Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
3-5-2024
Trump: deportaciones masivas y campos de detención
https://senaldealerta.pe/trump-deportaciones-masivas-y-campos-de-detencion/#google_vignette
"Permitir
la entrada por la frontera sur de millones y millones de personas, muchas de
ellas muy malas, no es sostenible. Van a destruir el país. Vamos a hacer la
mayor deportación de la historia. No tenemos otra opción", dijo en un
mitin de campaña en Waukesha, en el estado clave de
Wisconsin el controvertido ex presidente Donald Trump.
Como
un Hitler redivivo, Trump agregó en la revista Time en la
que detalló que planea “desplegar el Ejército para perseguir y detener a
migrantes indocumentados si gana las elecciones. No descartó la posibilidad de
construir nuevos campos de detención de migrantes, aunque
no lo señaló como una prioridad dado que su plan es deportarlos de forma rápida”.
El despacho de EFE
también consigna que “Más
de dos millones de personas fueron arrestadas el año pasado al cruzar la
frontera sur de Estados Unidos de manera irregular”.
¿Tomaron
nota de la nunca desmentida agresividad del troglodita Trump que no hesitará en
apelar a la fuerza militar contra los migrantes indocumentados?
Estas
declaraciones las ha hecho Trump hace menos de 48 horas y en medio del juicio
millonario a que está sometido, el ex mandatario no baja la guardia y declara
de todas las formas posibles su guerra a los migrantes.
Con
excepción de los indios de diversas tribus que fueron exterminados a sangre y
fuego, en Estados Unidos todos reconocen sus orígenes fuera de los amplios
confines de la potencia norteamericana.
Los ingleses
levantiscos contra la patria de origen y sus reglas comerciales asimétricas
generaron la guerra independentista que el 4 de julio de 1776 proclamó el
divorcio de las Trece Colonias respecto de Gran Bretaña.
La
melting pot norteamericana es un fenómeno muy conocido, germen y génesis en
toda la Unión de la potencia septentrional.
En
Sacramento, capital del estado de California, hay un museo que recuerda el
aporte copioso y esforzado de los trabajadores chinos sin cuyo tesón devoto
hubiera sido imposible la instalación de la gran red ferrocarrilera del oeste
estadounidense.
El
mismísimo Donald Trump es nieto de ancestros alemanes, de tal modo que la
“pureza” norteamericana solo existe en su imaginación racista y concepción de
Estados Unidos como un islote en el cual puede hacerse cualquier tropelía y de
todo calibre.
El
sueño americano vive en cientos o millones de personas cuyo anhelo consiste en
cruzar la frontera para adentrarse en Gringolandia y ver qué pasa y cuántos
dólares se obtienen para, en la mayoría de casos, remitir al suelo de origen.
Esto
está muy bien. Lo que está muy mal es que la industria humana alimente el
circuito laboral pero a precios riesgosos que a veces culminan a tiros o
agresiones y posteriores deportaciones vitalicias.
El
racista Trump, que podría volver a ocupar el sillón principal en la Casa
Blanca, no hesitará en apelar a las fuerzas militares y a la instalación de
campos de detención (concentración).
Por
eso resulta complicado comprender el humillante vasallaje mental de
latinoamericanos que llaman “presidente Trump” a quien ya no lo es y sobre el
que hay fundadas sospechas de cómo actuará respecto de los indocumentados.
Hay
cientos de miles que afincaron de manera legítima en EEUU y con excepción del
castellano y History Channel que ven por cable y “visitan” las ruinas peruanas,
no conserva mayores vínculos con la patria. Están lejos, tienen que trabajar
muy duro y, aunque nadie lo revele, debieron experimentar durezas atroces para
acopiar recursos. En Gringolandia quien no trabaja ¡no come!
Sin
pretender justificar el éxodo de ciudadanos hacia Estados Unidos, sí es
pertinente preguntar ¿qué le ofrece Perú a estos compatricios como para no
desarraigarse del país? Desafortunada la respuesta es, poco muy poco. La
primera y fundamental carencia es falta de un puesto de trabajo.
Cuando,
años atrás, por los sucesos del 9/11 y los aviones siniestrados en Nueva York y
Washington, algunas leyes confirieron poderes extraordinarios a los organismos
policiales y de migración. Entonces tener “cara de árabe” o algo similar, podía
fletar detenciones, maltratos y deportaciones.
¿Qué
libra, de llegar Trump a la presidencia, a los ciudadanos latinos y, sobre
todo, a los indocumentados, de los rigores de la persecución, apresamiento o
deportación? ¡Absolutamente todo en contra, nada a favor!
En
tiempos en que la franqueza ruda de las ofertas electorales fletan expresiones
amenazantes como las que ha dicho Donald Trump contra los indocumentados,
parece un absurdo aventurarse en el alborotado mundo norteamericano y aunque se
consiga, con trampa y previo pago, la residencia, no hay frenos para los
desquiciados que mandan a asaltar el Congreso como ocurriera el 2021.