Batalla de Junín y pedagogía solidaria
por David Auris Villegas; davidauris@gmail.com
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31-8-2022
Como profesor empeñado a construir una sólida América, desde
Alaska a Tierra del Fuego, gracias a la educación solidaria, cada 6 de agosto,
al imaginar aquella épica batalla de Junín, me emociona hasta las lágrimas e
invito a los estudiantes, consolidar la unidad peruana y americana en memoria
de la gesta heroica de nuestros antepasados.
Conmemorando el atroz entusiasmo de los soldados patriotas
de 1824 en Perú, hoy es necesario cultivar esa emoción de confraternidad, para
erigir la unidad continental y conmemorando aquel sangriento sacrificio,
apostemos una forma de vivir y caminar juntos, hacia una causa común de un
mejor porvenir de la ciudadanía americana como hacen los europeos.
En este sentido, el discurso solidario de Simón Bolívar,
cobra mayor vigencia en las escuelas vivas y concientes: “¡Soldados! El Perú y
la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la
Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es
la esperanza del Universo”.
Efectivamente, el triunfo de esta batalla no se hubiera
logrado sin esta noble labor solidaria, pues, llamados por el destino y urgidos
de una sobrevivencia en libertad, tanto: argentinos, colombianos, chilenos,
peruanos, ecuatorianos e ingleses, consiguieron la unánime victoria contra la
miserable tiranía de la mala gente.
Es así que, en las escuelas, a partir de esta batalla,
aprovechemos para forjar un currículo que valore el sacrificio heroico de
aquellos soldados, y cultivemos mayor identidad grupal y ejerzamos la pedagogía
solidaria, dispuestos a vivir unidos en la diversidad y lograr objetivos
comunes y compartidos.
Ahora que el mundo es más multipolar, es ineludible que, en
América, tributemos a la sangre que derramaron nuestros mayores y desarrollemos
desde los claustros universitarios, una tecnología sostenida que nos permita un
rol protagónico y liderazgo mundial cooperante, más allá de trasnochadas
ideologías políticas que siempre nos dividieron hasta ahora.
Asimismo, esta unión peruana y americana, nos facilitará
presentar un solo frente de batalla contra la epidemia social de la barbarie y
la escoria, protagonizada por la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción
que están acabando con nuestro porvenir.
Para terminar, la escuela es un aposento de conciencia
humana de nuestra identidad colectiva. En base al currículo solidario,
eduquemos a los estudiantes para lograr un beneficio compartido y próspero de nuestra
América, en honor al sacrificio de los soldados de la batalla de Junín.