 9 de la mañana en el Campo de Marte. La idea es que el pedido de
paz no cese, y que la violencia sea erradicada por completo.
De comprobarse la culpabilidad de alguno de los acusados exigimos la
pena máxima, de no ser así, debería ponerse en tela de juicio la
participación de todos los actores de esta situación: clubes
deportivos, dirigentes, Policía Nacional, autoridades gubernamentales,
e intentar encontrar una salida justa e integradora a esta realidad
social. Desde este espacio expresamos nuestra solidaridad con la
familia de María Paola Vargas.